Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


La leal (y algo desvaída) oposición

26/10/2022

Siempre me ha sorprendido la correcta relación entre el Gobierno y la oposición en las principales democracias europeas. Y, pese al desfallecimiento del sistema político que se vive en el Reino Unido, forzoso es reconocer que quizá el líder laborista Keir Starmer, sin duda un nombre a apuntar próximamente para el 10 de Downing Street, está siendo más leal con sus rivales conservadores que los propios 'tories' consigo mismos.
El funcionamiento de la oposición con respecto al Gobierno define tanto o más la calidad de una democracia como la propia acción del Ejecutivo. Y creo que, en estos momentos en los que nos asomamos en España a una larga precampaña electoral, quizá convenga analizar fortalezas y debilidades de un Alberto Núñez Feijoo que creo que tiene mucho que aportar al futuro y algo que aprender en el presente y del pasado.
Lo digo porque desde las trincheras cercanas al poder de Pedro Sánchez, que vaya si las hay, se dispara no poco contra la figura de Feijoo por considerarlo, dicen, no del todo preparado para sustituir a la suavizada acción política limitada a Galicia por la ferocidad de la batalla en la Villa y Corte, donde no se hacen prisioneros. Cualquiera que tenga ocasión de recorrer comunidades diferentes a Madrid podrá testificar que el grado de crispación y la intensidad de las escaramuzas políticas es muy superior en la capital que en la mayor parte del resto de España, e incluyo aquí a Cataluña.
Feijoo viene respaldado por unas encuestas que reflejan más bien el cansancio ante los modos y maneras socialistas --y porque gobernar desgasta más, digan lo que digan, que mantenerse en la oposición_que las indudables virtudes propias. Qué duda cabe de que el presidente del PP muestra inseguridades en el manejo de las cifras económicas y una acaso excesiva propensión al ahorro en las sonrisas. Pero tampoco se puede dudar de que su moderación, su talante contenido y la falta de estridencias son virtudes que electoralmente superan a los defectos.
El empuje que, valiéndose de todos los métodos a su alcance, exhibe el 'sanchismo' hace que la educada oposición se vea algo desvaída en no pocas cuestiones. Pero hay temas más de fondo: de nada sirve agotar las municiones en asuntos puntuales, como la ley trans, el indulto a Griñán, la ley de memoria histórica o la reforma de los artículos sobre la sedición en el Código Penal cuando existen temas de muchísimo mayor alcance en los que el PP apenas se fija, empeñado en mirar al dedo que señala a la luna y no a la luna misma.
Y pienso, por ejemplo, en la creciente inseguridad jurídica. O en los evidentes intentos de apropiación de parcelas del Estado por parte del Ejecutivo, desde la televisión y la radio públicas hasta los servicios secretos o la Fiscalía, por poner apenas algunos ejemplos que precisarían de una oposición mucho más contundente -y no precisamente expresada desde Bruselas_por parte del PP.
La transformación, no sé si del todo para bien, que se está produciendo en la democracia española tiene, así, más alcance que una ley trans que debería mejorarse (obviamente), pero no tirarse al cubo de la basura; y lo mismo cabría decir de las reformas penales o del análisis de nuestra propia Historia.
El señor Feijoo tiene, sin duda, grandes posibilidades de convertirse en el próximo presidente del Gobierno de España (aunque no hable fluidamente inglés, como destaca maliciosamente algún medio afín a Sánchez), pero no son la oposición del 'no y no a todo' ni la demonización total de quien ahora ocupa el sillón de La Moncloa los métodos más eficaces y seguros para llegar a esa meta.