«Aluvión» en autoescuelas para lograr el carné profesional

Leo Cortijo
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La necesidad de mano de obra en empresas del sector de transporte de mercancías y viajeros dispara las inscripciones en estos centros de formación, que aumentan sobre un 35 por ciento respecto al año pasado

Un alumno realiza ejercicios con el fin de preparar el examen teórico en una autoescuela de la ciudad. - Foto: Reyes Martí­nez

Hay un sector en el que se necesita mano de obra como el comer. Las empresas que se dedican a transportar tanto mercancías como viajeros han encendido todas las alarmas y han puesto sobre la mesa la necesidad imperiosa de contratar conductores para llevar a buen puerto camiones y autobuses. Muchos han visto en este sentido una opción vital y una salida profesional que quieren aprovechar y por esa razón las autoescuelas han registrado un sustancial incremento en las matriculaciones para obtener el carné profesional. El presidente de la asociación sectorial, Rafael Lozano, lo tilda incluso de «aluvión» por lo que han notado en los últimos meses.

De hecho, traslada las impresiones del colectivo a lo numérico, y es que la demanda de este tipo de licencias –C y D en sus distintas modalidades– se ha incrementado en territorio conquense en torno a un 35 por ciento con respecto al año pasado. Esta cantidad, añade Lozano, crece incluso hasta el 60 por ciento a nivel regional. «La demanda está subiendo exponencialmente porque el problema no se circunscribe solo a nuestra región o a España, sino también a algunos países de Europa como Reino Unido, Francia o Alemania, que están pidiendo transportistas», subraya el máximo responsable de la asociación provincial.

Cuenca es una provincia en la que el sector del transporte de mercancías tiene un peso específico muy importante, y eso se deja notar en las autoescuelas de algunos municipios. La demanda es todavía más elevada en emplazamientos como Iniesta, Motilla del Palancar, Tarancón o Las Pedroñeras. En estos pueblos, comenta Lozano, «hay, en proporción, más inscripciones que aquí en la capital».

Eso está produciendo cuellos de botella en numerosas autoesculas del país, incapaces de asumir una demanda tan elevada porque la oferta de pruebas de examen es reducida. En Cuenca, sin embargo, no hay problemas en este sentido, argumenta, y es que «tenemos una Jefatura Provincial que está trabajando muy bien este aspecto». Tal y como explica, «han llegado examinadores nuevos e incluso estamos dotados con una partida de casi un millón de euros para hacer horas extra, con lo que está surtido todo el calendario de pruebas». Factores determinantes para que aquel que quiera obtener la licencia pueda conseguirla en tiempo y forma.

Eso propicia además que interesandos en obtener el carné profesional de otras provincias –incluso en muchas ocasiones no siendo las más cercanas a Cuenca– se desplacen hasta territorio conquense para matricularse en alguna autoescuela local. Esto, en palabras de Lozano, siempre ha existido. No en vano, «Cuenca ha sido una ciudad de turismo de carné». Ahora el efecto llamada es incluso «mayor».

De un tiempo a esta parte, el perfil del demandante de este tipo de licencias evidencia la teoría de que ser transportista se ha convertido en una opción de futuro. Lozano comenta que en la inmensa mayoría de casos, o bien son jóvenes que buscan la titulación para iniciar su andadura en el mercado de trabajo, o bien hombres de mediana edad que llegan rebotados de otros sectores porque ahora se encuentran sin empleo o porque las condiciones labores no eran tan beneficiosas. «Es una forma de ganarse la vida y hay muchas posibilidades de encontrar un puesto», remata.