Los conquenses estallan ante la subida de la gasolina

Leo Cortijo
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Llenar el depósito del coche se ha convertido en un artículo de lujo, y es que el coste de los combustibles roza cotas «inasumibles» y «desesperantes» para muchos bolsillos y «más todavía» para transportistas.

Los conquenses estallan ante la subida de la gasolina - Foto: Reyes Martinez

Javier solo ha llenado el depósito de su furgoneta de reparto hasta la mitad y el «palo» ha sido considerable. El marcador del surtidor refleja unos contundentes y lapidarios 102 euros. Un gancho directo a la mandíbula que ni Joe Frazier. Y lo peor es que «a principios de la semana que viene le tendré que volver a echar». Pero no le queda otro camino que alimentar una de sus principales herramientas de trabajo, y es que con su furgoneta reparte a domicilio en la ciudad y en algunos pueblos de la provincia los productos que vende en Electrodomésticos Peláez. «No paro con ella», dice justo antes de echar cálculos y asegurar que necesita, como poco, dos tanques completos para despachar la semana. Eso, a estos precios, son unos 200 euros para solo siete días de trabajo. Unos 800 al mes, más o menos... Aritmética básica de compleja digestión. «Un disparate», añade mientras se encoge de hombros y cuelga la manguera en el surtidor. 

Llenar el depósito del coche se ha convertido en un artículo de lujo. El precio de la gasolina y el gasóleo ha vuelto a conquistar esta semana nuevos máximos históricos. Es como el mejor plusmarquista olímpico, batiendo récord tras récord impulsado por el alza en el precio del petróleo, que cotiza en torno a los 117 dólares por barril. Los malos tiempos en este capítulo ya venían de lejos, pero la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas ha disparado exponencialmente los guarismos en muy corto espacio de tiempo. «Es algo que se nota día a día», comenta apesadumbrado Javier, y bien lo sabe porque en casa no solo él visita la gasolinera con asiduidad, sino que también lo hace su mujer. Es maestra en El Hito y todos los días recorre por partida doble los 70 kilómetros que separan la capital de este pueblo de la provincia. «Lo notamos una barbaridad, a diario miramos los precios y el crecimiento es constante», apunta. De momento prefiere no repercutir este incremento «tremendo» de los costes en el precio de sus productos, aunque de seguir por estos derroteros no sabe muy bien cómo terminará todo. Lo que está claro es que cualquier particular lo puede sufrir en sus propias carnes, pero aquellos que trabajan a diario con un volante entre las manos los sufren «todavía más».

 Particulares como Borja, al que no hace falta más que acercarle la grabadora para que tilde la situación de «robo», y es que «a casi dos euros el litro de gasolina... es una auténtica locura». Con cierta indignación comenta que «dentro de nada, a este paso, vamos a tener que ir en bicicleta». Por eso prefiere «no pensarlo mucho porque si no, no vivimos», aunque el golpe al bolsillo cada vez que visita la estación de servicio es mayúsculo. Beatriz, por su parte, señala que ahora mide «mucho más» sus desplazamientos. Esta joven enfermera trabaja en Cuenca, pero su familia se encuentra a casi 200 kilómetros de distancia y eso ahora mismo es «como comprar un billete de avión a las Canarias», asume entre risas. De hecho, reconoce que ya ha dejado de hacer algún viaje en su coche por una razón «sencillamente económica». 

Los conquenses estallan ante la subida de la gasolinaLos conquenses estallan ante la subida de la gasolina - Foto: Reyes Martinez

Carlos y Esteban son socios y tienen una pequeña empresa de mantenimiento. Mientras observan cómo los dígitos del marcador siguen sumando enteros, nos explican que el camino que está tomando el asunto «empieza a ser inasumible para aquellos que tenemos en los combustibles una de nuestras principales materias primas». Y es que para estos dos sufridores autónomos echar gasolina de 95 octanos a su medio de transporte es «tan importante» como el martillo, el alicate o el destornillador. «Es una herramienta más de trabajo y con estos precios el agujero en la empresa es considerable», recalca Esteban mientras su compañero asiente con la cabeza para sentenciar diciendo que «el Gobierno, los partidos políticos o quién sea tienen que hacer algo porque está claro que así no podemos seguir». 

Estación de servicio. Francisco actualiza casi sin parar una página web con la cotización en tiempo real del barril de petróleo. No solo lo hace porque se dedique a ello, sino por curiosidad, porque le gusta «estar informado». Trabaja en la estación de servicio Hermanos Nuño y durante las últimas semanas ha visto cómo los clientes comentan sorprendidos el precio de los combustibles. 

Y eso que no son pocos los que se acercan hasta esta gasolinera enclavada en la carretera de Alcázar, junto al polígono La Cerrajera, porque tiene algunos de los precios más competitivos del sector. Con todo, no están exentos del problema y más desde que estallara la guerra en Ucrania. Sin ir más lejos, en una semana «el precio ha podido subir perfectamente cuarenta céntimos y eso es una borriquería». En este sentido, los responsables de este tipo de negocios están atados de pies y manos. «A nosotros no nos gusta tener los precios de esta manera, es lo que nos viene dado, somos un paso intermedio», asegura intentando argumentar que la papeleta tampoco es sencilla para ellos.

Los conquenses estallan ante la subida de la gasolinaLos conquenses estallan ante la subida de la gasolina - Foto: Reyes Martinez

Esta subida generaliza de los costes de la gasolina y el diesel ha hecho modificar notablemente los hábitos de consumo de muchas personas. Los ha habido –advierte Francisco– que durante los últimos días han llenado los depósitos de sus vehículos conscientes de que los combustibles van a seguir creciendo. Una «previsión» que se va a sumar, entiende este experto en la materia, al hecho de aparcar –nunca mejor dicho–, el coche para todo aquello que no sea estrictamente necesario. Con estos precios, Francisco entiende que para moverse por Cuenca, por ejemplo, muchos apostarán por el transporte público o por otros medios alternativos. De los que se acuerda especialmente –con todo el tino del mundo– es de transportistas o taxistas, por ejemplo, porque esos «no pueden parar de ninguna de las maneras». Es el sustento de sus hogares en muchos casos.

Los conquenses estallan ante la subida de la gasolina
Los conquenses estallan ante la subida de la gasolina

En esta tesitura, la pregunta del millón es hasta cuándo. Un interrogante que al dependiente de esta gasolinera someten casi a diario los clientes. Él se encoge de hombros y solo verbaliza una frase: «No se puede saber». Además, «es imposible poner una fecha límite o un tope». Para Francisco la única solución de urgencia es que el Ejecutivo «haga algo», partiendo de la base de que «la mitad de lo que cuesta el litro de gasolina son impuestos». «Eso sería una gestión adecuada de esta crisis», remata al respecto. Y es que no solo a la invasión rusa es imputable esta subida «desproporcionada», pues «ya estaban creciendo las tarifas, la guerra lo que ha hecho ha sido dispararlos». Y entre tanto, las empresas de transportes de mercancías han vuelto a retar al Gobierno con una huelga el próximo lunes después del intento frustrado de Navidad. Ahora, advierten, irán a por todas cueste lo que cueste.