"Mi renacimiento llegó después de estar un mes entubado"

RIÁNSARES L.C.
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Todd Blomberg, norteamericano de 49 años que lleva 20 años en España, fue el primer ingresado por Covid-19 en la provincia. Llegó al Hospital Virgen de la Luz de Cuenca a principios de marzo de 2020 afectado por una neumonía bilateral.

"Mi renacimiento llegó después de estar un mes entubado"

Todd Blomberg, norteamericano de 49 años que lleva 20 años en España, -los últimos cinco como vecino del municipio de Tarancón-, fue el primer ingresado por Covid-19 en la provincia. Llegó al Hospital Virgen de la Luz de Cuenca a principios de marzo de 2020 afectado por una neumonía bilateral que le llevó a permanecer entubado en la UCI durante cuatro semanas.

Un año después lucha por superar numerosas secuelas, físicas y psicológicas, que han cambiado su vida por completo. Desde hace unos meses el equipo profesional de Cuenca del colectivo ADACE Castilla-La Mancha, la asociación regional de daño cerebral sobrevenido, ayuda -al considerado el “paciente cero” de SARS-CoV-2 en Tarancón- a recuperar autonomía en diversas actividades cotidianas, mejorar las funciones sensitivas y motoras a nivel más físico y sus habilidades cognitivas alteradas, como la falta de concentración, además de prestar apoyo psicológico tanto a él como a su familia.

 

¿Cómo empezó todo?

Me dedico a la exportación, pero este virus ha paralizado mi vida profesional por completo. Estuve en Nueva York, había algunos positivos, gentes del sector del vino estuvimos participando en catas y de vuelta aquí empecé a ponerme enfermo. Tuve fiebre, no me podía mover de la cama, me dolía un poco la garganta y nada más. Cuando llamé por teléfono me dijeron que era imposible que estuviera contagiado, que no estaba en zona de riesgo, pero dos días después mis pulmones ya estaban afectados. Fui a urgencias dos veces y finalmente a la segunda los médicos Abraham y Rocha me salvaron la vida. Cuando llegué al Hospital Virgen de la Luz me diagnosticaron neumonía bilateral, estuve con oxígeno, poco a poco mi saturación cayó y literalmente en tres minutos me llevaron de la cama a entubarme, yo pensaba que iban a trasladarme de planta, me quedé dormido y levanté un mes después. Creo que mi renacimiento fue sobre el 9-10 de abril.

 

¿Cómo le ha cambiado la vida en el último año?

Tengo una polineuropatía y deterioro cognitivo moderado con afectación a la atención. Miopatía en los músculos, no tengo músculos en la mano, ni en los tríceps, también tengo afectadas las piernas, los hombros, un pie… El dolor es constante, sobre todo por la noche, y los medicamentos para aliviarlo me atacan el otro problema, la concentración. Cuando salí del hospital no era capaz de escribir, podía hablar poco, no comprendía lo que estaba diciendo ni leyendo. Ahora por fin estoy intentando leer mi primer libro, que es un éxito total, aunque leo una página, escribo lo que creo que he entendido y vuelvo atrás a releer, pero cada día voy superando barreras.

 

¿Cuánto tiempo estuvo ingresado?

Después de estar cuatro semanas entubado, tuve que estar casi otro mes hasta que tuve la capacidad de levantarme e ir al baño, porque una vez en casa tuve que estar aislado otros 14 días. Después intenté llegar a la escalera, coger el ascensor y así poco a poco, pero tuve oxígeno puesto durante 18 horas al día aproximadamente seis meses.

 

¿Cómo fue ver a tantos otros pacientes de Covid-19 que no lo superaban?

Estábamos aislados, pero todo acristalado y sí veníamos a gente salir, pero no entendíamos qué estaba pasando, hasta que no estuve con el médico el día que me mandó para casa y me llamó “señor moneda” no me di cuenta de lo afortunado que he sido. Me explicó que simbólicamente que cada día tiraba una moneda, a ver si yo vivía o moría, que había tenido mucha suerte porque la mayoría de la gente que ha pasado más de 20 días entubados por Covid-19 había muerto, realmente casi todos. No era consciente, yo pregunté puedo volver a hacer esto o lo otro, y me dijo con calma. En los últimos días una enfermera entró y me dijo, España está confinada y yo no entendía nada. No fui consciente hasta que al llegar a casa no pude salir de la ambulancia solo y necesité ayuda para subir.

 

¿Debió es un choque brutal con la realidad?

Sí, porque cuando llegué al centro de salud, entre el 8 y el 10 de marzo, nadie llevaba mascarilla, me aislaron y cuando llegó mi pareja a traerme cosas para irme al hospital ya todo el mundo tenía mascarilla puesta. Recuerdo de camino a Cuenca el sufrimiento de la sanitaria que llevaba puesto el EPI (Equipo de Protección Individual). Decía ésta es la cosa más incómoda, estoy sudando, luego comprendí que era la primera vez que lo llevaba. Y cuando llegué al hospital me tuvieron aislado tres o cuatro horas porque los médicos no tenían EPI. Veía a gente entrando con bolsas de basura y no entendía el alcance de todo esto. Cuando regresé a casa, todo el mundo estaba aplaudiendo y yo no sabía por qué, poco a poco fui asimilando, pero fue muy difícil. Cuando empecé a salir me llamaba la atención la distancia entre todos, nadie quería acercarse a nadie. Ahora ya no existe esa preocupación para muchos y es la razón por la que está llegando la cuarta ola, porque algunos sí, pero otros no están siendo responsables, hay una fatiga psicológica total. Con cualquier persona que hablas está harta, la pandemia está afectando a todos psicológicamente.

 

¿Cómo está siendo su proceso de recuperación?

Cuando sales del hospital después de dos meses realmente tu cuerpo es pellejo, poco a poco empecé a andar, a dar paseos cortos, luego con la bicicleta, a nadar, llegó la rehabilitación, he podido comenzar a trabajar la musculatura. Pero todavía estoy muy afectado, mi polineuropatía es servera y algunos nervios aún están ausentes, lo que significa que no hablan con el músculo y entonces los nervios no responden, les afecta el dolor.

 

¿Qué ha supuesto descubrir ADACE?

Todo. Me han enseñado a sacar los miedos, pero también a aceptar, mi gran problema es la aceptación de que tengo enfermedades, limitaciones. Hacemos terapias por videoconferencia, me envían ejercicios y un día de la semana recibo tratamiento con los profesionales allí en Cuenca. Cuando no puedes escribir sientes vergüenza y miedo, ellos me han enseñado a que hay que intentarlo, qué más da si no puedes hacer las cosas como antes, me están enseñando otras técnicas, dándome apoyo, para conseguir hacerlo… Lo mejor es el cariño, como te tratan y lentamente estamos intentando que recupere la mayoría de las cosas posibles.

 

¿Cómo es su día a día?

Me levanto, montó en la bicicleta, acudo a la piscina cubierta, de ahí voy a rehabilitación, después a comer, descanso y siesta, leer si puedo un poco y empiezo con el gimnasio en la plaza de España por la tarde. Tengo que trabajar a diario por si puedo recuperar, pero no se sabe, hay casos en los que sí y otros que no. Igual ocurre con una persona afectada por ejemplo por un ictus, algunos se recuperan y otros quedan con limitaciones de movimiento para siempre.

 

¿Cree que hay suficiente información sobre el alcance de las secuelas de la Covid-19?

No sabemos el alcance y ésta es la aceptación que tenemos que hacer, desde ADACE me han ayudado muchísimo. Tuve la mentalidad de que me iba a recuperar a toda costa, pero pasado un año tienes que empezar a aceptar que ha ocurrido y no pasa nada, que se pueden buscar otras alternativas para hacer las mismas cosas. Ahí está el mayor trabajo psicológico, ellos me han ayudado mucho.

Lo importante no es que no puedes, sino buscar una alternativa con el mismo resultado.

 

¿Conoce a más personas con secuelas similares?

En ADACE Cuenca soy el único con secuelas por la Covid-19 en este momento, pero claro que hay muchas personas más, por todos lados, con problemas similares a los míos, de movimiento de brazos, porque cuando nos entubaban nos ponían en una posición hacia abajo, lo que a mí me ha estropeado los hombros, o con neuropatía sensitivo-motora mixta como yo.

En rehabilitación he coincidido con algunos, hay que poner cada uno de su parte para entrar en contacto, pido a la familia, a cualquier persona, que establezca comunicación con ellos.

 

¿Cómo afectan estas secuelas al ámbito familiar?

La familia lo pasa peor. Yo en el hospital estuve como dormido, se me colapsó el páncreas, los riñones, los pulmones, todo… Ellos están mucho más afectados que nosotros y también necesitan apoyo psicológico, no solamente cuando estamos aislados, sino porque cambia todo, nuestro humor, nuestra mentalidad, se estropea tu alegría y realmente quien sufre estas consecuencias son las familias y en este aspecto esta asociación también les ayuda.

 

¿Cómo está viviendo la evolución de la pandemia?

Mi comprensión es difícil, pero intento estar informado todos los días. Ha vuelto a cerrar Cuenca y parece que nosotros no somos responsables, que es la hostelería. Yo creo que el tema social en España es lo más importante, la capacidad de psicología de la hostelería es necesaria, es una necesidad de la cultura española. No es la alegría que yo descubrí en España, ver a la sociedad tan distante unos a otros es lo que más me afecta. Nos cuesta recordar cuándo fue la última vez que vimos a alguien y le dimos dos besos, cuando era algo casi obligatorio en este país.

La mayoría de mi familia está en Estados Unidos, las olas van y vienen, hay muertos cada día, creo que la gente está empezando a ignorar… Yo personalmente tengo miedo constante, al aeropuerto, no he vuelto a viajar.

 

Cerca de 500.000 personas en España están afectadas por DCS (Daño Cerebral Sobrevenido), 20.000 en la región, y la Federación Española de Daño Cerebral reclama que sean un grupo prioritario de vacunación. ¿Qué le parece?

En mi opinión, lo prioritario son las personas mayores de edad. Algunos de nosotros tenemos una cosa que se llama célula B, es decir que nuestro sistema propio produce resistencia al virus, otros no. Para mí la vacuna es importante en la gente que nunca ha pasado la enfermedad o que genéticamente es más susceptible, aunque no está claro por qué ataca más a unas personas que a otras. Yo no soy prioritario, lo importante es cuidarse uno mismo, lavado de manos, hidrogel, mascarilla y distancia social.

 

¿Cuál es su consejo para la población en general?

Cuando salgas a la calle saluda, con distancia sí, pero comunícate con la gente y vuelve a recuperar el ánimo que tenías antes, con protección, porque el virus es real, aunque muchos lo ignoren. A la gente joven por favor que no se reúnan demasiados y sin mascarilla, que los abuelos están en casa y aunque pueden estar vacunados ya, no es cien por cien eficaz. Cuidado, los niños pueden no tener síntomas pero llevarlo a casa, hay gente que son asintomáticos totales, el virus no entiende de edades, ha habido muertos de todas las edades.