Los hay que ya están haciendo las maletas. Con un poquito de suerte, algunos abandonarán el puesto de trabajo el próximo viernes y no regresarán hasta el jueves que viene. Es lo que tiene el acueducto –ya no es ni puente– del Día de Castilla-La Mancha y la festividad de la Virgen de la Luz. Un lapso de tiempo más que justificado para que muchos conquenses opten por poner tierra de por medio y viajar para desconectar, y más después de que la mayoría no lo haya hecho durante los dos últimos años por razones pandémicas. Y esto no es más que el 'aperitivo' de una campaña veraniga que promete ser «espectacular» al recuperar las cifras previas al estallido del coronavirus.
Bien lo saben las agencias de viajes, seguramente, el sector más castigado por las terribles réplicas económicas del COVID. «Esto es frenético, hay muchísimo trabajo», comenta la responsable de Nautalia Viajes en Cuenca, Ana Rubio, y es que «no recuerdo haber vivido algo así en la vida». Mucho tiene que ver en ello el «efecto embudo» que se ha producido en el sector, y es que después de casi dos años totalmente parados o con infinidad de restricciones, «la gente está deseando viajar». El ejemplo perfecto son esas comuniones que se quedaron en el tintero, y por eso no es de extrañar que entre los destinos preferidos para este puente –más allá de las playas y las islas– haya muchos viajes programados a París para disfrutar de Disneyland.
Rubio, que confirma que las cifras de negocio han regresado al punto de partida previo a la pandemia, pone el foco en otro asunto que no debe pasar por alto. «Se nota mucho que el volumen de trabajo es grande, pero también que hay menos personal porque la pandemia se llevó por delante muchos puestos de trabajo», destaca. De esta forma, menos número de oficinas y menos agentes de viajes tienen que dar respuesta a una demanda similar o incluso algo superior a la de 2019.
Esta experta en la materia resume su mes de mayo, que ha sido un no parar, en dos frases muy sintomáticas que ha escuchado en boca de los clientes que se han acercado a su negocio: «Vamos a viajar por lo que pueda venir» y «da igual lo que cueste porque he estado dos años ahorrando». Eso sí, esta última con algunos matices, pues «hay de todo» en este contexto económico tan difícil, y es que hay gente que contrata con mucho detalle «porque los precios han subido mucho».
Campaña de verano. Ese mismo comentario de «llevo dos años sin salir y quiero viajar» lo ha escuchado Mónica Abanades en su establecimiento, Viajes Ecuador. De hecho, «aunque todavía hay preguntas sobre las limitaciones a viajar al extranjero, la gente se está atreviendo». Esa es la diferencia con respecto a otros años, y es que los conquenses, además de viajar por España, quieren Europa y destinos internacionales. Parece que este verano va a ser pleno en ese sentido a juzgar por «cómo se está vendiendo» ya en mayo la temporada alta, comenta Abanades.
Un turismo que se está espaciando mucho en el calendario, y es que la temporada se prolonga desde el pistoletazo de salida que supone este puente hasta la segunda quincena de septiembre. «Se está programando de todo: cruceros, islas, circuitos, extranjero...», subraya la gerente de Viajes Ecuador, que ahonda en que los hábitos han cambiado notablemente respecto a las vacaciones de los dos últimos años. Años, por cierto, que ya son historia...