Alejandro Peñaranda está de enhorabuena. El novillero sin picadores de Iniesta y alumno de la Escuela Taurina de Albacete se alzó con el certamen La Ribera del Tajuña, que este año ha alcanzado su duodécima edición y cuya final se celebró el pasado domingo en el municipio madrileño de Villarejo de Salvanés. Como primer clasificado, el iniestense recibió un capote de paseo, un puesto en las novilladas de Villaseca de la Sagra y Valdilecha y el trofeo ‘Romero de Plata’ otorgado por la peña taurina Curro Romero de Écija.

Alejandro firmó lo más interesante de la final, en la que se midió a Manuel Perera, de la Escuela de Badajoz; y a David López, de la de Colmenar Viejo. El conquense cortó una oreja a su primer oponente, del hierro de La Quinta, tras una labor notable, y dio una vuelta al ruedo en el segundo de su lote, con el que resultó prendido sin consecuencias.

«Terminé muy contento, no solo por hacerme con el certamen, sino porque cambié la actitud, empecé a creérmelo más y gané en seguridad», apunta el joven. Dentro de lo mejor, Alejandro se queda con su toreo de capote y con cómo ejecutó la suerte suprema, «porque llevaba unos festejos en los que me estaba costando, y me tiré a matar o morir». Así, éste ha sido un importante golpe en la mesa «con el que ganar en confianza para lo que queda y para el inicio de la próxima temporada, que es clave».