«La idea es que el destino singularice la oferta turística»

L.G.E.
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El secretario de Estado de Turismo apunta que la región ha de «aprovechar su diversidad de recursos para atraer al turista especializado». Sobre el impacto de la guerra, señala que por el momento no aprecian cambio de tendencia, pero que es pronto

«La idea es que el destino singularice la oferta turística» - Foto: Javier Pozo

Fernando Valdés está durante dos días haciendo kilómetros por Castilla-La Mancha. El secretario de Estado de Turismo está conociendo los destinos que se van a transformar con las inversiones de 54 millones que están llegando a la región desde 2020. Ayer paseó el Casco de Toledo, se acercó a la ribera del Tajo en Talavera y vio moverse las aspas de los molinos de Campo de Criptana. Hoy continuará su periplo por Hellín, Cuenca y Torija.  

Se han aprobado planes de sostenibilidad turística en ciudades que son destinos consolidados, en otras más desconocidas para el viajero y en comarcas enteras ¿Qué principios de sostenibilidad les une a todas?

Los planes de sostenibilidad son una fórmula que recupera el Gobierno socialista en 2020 como parte de ese plan de impulso dentro del primer paquete de medidas que se aprueba como consecuencia de la Covid. Cuando estamos pensando en qué destino puede ser  susceptible de este tipo de inversión, se habla de la capacidad de transformación del destino. Se tiene que dar en dos grandes vectores, el de la sostenibilidad y la digitalización. No solo es sostenibilidad medioambiental, sino que también tiene que ser sostenibilidad socioeconómica. El turismo se tiene que convertir en una actividad que permita la generación de calidad de empleo, oportunidades, riqueza. 

«La idea es que el destino singularice la oferta turística»«La idea es que el destino singularice la oferta turística» - Foto: Javier Pozo¿Qué tiene que tener un destino para participar en esta financiación? La idea es que muchos de estos destinos singularicen la oferta turística, que sea más diferenciada.  Estamos viendo esa apuesta en Campo de Criptana, por recuperación del universo del Quijote, las cuevas, toda la tradición, para que la gente no solo vea los molinos, sino que se quede en el destino. O en un pueblo como Hellín, que está apostando por esa tradición minera y por la puesta en valor del cañón de los Almadenes.

Cuando se habla de turismo en nuestros pueblos ¿qué medidas hay que tomar para que este turismo deje dinero en esas zonas y ayude a recuperar la población?

Tiene que ver con que el enfoque que le damos a esta inversión es el destino. Es una apuesta integral por el destino, que incluso puede trascender una comarca como puede ser todo el universo del Quijote, determinadas rutas enogastronómicas o asociadas al Viaje a la Alcarria.  Ahí sí se genera riqueza. En el momento en que le dé valor al destino vamos a conseguir mejorar la oferta de alojamiento. Estamos viendo cómo Castilla-La Mancha se está consolidando como  apuesta de apartamento turístico y alojamiento rural. Apostar por el destino también significa incorporar el turismo activo, las actividades que somos capaces de crear, con la puesta en valor de senderos con señalética, turismo astronómico, la apuesta por la tradición, la puesta en valor de las razas autóctonas, las actividades asociadas a procesos culturales. Todo eso genera y nos permite fijar población.

La idea en una región como Castilla-La Mancha es que el visitante no venga un día y se marche, sino que tenga tal diversidad de recursos turísticos para que venga y se quede. Por ejemplo, en Talavera la recuperación de la fábrica de la luz como centro de interpretación de la cerámica y fluvial va a poner en valor esa isla en mitad del Tajo y que eso le dé valor al destino. 

¿Y qué se hace con destinos como Toledo para que no acaben siendo un parque temático? ¿Qué medidas se pueden tomar para evitar que mueran de éxito?

El plan de sostenibilidad desarrolla aparcamientos disuasorios para que no se congestione el centro. Se van a establecer sensores gracias a los fondos europeos para hacer análisis en tiempo real de la carga de turistas y poder gestionar los flujos.  Incorpora elementos y recursos turísticos  como se está haciendo en Santiago o Madrid para que el turista entienda que la visita no solo se concentra en el casco histórico. Queremos mediante pasarelas incorporar el Valle, la ribera del río. También se quiere reducir la huella del carbono del turismo estableciendo puntos de carga para los vehículos. Se quiere trabajar para que la artesanía se convierta en un elemento consustancial de Toledo, que la experiencia del mercadillo vuelva a la ciudad. 

Son elementos que permiten esponjar mucho más la experiencia, disminuir la congestión y mejorar la convivencia entre residente y visitante, incorporando y diversificando el número de recursos. 

Se busca potenciar el turismo de interior, ¿pero cómo se engancha a ese viajero inglés o alemán que lo que quiere es buen tiempo y playa?

Lo que creo es que no hay un solo tipo de turista. Es verdad que tradicionalmente España ha sido muy conocida y muy querida como destino vacacional y lo seguiremos siendo. Pero ahora había en Toledo un grupo de séniors británicos, que probablemente haya disfrutado de España como destino vacacional, pero ahora quiere conocer una España más patrimonial, más gastronómica, más cultural, más slow. El turismo de largo radio, como el asiático o americano, no se cruza el océano y el mundo para irse única y exclusivamente a un destino vacacional.  Cuando hablaba de la sostenibilidad territorial, lo que queremos es que cuando Castilla-La Mancha reciba un turista japonés, norteamericano o fránces, y venga a Toledo, exista una relación casi natural y orgánica que le diga, no dejes de ir a Talavera o ¿por qué no bajas a Ciudad Real?

Lo que queremos es extender la estancia de visitantes, pero además ofrecer una cartera muy amplia porque hay gente que le gusta montar en bici y para esos también tenemos ofertas. Hay británicos que les gusta beber un buen vino y que son capaces de organizar un viaje a través de una ruta del vino. Hay franceses que lo que quieren es aterrizar en Madrid y aprovechar una semana para visitar las ciudades patrimonio cercanas. El mercado turístico no solo se ensancha porque incorporamos nueva población, sino que cada vez sabemos muy bien cómo se comporta el turista y qué le gusta. Ahí es donde Castilla-La Mancha tiene que aprovechar esa diversidad de recursos para atraer a ese turista especializado al que puede atraer con una experiencia especializada. 

¿Cuándo se recuperarán los niveles prepandemia del turismo internacional?

Al turista de largo radio que estamos incorporando de manera más activa es al sudamericano y al norteamericano, aunque el norteamericano sí  puede estar más o menos condicionado por esta incertidumbre relacionada con el conflicto de Ucrania, pero esperamos que poco a poco se pueda incorporar. Del mercado asiático, el único que se ha abierto es el coreano y ya estamos viendo  un incremento de visitantes muy relacionado con el Camino de Santiago. Japón y China están cerrados. Espero que a lo largo de 2022 esos mercados se abran. China había anticipado que será a mediados de 2022 y Japón lo fía a abril.  Creo que 2022 no va a ser el año para que recuperemos el turismo de largo radio. Para recuperar los datos prepandémicos tendremos que esperar al 23. Lo que sí esperamos en el 22 es recuperar al turista tradicional. Tres de cada cuatro turistas que España recibe son de mercados de medio radio como Reino Unido, Francia, países nórdicos, Holanda, Alemania. A esos esperamos recuperarlos en 2022. Nos tienen que llevar, si no a un comportamiento igual al prepandémico, a que cada vez sea más tendente hacia esas cifras.

¿La guerra de Ucrania tendrá un impacto pequeño, mediano o grande en la temporada?

Una guerra siempre genera incertidumbre. Aquí es donde puede operar que España no esté dentro de la parte del conflicto. Es una región más periférica. El turista ruso no es tan significativo para el destino España como para preocuparnos y ya no podía venir porque teníamos un problema de reconocimiento de la vacuna Sputnik. ¿Cómo creemos que puede afectar la guerra? A excepción de Francia, quien nos visita lo suele hacer a través de una aerolínea. En el momento que se empiece a trasladar esa tensión inflacionista de los combustibles a los precios del billete de avión, tendremos que ver lo flexible o inflexible que es la demanda del turista. También es verdad que esto ha de contrarrestar lo que ya empezamos a apreciar y es que a la gente le apetece mucho viajar. Si las consecuencias se extienden a largo plazo, es verdad que llegará un punto que la tensión inflacionista afecte a la renta disponible. En el momento que tengamos que pagar más por todo, quedará menos renta disponible para otros gastos. Veremos si esto afecta o no a las ganas de viajar.

Por el momento es pronto para percibir un impacto evidente. Estamos haciendo un seguimiento a diario de capacidades aéreas, de reserva, de búsqueda de destino España y no apreciamos un cambio de tendencia. La tendencia que veníamos recuperando, se mantiene. ¿Es posible que dentro de unas semanas se empiece a reflejar esa incertidumbre o tensión inflacionista? No lo descartamos en absoluto. Pero no estamos en ese momento todavía.