Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Daños colaterales

01/06/2021

Si la concesión de los indultos parciales a los condenados por el ‘procés’ tiene la finalidad última de que Pedro Sánchez se mantenga en La Moncloa no solo lo que resta de legislatura, sino ganando las próximas elecciones generales, la operación no puede ser más controvertida y tener todos los riesgos posibles para sus pretensiones. Las encuestas, el clima social, apunta en sentido contrario y ni tan siquiera las proyecciones de mejora económica para los dos próximos años que avizoran los servicios de estudios y los organismos internacionales parecen que por el momento vayan a doblegar esa curva ascendente de los partidos conservadores.  

Si Pedro Sánchez pone en riesgo su permanencia al frente del Gobierno, si los indultos pueden ser la puntilla a su poder tanto por la protesta que genera entre los particos conservadores como entre una parte de sus filas, y con la izquierda a su izquierda en horas bajas y dividida, habría que concederle el beneficio de la duda de que su iniciativa tiene la intención de acotar el expediente catalán de darle una salida negociada a un problema, que no se olvide, existe y que necesita solución. Por el momento, es preciso insistir en recordarlo, de los partidos conservadores se sabe lo que no quieren, que se concedan los indultos, pero no se sabe cuáles son las soluciones que aportan, que es lo que proponen. Se manifestarán en la plaza de Colón, que por el momento es el único punto de conexión del centro derecha, sin que se produzca la integración electoral que desea el PP, con una nueva foto de sus principales líderes, -Pablo Casado y Santiago Abascal, por el momento, y las dudas de Inés Arrimadas- y llevarán a cabo una ofensiva institucional en la que si ven algún riesgo para la unidad nacional quizás debieran proponer la aplicación del artículo 155 de la Constitución con carácter permanente.    

No solo a la oposición conservadora les parece mal la concesión de los indultos por lo que puedan suponer de denigrar la dignidad nacional, sino que tampoco les gusta a los independentistas más irredentos por cuanto les arrebata una de sus banderas, la petición de amnistía que ya tendría menos sentido y pasaría a ocupar un lugar secundario en una mesa de diálogo con el Govern catalán, sería una nota a pie de página y en ese sentido contribuiría a segar la hierba bajo sus pies. A su vez los históricos socialistas de siempre exhiben sus añoranzas que tienen su público.  

De forma colateral, la concesión de los indultos a los condenados del ‘procès’ ha vuelto a poner de manifiesto otros problemas que se arrastran desde siempre, la falta de lealtad de los partidos conservadores cuando el PSOE está en el Gobierno, la tentación de los jueces de realizar pronunciamientos políticos que no les competen, la costumbre de tratar de desgastar al gobierno mediante la utilización de la calle bajo el paraguas de una supuesta ‘sociedad civil’ dirigida siempre por los mismos y que se manifiesta siempre en la misma dirección, pasar de puntillas sobre decisiones similares… El PP ha desempolvado el mismo librillo que utilizó contra la negociación de Zapatero con ETA o el Estatuto de Cataluña. En un caso el problema quedó resuelto y no sirvió para ganar elecciones, y en el otro aquellos polvos se convirtieron en un vivero de independentistas, pero ahora puede devolver al PP al gobierno.