El ocio nocturno huye del «alarmismo»

Leo Cortijo
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Desde el sector avisan que están siendo «previsores» para garantizar «el mejor servicio» en esta recta final de año, con una Navidad en la que tienen puestas «altas expectativas».

El sector del ocio nocturno ha sido uno de los que más ha sufrido las consecuencias de la pandemia durante el último año y medio. - Foto: Upe García

La noticia ha servido para titular infinidad de páginas en periódicos y llenar minutos de radio y televisión a diestro y siniestro. La alargada sombra de la pandemia, la falta de suministros como el vidrio o el corcho necesarios para elaborar las botellas y los tapones, la ausencia de transportistas, la alta demanda y hasta el Brexit podrían estar detrás de una hipotética carestía de bebidas alcohólicas en el mercado. En condicional... que no cunda el pánico. Las noticias están ahí, pero «de momento podemos seguir funcionando con normalidad y no queremos alarmar a nadie».

De esta forma comienza Darío Palomero, socio del Grupo Mon, a mostrar su postura sobre este asunto que a distribuidores y hosteleros, hasta la fecha, no supone un verdadero quebradero de cabeza. «Queremos que las personas vengan tranquilas a disfrutar del ocio nocturno, venimos de unos meses malos y no queremos más señales de alarma», comenta uno de los responsables de hasta ocho locales de este sector repartidos por toda la ciudad.

Palomero hace un «llamamiento a la tranquilidad» en este sentido, sabedor de que lo único que pueden generar cuestiones como ésta es una merma en el consumo. Además, pone el foco en que la falta de alcohol se puede circunscribir, como mucho, a una marca concreta y en un momento puntual. «Es cierto que algunos productos pueden llegar de peor manera, pero no es algo generalizado», argumenta en esta línea, por lo que «debemos mantener la calma y, sobre todo, animar a las personas a que consuman que es lo que hace falta para que salgamos de la crisis».

Después de un verano que ha sonreído al ocio nocturno gracias al imparable ritmo de la vacunación, que ha permitido sacar a flote unas embarcaciones que han pasado por terribles marejadas, ahora a la vuelta de la esquina asoma un periodo clave del año: Navidad. No cabe duda de que una posible falta de suministros condicionaría en gran medida su actividad durante esta campaña, fundamental para el sector, porque «venderíamos menos y seguiríamos muy tocados». Con todo, avisa que desde el sector están siendo «previsores» para garantizar «el mejor servicio» en esta recta final de año.

Campaña de navidad. Los empresarios de este sector, que el coronavirus ha puesto contra la espada y la pared, son conscientes de que deben aprovechar las circunstancias que desde el pasado mes de mayo se han producido, una vez que decayó el estado de alarma. «La gente tenía muchas ganas de volver a salir, reencontrarse con sus amigos y compartir un buen momento de ocio, y eso se ha dejado notar desde los primeros días que se quitaron las restricciones», subraya Palomero. Ahora bien, «todavía falta mucho para poder recuperar todo el daño que hemos sufrido, así que ahora es momento de regresar a la normalidad». Las comidas y cenas familiares, de amigos o de empresa de cara a Navidad son un buen ejemplo de ello. «Notamos este interés y tenemos buenas previsiones, pero para ello debemos insistir en mensajes positivos y no alarmar con noticias que de momento no han perjudicado nuestra actividad», sentencia este experto en la materia.

«La mosca detrás de la oreja» debido al coronavirus. Hay un asunto que, de momento, asoma a lo lejos en el horizonte y que los empresarios del ocio nocturno no quieren que se acerque bajo ningún concepto. La tendencia al alza de los positivos durante los últimos días, aunque controlada, se consolida en el tiempo. Lo más positivo es que eso todavía no se traduce en un empeoramiento significativo en el resto de indicadores. Con todo, en el sector contienen la respiración conscientes de que «cuando los datos han sido malos, la hostelería en general, y en particular el ocio nocturno, hemos pagado los platos rotos». Un aspecto que Darío Palomero, socio del Grupo Mon, considera un «error», y es que «si se plantearan de nuevo restricciones para el ocio nocturno no dudemos que la gente se va a juntar en fiestas en casas, sin distancia, sin mascarilla y sin normas a las que atenerse, por lo que la posibilidad de contagio será mayor», argumenta. 

Esta circunstancia les obliga a tener siempre –dice– «la mosca detrás de la oreja», pues «no podemos decir lo que harán las administraciones, pero sí les pediríamos que se lo piensen dos veces antes de tomar estas medidas porque llevamos un tiempo sin restricciones y los casos no se han disparado, la población ya tiene un alto índice de vacunación y los hospitales están lejos de colapsarse». 

Asimismo, comenta este empresario del sector, «si se cierra el ocio nocturno nuevamente jugarán con el salario de mucha gente y con el futuro de muchos negocios que están al límite».

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