La Diputación refuerza su servicio de abastecimiento de agua

J. López
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La institución provincial incorpora un camión cisterna con capacidad de 30.000 litros que se pondrá en servicio este verano para proveer a la población

Imagen de un camión cisterna que abasteció de agua a un municipio el verano pasado.

El Área de Infraestructuras y Servicios de la Diputación de Cuenca reforzará sus prestaciones durante este verano para que los municipios de Cuenca estén abastecidos. Conscientes de que la población se incrementará notablemente, el departamento que dirige el diputado provincial y vicepresidente primero de la institución, Francisco López, va a incorporar un camión cisterna de 30.000 litros para aprovisionar de agua a la población. Este nuevo camión, que está preparándose ya para su puesta en servicio, se unirá a los otros dos que se mantienen y que suman 25.000 y 30.000 litros. 

Bien es cierto, apunta López, que este servicio está pensado para poblaciones pequeñas que, a través de estas cubas, «sean capaces de sostener el depósito regulador, siempre y cuando el pueblo tenga otro sondeo». Además, el Área de Infraestructuras ha ejecutado una partida de 600.000 euros destinada a reparaciones, nuevos sondeos y bombas de agua. Precisamente, el encargado del área apunta que los problemas que se están solucionando por el momento tienen más que ver con reparaciones de las bombas que con la reserva de los manantiales de 70 a 100 metros de profundidad, gracias a las lluvias que han caído durante la primavera. Otro asunto bien distinto son los manantiales que tienen una captación superior a los 300 metros. 

Las incidencias se suceden en la provincia, pero especialmente en la Alcarria. A la escasez de agua que se da en la comarca, se añaden las filtraciones que acaban por romper las bombas. «Estamos cambiándolas de profundidad. Si están a 100 metros ha habido que colocarlas a 70, buscando la zona del sondeo donde no hay arrastres y para que el agua salga más clara», dice. 

López confirma que la llegada de más residentes a las localidades implica el aumento de consumo de agua y por tanto de suministro. Esta semana pasada, sin ir más lejos, revela que «hemos tenido que llevar cisternas a Arcas. La bomba del pozo no era capaz de suministrar lo que gastan los ciudadanos». Asimismo, se están solucionando problemas en el sondeo de La Langa, pedanía de Huete, y en la Herrería de Santa Cristina.

Después de tres meses de confinamiento, la gente «vuelve a sus domicilios, tiene que efectuar la limpieza, regar plantas y el consumo se incrementa». Eso sí, recuerda el vicepresidente primero que «siempre hemos predicado que queremos que en la época estival venga nuestra gente, que por circunstancias tuvo que emigrar a Valencia y a Madrid, y que cuando llegan suponen un revulsivo económico para la hostelería y el comercio de los pueblos. Se trata de hacer el agosto y nunca mejor dicho».