"Habría que dar a la agricultura la importancia que tiene"

José Luis Enríquez
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El nuevo secretario provincial de UPA, que procede de una explotación familiar de cereales y girasol de Abia de la Obispalía, asume los importantes retos que tiene por delante el mundo agrario y se plantea conseguir "una estabilización en el sector"

Salvador San Andrés sobre las tierras que cultiva - Foto: Reyes Martínez

La inestabilidad afecta de manera especial al mundo agrario, un sector que tiene por delante importantes retos para garantizar su futuro. Sobre la mesa están la rentabilidad de los cultivos, el incremento de los costes de producción, el cuidado medioambiental, la nueva Política Agraria Común (PAC) o la despoblación, que pende como una espada de Damocles en muchas zonas de la provincia. Salvador San Andrés Gil (Abia de la Obispalía, 1973), el nuevo secretario provincial de UPA, asume estos retos y está dispuesto a trabajar por una actividad que le apasiona, «y para que se le dé a la agricultura y a la ganadería la importancia que tienen». Atesora una amplia experiencia porque procede de una explotación familiar de cereales y girasol.

¿Por qué toma las riendas de UPA en Cuenca?

Acepté el reto porque creo que la agricultura necesita tener el lugar que se merece porque veo que está un poco denostada. La agricultura debe ocupar el lugar que se merece porque si hay un sector importante, desde mi punto de vista, es el agrícola y ganadero.

El sector primario se enfrenta a una situación muy complicada por problemas como la sequía, los precios bajos, el aumento de los costes de producción, etc.. ¿Qué retos se plantea casi a corto plazo?

Es complicado porque la situación geopolítica, en concreto por la guerra en Ucrania, es algo que nos ha pillado a todos a contrapié y casi sin reacción. Los precios han subido un montón. Desde los fertilizantes, los carburantes… todo ha subido. Vamos a ver si acaba esta situación de Ucrania y podemos encauzarlo.

¿Qué le lleva a un agricultor o ganadero a madrugar cada mañana para seguir tirando de su explotación?

Es la decisión que tomé hace muchos años que no es otra que la de dedicarme a a agricultura y en eso estamos, trabajando en el sector que quise. Me incorporé hace un montón de años y amo la agricultura. Amo lo que hago. Ahora hemos terminado la siega del girasol y vamos a comenzar con la siembra de la cebada. Empezamos una campaña nueva con mucha incertidumbre porque ahora empezamos a hacer gastos, a abonar, a tratar y no empezamos a coger beneficios hasta el año que viene, cuando tengamos la cosecha. No sabemos cómo van a venir los precios, no sabemos cómo va a venir la cosecha... Pero hay que hacerlo con ilusión.

Acaba de llegar al cargo en UPA, pero... ¿cree que son necesarias las movilizaciones para defender las demandas del sector?

No lo sé. Es una situación derivada por la guerra de Ucrania. Lo que sí que hay que hacer es hablar con todos los sectores agrícolas de viñedo, ajo, olivar, etc. para ver cómo lo ven y ver qué se puede trasladar a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, a la Delegación de Agricultura o al mismo Ministerio. 

No sé si ha tenido ocasión de ponerse en contacto con otras organizaciones agrarias como Asaja o COAG.

De los temas que están encima de la mesa todavía no.

¿Y tiene algún punto concreto que transmitir a las administraciones?

Siempre he dicho que me gustaría tener una estabilización en el sector. Que cuando afrontas una campaña, más o menos, e independientemente de los condiciones climatológicas, no haya estos altibajos. Pero dependemos de los mercados y son volátiles. Empezamos la campaña como otros años y no sabemos a cuánto vamos a vender la cebada. Me gustaría tener estabilidad porque también vendría bien para alguien que quiere ser agricultor saber que es un sector estable.

Hace un momento indicaba que comienza la siembra. ¿Qué hacemos con los restos? ¿Se pueden quemar?

En mi sector, el cereal y el girasol, los restos se quedan en la tierra. La maquinaria llevamos picadores y se quedan totalmente esparcidos y se mezclan con la tierra. Si que es algo que me hubiera planteado porque a veces en el cereal tenemos enfermedades y dejar los restos en la tierra hace que se propaguen más y sean mayores los daños que tenemos por causa de hongos o plagas. Pero en nuestro sector no se permite la quema.

El día 1 de enero entra en vigor la nueva PAC. ¿Qué expectativas se han generado entre los agricultores y ganaderos?

Es algo novedoso y estamos todos que no sabemos ni cómo afrontarla. Aparecen nuevas situaciones como biodiversidad, introducir especies mejorantes... Luego cada uno está en una zona y nuestra PAC a lo mejor es diferente a la del vecino de otra región. Hay incertidumbre pero creo que al ser algo nuevo el principio es complicado pero poco a poco nos adaptaremos.

Hablemos de despoblación, uno de los grandes problemas de la provincia. ¿Hasta que punto son fundamentales las explotaciones agrarias para mantener el medio rural?

Son fundamentales. Por ejemplo, yo tengo una titularidad compartida con mi pareja y estamos establecidos en el pueblo. Si no fuese así y no viera viable la agricultura y me tengo que dedicar a otra cosa desaparecería del pueblo, y si desaparezco no compro pan, el de la tienda no puede subsistir, el vendedor ambulante deja de venir, el bar se cierra... y así podría seguir porque va todo en cadena.

¿Y los jóvenes? ¿Cómo se les puede enganchar para que se queden en su tierra?

Es complicado. Es otra de las cosas que me gustaría conseguir. Hacer atractivo este sector para que una persona joven, que principalmente sean nietos, sobrinos e hijos de agricultores se queden porque es muy difícil que una persona con 18 años sea agricultor sin haber vivido esto, que viva en una ciudad y diga 'voy a hacerme agricultor, me voy al campo'. Eso es muy difícil en un sector como el mío, el de secano, porque necesitas muchos conocimientos y una explotación grande. Pero si tiene ayudas para otras producciones, como por ejemplo miel, sería bueno para repoblar los pueblos.

El campo y el agua van de la mano. ¿Más que nunca es necesario una gran acuerdo y que se aprovechen bien unos escasos que cada vez son más escasos?

Mi opinión personal es que es necesario optimizar al máximo el gasto de agua. Por ejemplo, mejorando las explotaciones, sacando líneas de ayuda... Por desgracia cada vez llueve menos y de peor manera.

La vendimia está terminada y las previsiones de menor producción pero de calidad se han cumplido. ¿Es así?

Sí. Los agricultores con los que he hablado que se dedican al viñedo explican que ha habido menos producción pero mejor calidad. Bajo mi punto de vista deben aprovechar la situación para dar un empujón al vino embotellado de la provincia. En la provincia reunimos las condiciones y hay muy buenos vinos.

Los olivareros conquenses ya han recibido unos 900.000 euros de indemnizaciones por los daños causados por Filomena. ¿Eran tan esperadas como el agua de mayo?

Sí, son imprescindibles porque en algunas zonas el olivar hubo que cortarlo desde el tronco porque muchos se quedaron prácticamente secos y según algunos técnicos la solución era cortar el árbol y empezar a formarlo desde una rama. 

¿Es conveniente asegurar los cultivos?

Desde que soy agricultor en mi explotación, con mi hermano ya que trabajamos juntos, siempre ha estado asegurada como nos han marcado. Es fundamental. Tiene un coste pero te garantiza un mínimo por si viene una sequía extrema, un pedrisco, inundaciones… por lo menos tienes un mínimo cubierto para poder afrontar el gasto del año siguiente.

¿Qué futuro augura a la provincia en este sector?

Soy muy iluso. Me gusta soñar y tener sueños que se puedan cumplir. La agricultura no puede desaparecer. Ahora estamos viendo que se han cerrado fronteras con Ucrania y nos falta cereal, nos falta grano, nos falta materia prima para alimentación. Creo que nos tenemos que dar cuenta de que tenemos que seguir cultivando y haciéndolo cada vez mejor, tener mayores producciones e intentar importar un poquito menos. No vamos a ser autosuficientes, pero que cada país pueda producir, por lo menos en este sector, lo máximo posible

¿En las grandes ciudades los consumidores perciben lo que hay detrás de un tomate, un ajo o unas patatas por ejemplo?

Por lo que percibo creo que sí. Se dan cuenta y se meten en el asunto de los intermediarios, que al agricultor se le paga a un precio y que cuando van al supermercado ese precio se ha multiplicado por diez o por veinte. Se han dado cuenta de que el agricultor está un poquito maltratado en ese aspecto y hay que tomar medidas para que el agricultor cobre unos precios dignos.

Por último, ¿qué mensaje le gustaría trasladar con el escenario actual?

Me gustaría que a la agricultura y a la ganadería se les diera la importancia que tienen. Nos dan de comer. Hay que mimarlas y cuidarlas.