Javier Caruda de Juanas

Javier Caruda de Juanas


De toros, fuegos y fiestas

18/08/2022

Podría decir que es todo un caso de justicia poética el que mi primera columna, una vez agotadas las pertinentes y necesarias vacaciones estivales, llegue hasta ustedes el mismo día que se procederá a dar apertura a la feria y fiestas en honor a nuestro santo patrón. A lo largo de algo más de una semana atracciones, deportes y espectáculos propiciarán que tomemos las calles (al menos las del inconcluso y obsoleto recinto ferial) celebrándose encuentros con el que llega para retomar la rutina anual y despedidas de aquel que escucha la música de carruseles y casetas con ansia, negándose a abordar la realidad de la marcha a otras capitales para estudiar o trabajar. Triste sino el de esta ciudad propicia para la emigración. Al menos de momento.

Uno de los elementos importantes en cualquier feria que se precie es el taurino. Sin yo serlo, reconozco la necesaria presencia de este en las fiestas julianas hasta tal punto que una buena feria taurina da un plus a la celebración. Pero no quería yo hablarles de esta feria taurina, a la que haciéndole un parangón futbolístico llaman la champions del toreo, si no de la entrada en la ciudad de un toro verde que viene trotando desde más allá de la mar océana (que diría aquel) presto a sembrar estos parajes de millones de euros y de cientos de puestos de trabajo. Tras el escepticismo inicial por la manera elegida para darlo a conocer (alimentado también por las innumerables ocasiones que se han presentado distintos proyectos que iban a solucionar el déficit de puestos de trabajo que se quedaron en aguas de borrajas), el proyecto de Toro Verde en forma de parque temático se ha convertido en un punto en el que buena parte de la sociedad conquense ha cifrado todas sus esperanzas con el fin de parar el desangrado migratorio, lo que permitiría (quizá) revertir el incierto futuro que nos espera. Se habla, incluso, de la utilización del aeródromo de Sotos como punto de entrada del cliente de alto nivel económico que pueda visitar las instalaciones del parque. Lo que es seguro es que lamentablemente no vendrán en tren.

Todos deseamos (más bien necesitamos) que este proyecto alcance el máximo del que nos han hablado. Esos quinientos puestos de trabajo que se anuncian fijarán población en una ciudad, en una provincia, que mira el futuro con preocupación. Tiene que funcionar como ha demostrado que funciona todo el personal que se ha encargado de los diversos incendios producidos este verano en nuestra provincia. Valga como muestra el magnífico trabajo realizado hace unos días que permitió minimizar los daños en el incendio de Cañamares.

Tiempo habrá, en las próximas semanas, para retomar las bizantinas discusiones sobre el estado de nuestros montes y el cuidado de estos con el fin de que el verano próximo sea lo más tranquilo posible. Ahora es el momento de disfrutar de churros, tómbolas, atracciones, deportes y toros mientras homenajeamos a nuestro patrón (ese cuya onomástica celebramos en enero y en septiembre) a la espera de que el maná prometido cruce el océano, aunque sea en tirolina.