Una amistad a prueba de bombas

L. M. Pascual (EFE)
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Mbappé y Hakimi, inseparables amigos en el PSG, se verán las caras en un duelo que marcará el choque

El francés atacará por la banda izquierda, la misma que tendrá que defender el marroquí como lateral derecho. - Foto: EP y EFE

Durante meses fue el secreto mejor guardado del mundo del fútbol ¿Seguirá Kylian Mbappé en el PSG o se irá al Real Madrid? Nadie era capaz de contestar a la pregunta con argumentos. Cuando en mayo pasado el atacante anunció que se quedaba, todo el vestuario del equipo francés confesó que lo desconocía hasta el último momento.

¿Todo? No. Achraff Hakimi lo supo «unos días antes», según declaró el marroquí, que puso así dimensión a la amistad que une a ambos, cómplices en su club, rivales hoy por un puesto en la final del Mundial de Qatar.

Unos días después de que se midieran Hugo Lloris y Harry Kane, dos camaradas del Tottenham que pasan juntos muchas de sus vacaciones, el emirato del Golfo Pérsico vivirá una situación parecida.

Mbappé y Hakimi no son del mismo año, aunque su nacimiento solo difiere en un mes, no son del mismo país, aunque comparten las mismas lenguas, no tienen la misma cultura, pero ambos disfrutan casi de las mismas aficiones.

El suyo fue un flechazo que surgió en el verano de 2021, cuando el africano llegó a París procedente del Inter de Milán, convertido en uno de los fichajes estrella de aquella temporada.

El francés le adoptó desde el primer momento, fue su guía en los campos de entrenamiento de su nuevo club, su consejero en el vestuario, su 'cicerone' en la ciudad.

Mbappé le ayudó a encontrar casa, le mostró los restaurantes de moda y le enseñó a adaptarse a una vida a la que otros, sin el mismo consejero, tardaron meses en encontrarle el sentido.

Hakimi y Mbappé hablaban español, el uno porque creció en Getafe, el otro porque tiene la ambición de saberlo todo. Juntos recorrían la capital francesa, jugaban a las consolas, acudían a los mismos espectáculos.

Eran unos meses en los que en el vestuario del PSG, dirigido entonces por Mauricio Pochettino, primaba el clan latino; Mbappé encontró en el lateral derecho al cómplice necesario para no perder influencia. Y Hakimi al mejor escudero posible.

Hostilidades

Hoy, las bromas tomarán otro cariz. La estrella gala será el encargado de romper el fortín de los 'leones del Atlas' por la banda izquierda donde su amigo deberá aguantar el asedio. Saltarán chispas entre dos jugadores en un gran estado de forma, dos amigos que se habían fijado escribir la historia de sus países. Y a quienes todavía les queda tinta en sus plumas.

El atacante se ha fijado una misión, lograr el segundo Mundial consecutivo. Por ahora es el máximo goleador de la competición y mantiene la cabeza agachada, concentrado en su objetivo.

Hakimi forma parte de la fortaleza marroquí que ha llevado a su nación a las cotas más altas que nunca ha conocido un país árabe ni africano. Cuanto más alto sitúe el listón, más esperanza generarán para el futuro.

Del choque pueden saltar chispas, pero la amistad parece sólida y no se ha enfriado en el torneo. Ambos se llaman habitualmente, y lo volverán hacer sea cual sea el resultado del encuentro previo a la final.