Cierto es que hay noticias que, al abandonar el carro de la actualidad, pasan al disco duro de la memoria colectiva haciéndonos creer que llevan entre nosotros desde tiempo inmemorial. Algo parecido ocurre con el centro de estudios penitenciarios que, tras el primer y definitivo impulso de la asociación Tu abandono nos puede matar (al César lo que es del César), comienza a coger velocidad de crucero, al menos en lo que se refiere a la rehabilitación del antiguo colegio menor María de Molina. Lo bueno de esta noticia no es sólo la propia rehabilitación para uso de aquellos funcionarios que se desplacen a nuestra ciudad para participar en los diferentes cursos del CEP, sino la recuperación de un edificio emblemático diez años después de su cierre por aquello del descenso de matrículas.
Lo que no desciende es el número de graffitis en los lugares más insospechados de la capital. Los puedes encontrar «alegrando» fachadas, rincones y tejados. Por cierto, uno se pregunta cómo es posible que hayan podido pintarse sin molestar a los vecinos, además de correr un riesgo importante. Quizá convendría habilitar una serie de espacios para dar rienda suelta a tanto arte urbano evitando la proliferación de firmas y pintadas por cualquier fachada, sin tener en cuenta la situación o la importancia patrimonial. Tampoco desciende el número de socavones. Ya comenté en esta misma columna hace una semana la creación de uno nuevo, de forma espontánea, en la confluencia de República Argentina y San Ignacio de Loyola. Haciendo un símil educativo diremos que progresa adecuadamente.
Por aquello del establecimiento del calendario laboral regional estaremos dos semanas sin encontrarnos. Ya saben que el próximo jueves es festivo. Dicen que por motivo del Corpus Christi. Parece que los sesudos munícipes que elaboran tan deseado calendario regional pasan por alto la fecha de tan importante celebración, ¿no? La Iglesia Católica celebra el Corpus el domingo, día 19, no el jueves 16, por más que haya ciudades (Sevilla, Granada, Toledo…) que disfruten de permiso o dispensa para festejarlo en el tradicional jueves que reluce más que el sol. Por supuesto que a todos nos viene fantástico disfrutar de un día festivo, no voy a negarlo, pero ¿no sería más interesante fijar este festivo en un día que pueda ser celebrado por todos los habitantes de nuestra comunidad autónoma? Parece que está pensado exclusivamente para los toledanos, produciéndose una paradoja simpática: el jueves será festivo pero la conmemoración que ocasiona esa festividad la celebraremos el domingo siguiente. En fin. Nosotros lo celebraremos cuando toca, con nuestra solemne procesión en la tarde del domingo. Siempre he pensado que todas las cosas tienen que tener una razón de ser, un por qué. Ojalá se reorganice el calendario laboral regional en algún momento primando criterios más racionales y universales para que podamos adecuar la celebración a lo celebrado. De otra manera disfrutaremos de un día feriado sin nada que festejar. ¿No les parece más lógico cambiar, de una forma autonómica, esta celebración por el 19 de marzo, día de San José?