La despoblación amenaza con borrar del mapa a diez concejales

Leo Cortijo
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La pérdida de habitantes puede reducir ediles en, como poco, ocho pueblos de la provincia de Cuenca. Buenache, Tragacete o Zarza de Tajo son ejemplos de todo lo contrario.

La despoblación amenaza con borrar del mapa a diez concejales - Foto: Reyes Martínez

La despoblación es como un pulpo que, de una manera o de otra, todo lo toca con sus gelatinosos tentáculos. No hay aspecto que permanezca ajeno a las perjudiciales repercusiones del reto demográfico, incluido el cálculo electoral. Circunstancia que, por cierto, ya está encima de la mesa con unas elecciones municipales que asoman a la vuelta de la esquina. Cuenca, tristemente, es punta de lanza en esta materia. Uno de los territorios más afectados por la pérdida constante de vecinos, casi de forma generalizada, en su amplia nómina de 238 municipios. La vida, que es eso que pasa entre cita con las urnas y cita con las urnas, atestigua que en cada proceso electoral el número de concejales se reduce.

El censo que será llamado a las urnas el 28 de mayo se cerrará unos tres meses antes, el 1 de febrero. Si la situación no cambia drásticamente y de forma casi milagrosa, la despoblación amenaza con borrar el mapa, como mínimo, a una decena de ediles de cuantos se reparten por los 17.000 kilómetros cuadrados de la provincia. Según los datos del padrón que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta ocho pueblos viven bajo la espada de Damocles de perder representantes en sus corporaciones municipales teniendo en cuenta el número de habitantes que ostentaban cuando se votó en clave local por última vez y los que tenían en 2021, que es el último censo consolidado.

El de mayor importancia en relación al número de habitantes es Villalpardo, que baja del millar y, por tanto, pasaría de nueve a siete concejales en su ayuntamiento. En el siguiente escalón hay cuatro municipios, que pierden otros dos ediles al pasar de siete a cinco porque según marca la norma establecida su censo decrece por debajo de los 251 vecinos. En este grupo se encuentran Beteta, Cañaveras, Fuentelespino de Haro y Hontanaya. En el tercer y último nivel del escalafón, los que tienen cien o menos de cien vecinos censados. Montalbanejo, Salmeroncillos y Tribaldos pasarían de celebrar plenos con cinco personas a organizarlos con solo tres.

La despoblación amenaza con borrar del mapa a diez concejalesLa despoblación amenaza con borrar del mapa a diez concejales

Saldo positivo. La sangría de concejales –que de momento se queda en la decena– no es mayor gracias al empuje demográfico de tres pueblos que, en el lado opuesto de la balanza, tendrán mayor número de representantes en sus consistorios. Uno de los casos más llamativos es el de Zarza de Tajo, que pasa de 239 habitantes en 2019 a 296 en 2021, y eso le faculta para crecer de cinco a siete ediles. Ahí se encuentra también Tragacete, que según el INE ha pasado de 249 a 261. El último pueblo con saldo positivo es Buenache de la Sierra, que supera el centenar de residentes y, por tanto, pasa de tres a cinco concejales.

La despoblación amenaza con borrar del mapa a diez concejales
La despoblación amenaza con borrar del mapa a diez concejales

Con todo, habrá que estar muy atentos al censo final con el que lleguen los municipios a las elecciones de mayo, pues ya con los datos de 2021 hay varios que por un margen muy exiguo todavía no pierden, pero resulta relativamente sencillo que sí lo hagan cuando llegue el momento debido a la tendencia general a la baja. Es el caso, por ejemplo, de Campillos-Paravientos, Carrascosa de Haro, Fuentelespino de Moya o Huélamo, entre algunos otros.