El desencadenante fue que «creí que podía hacer más cosas»

Manu Reina
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El presidente ejecutivo de Rujamar, Rubén Martínez, recibe uno de los galardones de los XIV Premios Empresariales que entrega la Confederación Regional de Empresarios por su trayectoria, que sitúa a la empresa en líder nacional en huevos ecológicos

El presidente ejecutivo de Rujamar, Rubén Martínez (i), y el secretario general de CEOE Cepyme Cuenca, Ángel Mayordomo (d), posaron ayer juntos - Foto: Reyes Martínez

El presidente ejecutivo y socio mayoritario del Grupo Avícola Rujamar, Rubén Martínez, recibirá mañana uno de los galardones de los XIV Premios Empresariales que concede la Confederación Regional de Empresarios de Castilla-La Mancha (Cecam CEOE Cepyme Castilla-La Mancha). El buen hacer de este emprendedor natural de San Lorenzo de la Parrilla, que regenta la empresa líder a nivel nacional en la venta de huevos ecológicos, no ha pasado desapercibido y los empresarios de la región han decidido que sea él el galardonado de este año por parte de la provincia de Cuenca. «Es muy importante para mí y un honor recibir este reconocimiento», asegura el propio Rubén Martínez. 

Rujamar tiene actualmente una facturación de 50 millones de euros anuales y cuenta con más de 200 trabajadores en su plantilla. Esta empresa familiar fue fundada en 1984 y desde hace poco más de dos décadas se encuentra al frente de ella Rubén Martínez. Aunque sus inicios no fueron nada sencillos e incluso estuvieron marcados por la tragedia. El parrillano se formó como profesor de educación física, pero tuvo que regresar a casa en 2002 a causa del fallecimiento de su hermano en un accidente de tráfico. «Fue una catástrofe para mi familia», reconoce. En ese momento tenía la empresa un empleado y facturaba 40.000 euros al año. Su padre tenía el sueño de montar una fábrica de pienso pese a contar con tan sólo 30.000 gallinas. Una ilusión que se hizo realidad, aunque su padre no pudo disfrutarla demasiado porque falleció poco después de construirla.

Martínez se vio entonces con una carga hipotecaria. «Yo no sé si fue por mi ímpetu o por qué, pero seguí trabajando con un sólo empleado hasta 2007», confirma. Incluso pensó en trabajar hasta que le diera para pagar sus deudas y volver cuanto antes a la docencia. Pero todo cambió en 2009 cuando se percató que él también podía tener el éxito que veía en otros empresarios. «Yo no tenía menos formación que el resto y eso empezó a despertarme el afán de estar en el círculo de grandes empresarios», explica. El desencadenante fue «creerme que podría hacer más cosas de las que estaba haciendo».

A partir de 2009 empezó un proceso de crecimiento. El aumento potencial fue evidente, alquilando incluso instalaciones en Saelices, San Lorenzo de la Parrilla y Honrrubia, eso sí con muchas dificultades. Pero todo siguió su curso. Rujamar se posicionó en 2018, con 1.000.000 de gallinas, como líder del sector regional y más tarde el nacional. Para mejorar su producción y su rendimiento empresarial decidió viajar por todo el mundo durante dos años para adquirir más conocimientos. 

En esos viajes vio la necesidad de «cuidar a los animales y no sólo centrarse en generar riqueza». Así, vio que se podía crecer en la agricultura de puesta de huevo de manera distinta. Martínez emprendió entonces un camino hacia el bienestar animal. Hasta tal punto de que el líder de Rujamar tiene la creencia absoluta de que «el bienestar animal debe estar por encima de la rentabilidad de la compañía». Lo demostró fulminando las jaulas de su empresa: «No podía ver a mis gallinas encerradas y pisando alambre». A partir de ahí, convencido también de cuidar el medio ambiente, en el año 2019 llegó a un acuerdo para que el 100 por 100 de la energía que consumía su empresa fuera procedente de energías renovables: «Queremos además que ese 100 por 100 sea de energía propia en 2025». Actualmente se sitúa en el 85 por ciento, reducen la huella de carbono y tienen un centro de investigación para seguir avanzando en el sector. 

proyectos. La semana pasada la empresa con sede en San Lorenzo de la Parrilla compró una compañía en Mondéjar que cuenta con 600.000 aves. La mitad en libertad y la otra mitad en jaulas: «Después de firmar lo primero que hice es llegar a un acuerdo para acabar con las jaulas y dar la libertas a esas gallinas». «Yo algo que esté en mi propiedad no tendrá jaulas», insiste Martínez. 

Otra de las inversiones recientes es instalarse en Canarias y buscar otros espacios en territorio nacional que podrían ver la luz muy pronto. 

Pero no son los únicos movimientos a corto plazo de esta compañía líder a nivel nacional en huevos ecológicos, ya que trasladará las oficinas centrales a la capital conquense con un plazo estimado para verano. «Tenemos dos ubicaciones pero aún debemos elegir donde ponernos», confirma. También habrá que esperar para ver levantar una planta junto a las oficinas centrales, ya que este proyecto está parado por el aumento de presupuesto que ha generado tanto la pandemia como la guerra de Ucrania. El montante económico ha pasado de 24 a 31 millones de euros. «Tenemos que esperar a que baje porque no tiene sentido», incide. 

Otra de las novedades en Rujamar es que abrirá en San Clemente unas instalaciones para dar cabida a 80.000 gallinas camperas en cuatro naves distintas. La empresa ha cambiado el proyecto, ya que en un principio iban a ser 1.000.000 de gallinas ponedoras de suelo.

sector. Rubén Martínez desvela que en cuanto a producción con respecto al mundo «estamos muy bien en materia de bienestar animal», aunque con respecto a Europa «estamos muy mal». Martínez seguirá ejerciendo día tras día para seguir haciendo crecer a una empresa familiar que ha superado todas las expectativas e incluso para seguir siendo un ejemplo no sólo para empresas de su sector, sino también para los de otros. «Estoy orgulloso de trabajar en mi tierra y es evidente de que se puede crecer en las zonas despobladas», confirma. Eso sí, el galardonado por Cecam avisa de que «ahora no es el momento de emprender, sino de mantener la calma», ya que la incertidumbre del mundo acecha un futuro incierto. 

Este empresario tiene muchos sueños en su futuro y siempre llevará la sostenibilidad por bandera, ya que no cesará en su lucha por el bienestar animal y por cuidar el medio ambiente, entre otras acciones. Capaz de dormir poco y mantener una rutina activa, Rubén Martínez sigue luchando por una compañía que a día de hoy no tiene techo, como tampoco lo tienen sus gallinas.