Cuenca «tiene potencial» para entrar en el olimpo gastronómico

Leo Cortijo
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La cocina conquense aspira a conseguir la Capitalidad Gastronómica, que se elige mañana, y convertirse así en un puntal del turismo gastronómico en 2023, al tiempo que se «afianza» como un sector «fundamental».

Cuenca «tiene potencial» para entrar en el olimpo gastronómico - Foto: Reyes Martínez

Las espadas están en todo lo alto. Cuenca, Pontevedra y Oviedo se baten en un duelo imaginario y en buena lid para convertirse en Capital Española de la Gastronomía 2023, tomando así el relevo de Sanlúcar de Barrameda. Castellano-manchegos, gallegos y asturianos ponen toda la carne en el asador y preparan sus mejores guisos para que mañana, a eso de la una de la tarde, la suya sea la candidatura elegida. En el horizonte, «entrar en el mapa gastronómico de España» y convertirse durante un año en el destino preferido del turismo culinario «gracias a las menciones en medios de comunicación, las acciones de promoción y los planteamientos de agencias de viajes».

Así lo pone de relieve el director general de Capital Española de la Gastronomía, Pedro Palacios, que defiende el importante impulso que una designación de este tipo supone, y es que a esta ciudad «no solo se iría para ver las Casas Colgadas o la Catedral, sino también porque se come bien, porque se come sano y porque reconoces lo que comes». Esa es una «tónica dominante» en las anteriores ciudades que han ostentado el título. «La Capitalidad da mucha vida a la hostelería y al turismo… en todas se ha producido el mismo efecto: más visitantes, más calidad y más trabajo», remata Palacios.

El impulsor de este reconocimiento gastronómico «no tiene la menor duda» de que Cuenca «tiene recursos y potencial suficiente» para ascender a ese olimpo de los fogones. Además de su «voluntad y entusiasmo» –explica–, «se tiene en cuenta de una manera muy significativa la perseverancia y la actitud que ha tenido durante estos años». No en vano, hay que recordar que se aspiró a este título en 2017 y 2018, pero Huelva y León, respectivamente, dieron al traste con las aspiraciones conquenses. «Es una ciudad que ha hecho del tesón y la constancia una línea a seguir», argumenta un Palacios que, con todo y con eso, tilda los tres proyectos de «buenísimos» y dignos de premio. «Como en las carreras de velocidad, esto se decidirá en los últimos metros y con una foto finish, ya que hasta el último detalle puede resultar determinante».

Las tres candidatas de este año hablan, en su opinión, de lo «muy variada y rica» que es la gastronomía española, ya que de una comunidad a otra «cambian los sabores, las texturas y los productos». Cuenca, Pontevedra y Oviedo representan «tres conceptos muy distintos pero significativos y representativos de lo bien que se come en España». Palacios destaca que la gastronomía conquense es «sobria y recia», con productos como el morteruelo, el ajoarriero, la carne de caza o la pesca. Unas «señas de identidad» que hablan de una cocina «muy potente» y calórica, la que requería un clima frío. Por otro lado, de Pontevedra destaca «el marisco y la calidad de sus verduras», mientras que de Oviedo, «algunos estandartes únicos como la fabada, el cachopo o la sidra». En definitiva, concreta, «cualquiera de las tres ciudades ha hecho méritos suficientes para ganar».

Gran trabajo previo. Uno de los artífices a la hora de armar la candidatura ha sido el concejal Miguel Ángel Valero, que destaca como punto de partida la «implicación» no solo de los agentes relacionados con la gastronomía, sino de «toda la ciudadanía». Y, añade, «a las pruebas me remito» justo antes de poner como ejemplo la «abrumadora» respuesta de los conquenses a una nómina de interesantes acciones previas con cenas y comidas, visitas guiadas y degustaciones como punta de lanza. «Más no se ha podido trabajar», apostilla al respecto el titular de Cultura, Patrimonio Histórico y Turismo.

Valero prefiere ser cauto y no lanzar las campanas al vuelo antes de tiempo. Lo que sí tiene claro es que «sea cual sea el fallo, ya hemos ganado porque hemos trabajado de manera indudable como no se ha trabajado nunca, ni en Cuenca ni en ninguna otra ciudad». El edil saca pecho por los proyectos «legibles de cara a la ciudad» en relación a esta Capitalidad, «que han sido un éxito» y que «han demostrado que la gastronomía es la cuarta pata de nuestra particular mesa», junto al arte, la naturaleza y el patrimonio histórico y arquitectónico. En definitiva, «hemos hecho ver que el movimiento se demuestra andando» y «conseguir la Capitalidad, aunque ya tenemos un nombre en este sentido, sería un altavoz para estar proyectados a nivel nacional e internacional».