La superficie de girasol creció un 33% tras estallar la guerra

L.G.E.
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Aunque en 2022 se cultivaron 43.000 hectáreas más en la región, el calor extremo del verano rebajó la producción

El extremo calor del pasado verano afectó gravemente a la producción de girasol. - Foto: Jonathan Tajes

Casi como de si de un 'efecto mariposa' se tratara, el inicio de una guerra en Ucrania acabó provocando que en muchos campos de Castilla-La Mancha se cultivaran girasoles durante el pasado año. Según los datos publicados a comienzos de este 2023 por el Ministerio de Agricultura, en la región se sembraron 174.743 hectáreas de esta planta oleaginosa el pasado año. Fueron 43.000 hectáreas más que el año anterior, 2021, cuando se cultivaron 131.250. El incremento fue notable: un 33 por ciento en solo un año. 

Se dieron varias condiciones que explican este incremento, tal y como detalla a La Tribuna Manuel Torrero, vicepresidente de Asaja de Castilla-La Mancha y secretario general de esta organización en Cuenca. Por un lado, se permitió aprovechar terrenos que estaban en barbecho para ponerlos en cultivo a raíz de la guerra de Ucrania. Y es que el país que intenta invadir Rusia es uno de los grandes graneros de Europa y sus campos son fundamentales para la producción de cereal y girasol.

Otra de las claves fue precisamente que a las alturas del año en el que se declaró la guerra pocos eran los cultivos que por sus condiciones agronómicas se podían sembrar, pues el ciclo del girasol puede comenzar en primavera a diferencia de otros herbáceos que se siembran en otoño o invierno.

La tercera de las patas estaba en la subida de los precios del girasol. Sin embargo, Torrero asegura que este incremento de la superficie cultivada de girasol no se ha traducido en una mayor producción ni rentabilidad para los agricultores. Cree que no les ha compensado.

Ha jugado en contra la meteorología. El pasado verano fue muy caluroso, con episodios de temperaturas extremas que hicieron caer el rendimiento de las plantaciones, incluso en zonas de Cuenca y Guadalajara, donde es un cultivo tradicional. 

El caso es que paralelamente no ha bajado la superficie dedicada a barbecho. Según los datos del Ministerio, en 2022 hubo 810.424 hectáreas en la región, que son 13.555 más que el año anterior. Torrero explica que no todo el barbecho se podía acoger a la flexibilización decretada por la guerra, pues tiene su función para regenerar el suelo. Además se junta que muchas zonas de la región no tienen condiciones favorables para el girasol y en las fechas en las que se autorizó prácticamente no había otra planta que se podía sembrar. 

Torrero cree que este 2023 la superficie de girasol no crecerá pues con la nueva PAC se han quitado ayudas a cultivos proteicos. 

Cereales: 1,2 millones de hectáreas. En 2022 se cultivaron casi 100.00 hectáreas menos que el anterior. Destacan por número las 681.000 hectáreas de cebada y las casi 300.000 de trigo.

Viñedo: 455.533 hectáreas. Castilla-La Mancha es el mayor viñedo de Europa, aunque en 2022 perdió unas 6.000 hectáreas en comparación con el año anterior. Prácticamente toda la superficie se destina al vino, pues solo hay unas 2.300 hectáreas de uva de mesa. 

Olivar: 447.042 hectáreas. En Castilla-La Mancha el olivar está ya prácticamente empatado con el viñedo, aunque en 2022 perdió unas 2.000 hectáreas en comparación con el año anterior. La gran mayoría de los olivares de la región son para producir aceite, pues solo se contabilizan unas 224 hectáreas de aceituna de mesa. 

Almendro: 157.976 hectáreas. La expansión de las plantaciones de almendro durante los últimos años ha hecho que en 2022 ya haya casi 158.000 hectáreas, que son unas 3.500 más que en 2021.

Pistacho: 53.925 hectáreas. Otro de los frutales que va ganando terreno en la región es el pistachero. Ya hay casi 54.000 hectáreas en la región. En solo un año se han sumado 9.000 más. 

Guisantes: 37.035 hectáreas. Es la leguminosa que más se planta en la región. En 2022 se cutlivaron 4.000 hectáreas más que en 2021.

Lentejas: 27.681 hectáreas. El cultivo de lentejas en Castilla-La Mancha sumó 3.000 hectáreas más en 2022. 

Ajo: 19.376 hectáreas. El ajo es uno de los productos emblemáticos de la región. En 2022 se plantaron casi 20.000 hectáreas, pero fueron casi 5.000 menos que en 2021.

Aromáticas: 9.047 hectáreas. Se suman 200 hectáreas más.

Cebolla: 9.984 hectáreas. La cifra de superficie cultivada de cebolla en Castilla-La Mancha ha bajado en unas 500 hectáreas entre 2021 y 2022.