El agente artístico debía al músico que mató más de 12.000 euros por un despido

Pedro Ig. Tauroni
-

Jesús Recuenco demandó a su antiguo jefe, Carlos Rivas, por un despido que el juzgado declaró como improcedente. El cantante ni fue readmitido ni indemnizado, por lo que mantuvo la denuncia para cobrar el dinero

Dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía vigilan que nadie sin autorización se acerque al cuerpo de la víctima - Foto: Reyes Martí­nez

Una deuda de 12.000 euros se baraja como una de las posibles hipótesis del trágico suceso que desembocó en la muerte de dos personas en la plaza de España. El pasado miércoles, Carlos Rivas, un conocido representante de artistas de la ciudad, acabó presuntamente de un disparo con la vida de José Ángel Recuenco, un músico que había trabajado para él con anterioridad. Acto seguido, Rivas huyó a casa de sus padres y se suicidó.

Tras el suceso, el juez de guardia, del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Cuenca, autorizó el levantamiento de los cadáveres y dictaminó el secreto de sumario. Los cuerpos fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense.

A Carlos Rivas le realizaron la autopsia ayer por la mañana, aunque no fue hasta las siete y media de la tarde cuando lo llevaron a la parroquia de la Virgen de la Luz en el barrio de San Antón, en donde se celebró una misa corpore insepulto.Tras la celebración religiosa, se procedió a la incineración en el cementerio municipal de Cuenca.

Por su parte, a Jesús Recuenco también se le practicó la autopsia y sus familiares recibieron los restos mortales tras las autorización del juez. El cuerpo pasó la noche en el tanatorio de la capital, donde fue velado por sus allegados. A las doce de esta mañana sus restos se trasladarán directamente a la iglesia de Sotos, donde se celebrará el oficio religioso y se le enterrará en el cementerio de esta localidad.

Precisamente, el Ayuntamiento de Sotos realizó una declaración institucional con el fin de «hacer constar su  más enérgica protesta por este lamentable hecho, así como el rechazo a cualquier tipo de violencia». El Consistorio, además, decretó tres días de luto oficial en recuerdo de su vecino.

El caso sigue bajo secreto de sumario, pero ya empiezan a conocerse algunos de los detalles que podrían haber originado la discusión que finalizó en el crimen. Uno de ellos es, precisamente, una deuda que tiene su origen en un despido improcedente. Se trata de un proceso judicial que no estaba cerrado, y la semana que viene tenían una cita en los juzgados para una vista previa en la que debían dirimir su desacuerdo económico.

Monserrat Rodríguez fue la abogada de oficio que le representó en el caso por despido y en el que denunció a la empresa Espectáculos CR S.L., del que era titular Carlos Rivas y que tenía su sede social en la calle Virgen del Pilar número 4. La abogada destacó que  la semana que viene aún «está pendiente una vista previa» a la que se debían presentar demandante y demandado para solucionar el asunto que tenían entre manos, ya que la empresa ni readmitió ni indemnizó a Recuenco pese a que el juzgado había declarado el despido como  improcedente.

Además, la abogada adelantó que tiene previsto «pedir el aplazamiento de la vista», aunque a partir de ahí  desconoce «qué pasará».

Despido improcedente. Rodríguez explicó a este periódico que su defendido, en un momento determinado,  llegó a su puesto de trabajo, aunque se encontró con la persiana echada y con la carta de despido encima de la mesa. En su misma situación se encontraba una compañera, por lo que, decidieron  ponerse en contacto con un abogado y denunciar a la empresa. Ésta se interpuso en abril de 2013, aunque el fallo del Juzgado de lo Social número 1 de Cuenca no se dictó hasta diciembre de ese mismo año y salió publicado en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) el 5 de febrero de 2014.

Cuando la magistrada citó a ambas partes, el responsable de la empresa denunciada, Carlos Rivas, no compareció, por lo que la magistrada Elena Rivera dictaminó que el despido se declaraba improcedente y obligaba la misma a la readmisión del trabajador o al pago de una indemnización por valor de 8.477 euros más 3.786 de salarios atrasados. Sin embargo, explica que desde la empresa denunciada se mantuvo una disposición nula a los requerimientos judiciales. Recuenco continuaba sin recibir el montante que la justicia había sentenciado, por lo que mantuvo la denuncia.

El pasado miércoles, ambos discutieron en la plaza del Mercado, donde Recuenco tiene su oficina y se dedicaba a las representaciones artísticas. Al parecer, tras una fuerte discusión Rivas disparó a bocajarro a Recuenco y luego se quitó la vida de otro tiro en la casa de su padres.