El martes festivo amaneció nublado. La lluvia amenazaba una jornada que presentaba varios actos en su programa. Peñistas, conquenses y visitantes miraban al cielo con temor, y los pronósticos televisivos no auguraban nada bueno. Aunque con algún amago de llovizna durante la jornada, sobre todo por la mañana, las nubes abrieron y el sol comenzó a brillar para dar lustre al cuarto y penúltimo día de las fiestas. 

Gigantes y cabezudos dieron comienzo a los festejos con su tradicional desfile mientras los niños -y los no tan niños- los miran con expectación a cada paso. Por muchas veces que los veas es imposible que no salga una sonrisa cuando te cruzas con ellos. Los críos, por aquello de ver a personajes extraños en una ruptura de la rutina, y los mayores porque, precisamente, les retrotrae a esa infancia en la que empezaron a vivir las fiestas de San Mateo. Con los gigantes y cabezudos aún en pasacalles, las peñas iban llegando a la plaza con sus pancartas, que iban a servir luego para hacer una especie de pasillo de honor a las autoridades y, principalmente, al Pendón, protagonista indiscutible de la jornada. A su vez, las autoridades, con sus mejores galas y dejando el informal atuendo de San Mateo a un lado, formaban ya en los arcos del Ayuntamiento, a la espera del inicio del acto. El grupo de recreación histórica Conca ponía también la nota de color, con Alfonso VIII y su esposa Leonor a la cabeza.

Ya en la Catedral, con esa curiosa estampa de religiosos, autoridades, peñistas y curiosos deambulando por su interior, el Capellán Mayor del Templo entregó el Pendón de Alfonso VIII le fue entregado a la concejal más joven de la Corporación municipal, Nerea Sancho Beamud, que lo recibió bajo la promesa de devolverlo mañana (hoy), festividad de San Mateo. «Os entrego la enseña con la que se ganó esta ciudad, para llevarla en procesión hasta la Casa Consistorial. Y la devolveréis mañana por la mañana según costumbre y tradición», proclamó el Capellán. «Prometo devolverla, pues con ese fin la recibo», respondió la concejal en el solemne acto en la Basílica. Ya con el Pendón en sus manos, Nerea Sancho abrió la comitiva de regreso al Ayuntamiento en un  recorrido en el que estuvo acompañada por el alcalde, Darío Dolz, y el resto de concejales; autoridades provinciales, regionales y estatales; directiva de las Peñas Mateas con su presidente Javier Benayas a la cabeza, maromeros; el cronista oficial de la ciudad, Miguel Romero; y el grupo de recreación histórica 'Conca'. Cerraba la comitiva la Banda Municipal de Música de Cuenca que tanto a la salida de la Catedral como bajo los arcos del Ayuntamiento interpretó los acordes del Himno Nacional.

pasodobles y vaquillas. Con el símbolo de la conquista de Cuenca luciendo ya en el balcón consistorial, donde pasó la noche hasta que hoy a las 10,30 se proceda a su devolución momentos antes de la misa de San Mateo y las posterior ofrenda floral a la estatua de Alfonso VIII, comenzó la parte más festiva y popular de la jornada: pasodobles, vaquillas y verbena.