Macron, el rival a batir

M.R.Y (SPC)
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El liberal apunta a imponerse con solvencia y conseguir la reelección en las presidenciales de abril gracias a la división abierta en la ultraderecha y a la ausencia de una oposición moderada firme

Macron, el rival a batir - Foto: SARAH MEYSSONNIER

La guerra en Ucrania ha eclipsado cualquier otra noticia internacional en el último mes. Sin embargo, que Francia esté a punto de elegir a su próximo presidente no es una cuestión menor, aunque el más que previsible triunfo de Emmanuel Macron, que lidera con solvencia todos los sondeos, también ha descafeinado una campaña electoral que está a punto de comenzar.

Macron se antoja el candidato de la moderación en un país cada vez más escorado a los extremismos. No en vano, la ultraderecha se perfila nuevamente como la segunda opción mayoritaria, pero esta vez no solo con Marine Le Pen a la cabeza, sino con otro aspirante -el controvertido Éric Zemmour- con cartas para pasar a la segunda vuelta.

En el otro extremo, la izquierda más radical, liderada por Jean-Luc Mélenchon, quien desde hace casi una década representa al progresismo más combativo, llegando incluso a superar a un Partido Socialista cada vez más escorado al centro y que, desde la salida de François Hollande en 2017 no ha levantado cabeza.

La tendencia ecologista, en alza en buena parte de Europa -no en vano, Los Verdes forman parte de coaliciones de Gobierno como la de Alemania-, se ha estancado en Francia, donde el tradicional partido conservador, Los Republicanos, trata de recuperar impulso, aunque la derecha más moderada parece posicionarse del lado de Macron.

Las presidenciales se celebrarán el próximo 10 de abril y, aunque se espera que el aspirante a la reelección se haga con al menos el 30 por ciento de los apoyos, todo apunta a que será necesaria una segunda vuelta -que se disputará el 24 de abril-. Es esa, precisamente, la batalla que se libra: la de convertirse en la posible alternativa al mandatario liberal en la votación definitiva.

A punto de comenzar la campaña electoral, todos ellos deberán trabajar por un objetivo común: recuperar la atención de los ciudadanos. Y es que el desinterés de los franceses en estas elecciones es tal que se teme que haya una abstención inédita en unos comicios que pueden suponer un cambio en el rumbo del país. Aunque parezca casi segura una continuidad.

 

Emmanuel Macron

No parece que tenga rival en la cita del próximo 10 de abril. Al menos, todos los sondeos le dan una victoria contundente, con al menos un 30 por ciento de los votos, aunque podría ser más ajustada en la segunda vuelta del día 24, cuando se impondría con un máximo del 60 por ciento en función de quién sea su adversario.

A lo largo de sus cinco años de mandato se ha enfrentado a protestas sociales, como la de los chalecos amarillos -contra su reforma económica-, y a la pandemia de coronavirus, cuya gestión ha sido cuestionada y ha costado el cargo a varios miembros del Ejecutivo.

Más valorado fuera de Francia que dentro -buena parte de sus políticas las ha centrado en el ámbito europeo y en conseguir una «UE más fuerte», además de haberse convertido en el principal interlocutor internacional para tratar de mediar en la guerra de Rusia sobre Ucrania-, su meteórico ascenso parece haberse estancado, aunque sigue siendo, sin duda, el candidato más valorado por los galos.

Su programa se centra en bajar los impuestos e incrementar la edad de jubilación a los 65 años.

 

Marine Le Pen

Espera que a la tercera vaya la vencida, pero todo apunta a que, nuevamente, se quede a las puertas del Elíseo en un mano a mano con Macron -se espera que quede segunda, con un 20% de votos y pierda en la ronda final con un 42%-. Llega a la cita tras ser la fuerza más votada en las europeas de 2019 y moderando su postura eurófoba -ya no pretende dejar la UE ni el euro-, pero mantiene sus propuestas radicales sobre la inmigración. Eso sí, dentro de la ultraderecha, ella es ahora la menos radical.

Éric Zemmour

Conocido polemista de las tertulias televisivas, ha dado el paso a la política de la mano de Reconquista, un proyecto político con el que promete «salvar» Francia frente a supuestos desafíos vinculados con la inmigración, la inseguridad o la reivindicación de los derechos LGTBI. Condenado tres veces por delitos de odio -tras calificar de «violadores» y «asesinos» a los menores no acompañados-, se ha convertido en la apuesta más radical de la ultraderecha. Cosecharía cerca del 15% de los votos.

 

Jean-Luc Mélenchon

El líder de Francia Insumisa ha representado en la última década a la izquierda más combativa, vendiéndose como alternativa al supuesto centrismo de un Partido Socialista en caída libre. Es por eso que los progresistas apuestan por su partido, que podría convertirse en la tercera vía en la cita del 10 de abril, considerándole como el «voto útil» a la izquierda de Macron -no en vano, se espera que consiga entre un 12 y un 15 por ciento-. Su plan es instaurar una sexta república basada en la justicia social y ecológica, además de aumentar el salario mínimo y retirar a Francia de la OTAN. 

 

Valérie Precresse

Ganó las primarias de Los Republicanos gracias a un discurso cercano a Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy que también le dio alas en los sondeos presidenciales. Sin embargo, se ha desfondado y lograría apenas un 12% de los votos.

 

Anne Hidalgo

Ni siquiera con la alcaldesa de París como candidata el Partido Socialista resurge. Hidalgo se presenta como la alternativa del liberalismo y los extremismos, pero apunta a un 2% de los votos, peor aún que el 5% logrado en 2017.

Yannick Jadot

El candidato ecologista se ha desvinculado del Partido Socialista -al que se unió en 2017- y su camino en solitario apunta a mejores resultados que los de los progresistas. Se estima que consiga hasta un 7% de los votos.