Mujeres que mueven Cuenca

Leo Cortijo
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Un centenar de emprendedoras se agrupan para generar sinergias entre sí y valorar el potencial empresarial de la ciudad

Mujeres que mueven Cuenca - Foto: Esther Vieco

Nacen identificadas e impulsadas por un mensaje positivo: «Cuenca nos mueve». Un grupo de mujeres autónomas «involucradas» en el futuro de la ciudad han dado un paso al frente y estrechado sus lazos para conseguir un bien común y todo bajo el paraguas de una asociación cuyo nombre no alberga lugar a la duda: ‘Mujeres que mueven Cuenca’. Las almas máter del proyecto son Paula Serrano y Silvia Fernández, pero ya son una legión, pues se acercan meteóricamente al centenar de asociadas.

Su razón de ser se bifurca en dos sentidos. Por un lado, «apoyarnos entre nosotras y aprender unas de otras para mejorar en nuestro día a día» y, por otro, «poner en valor el alto potencial empresarial de nuestra ciudad». Este colectivo cree firmemente que se pueden establecer «potentes sinergias» entre ellas que conduzcan a Cuenca al lugar que se merece, «dando a conocer todo lo bueno que ya tenemos y tratando de buscar soluciones para crear nuevas oportunidades».

Y es que ese es otro de sus principios capitales, pues pretenden conseguir una «ciudad de calidad para nuestros hijos», con servicios, empleo, ocio, y para ello entienden que se debe abandonar «el mensaje derrotista en el que nos hemos instalado en los últimos años y potenciar lo que nuestra ciudad puede ofrecer».

Esos son los pilares sobre los que construyen su ideario, pero ¿qué pautas van a seguir sus acciones a partir de ahora? Por un lado, argumentan, intentarán buscar soluciones y proponerlas a los agentes implicados «en el avance y la mejora de las condiciones del empresariado en nuestra ciudad, porque unidas tenemos más fuerza y el cambio es ya imprescindible». Son muy tajantes al respecto: «Nuestra ciudad está tocando fondo y ahora sólo hay una opción: subir». Por otro, organizarán actividades de dinamización interna «que nos hagan crecer a todas y cada una como emprendedoras pero también como mujeres».

Ellas mismas se autodefinen como «grandes profesionales». Están convencidas de ello y de que les unen «las mismas inquietudes», por lo que «uniendo nuestras fuerzas podemos llegar mucho más lejos, tanto en el ámbito propio como en el bien común de nuestra ciudad».

La génesis del proyecto. Todo comenzó con un café entre dos amigas para compartir vivencias sobre la maternidad y ha terminado por convertirse en un «movimiento asociativo que Cuenca necesitaba», destaca Paula. Las redes sociales jugaron un papel fundamental, pues a través de ellas conocieron a homólogas suyas que desarrollaban su actividad en la ciudad. Al momento, ya tenían «una hora, una fecha y un lugar» para la primera reunión con unas 30 emprendedoras dispuestas a sacar algo en claro. Esa toma de contacto, a principios de diciembre, sirvió fundamentalmente «para conocernos». La siguiente reunión se celebró a mediados de enero, condicionada por el cierre de algunos negocios en la zona centro. «Ahí nos reivindicamos y pensamos que lo que debíamos hacer tenía que ser en positivo», destaca Silvia. 

El proyecto comenzó a viralizarse gracias al empuje de las redes y en poco tiempo alcanzaron las 60 asociadas. Tanto creció el «hijo» –como lo conocen de forma simpática– que organizaron un evento a principios de este mes para presentarse oficialmente en sociedad. El acto fue todo un éxito. Ya tienen un equipo de dirección y ahora están en proceso de constituirse como asociación en todos los sentidos. Cada una de ellas arrima el hombro con lo mejor que sabe hacer y por ahora todo marcha sobre ruedas y muy rápido... «Queremos ir más despacio, pero no nos sale», apunta Paula entre risas. Conjugan perfiles muy diversos y sectores de emprendimiento muy distintos entre sí. Hay mujeres de todas las edades y de negocios más modernos, pero también algunos «de toda la vida de Cuenca porque son las nuevas generaciones las que ahora tiran del carro».

Paula, Silvia y todas las que conforman ‘Mujeres que mueven Cuenca’ tienen algo en común, y es «mucha ilusión» por crear algo positivo que mueva a la ciudad del letargo en el que se encuentra. Por eso no les importa ponerse el mono de trabajo y entregar tiempo de su vida profesional y personal en pro de la asociación. «Si estamos aquí es por algo», argumenta Silvia, «queremos trasladar la magia que tenemos dentro del grupo hacia fuera, porque sentimos que necesitamos estar a la altura de lo que hemos creado». Una creación que, por el momento, ‘pinta’ muy bien...