Unos 200 conquenses cambian su hipoteca con el euríbor al alza

Leo Cortijo
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El Banco Central Europeo no deja de subir los tipos de interés y los préstamos hipotecarios variables escalan hasta cotas insospechadas para quebradero de cabeza de muchos bolsillos.

Unos 200 conquenses cambian su hipoteca con el euríbor al alza - Foto: Reyes Martinez

El encarecimiento general del coste de la vida ha marcado cualquiera de los pasos que se han dado en este 2022 que a punto está de echar la persiana. Afortunadamente, ya no llueve tanto como lo hacía en plena canícula, momento en el que la inflación tocaba techo alcanzando las dos cifras. Ahora, con el precio de los combustibles y de la energía a la baja desde hace varias semanas, la situación se ha aliviado para algunos bolsillos, que respiran algo más aliviados. El consuelo no es total, ni mucho menos, pues los alimentos, sin embargo, siguen siendo la pata fuera del tiesto. Un quebradero de cabeza a la hora de llenar la cesta de la compra que no cesa. Los datos del IPC se empeñan en revelar mes a mes que en lo que se refiere a carne, pescado, frutas, verdura y demás, la escalada de precios parece no tener fin. Al menos a corto plazo.

Pero ojo, que en esta empinada cuesta de 2022 no todo (o no solo) es llenar la nevera. Tres cuartos de lo mismo ocurre con la letra de la hipoteca. El común de los mortales conoce esa incómoda sensación de que a primeros de mes, entre otros recibos, llegue el del préstamo hipotecario que firmó hace unos años para comprarse su vivienda. Y lo peor es que seguirá llegando durante los próximos cinco, diez o veinte años… ¿quién sabe? Bueno, hay una cosa todavía peor, y aquellos que firmaron dicho documento con un interés variable lo están sufriendo en sus propias carnes. De un tiempo a esa parte, esa cuota mensual ha subido extraordinariamente. De hecho, se calcula que para una hipoteca media de 120.000 euros a 30 años, la subida ha sido de prácticamente 200 euros en lo que llevamos de año. Vamos, que si una familia pagaba 400 euros de letra en enero, ahora se come los turrones con una merma en su cuenta de 598,83, para ser más exactos.

Todo viene determinado por ese cambio de paso de la Comisión Europea a este lado del océano, como también lo ha hecho la Reserva Federal en Estados Unidos al otro. Aquellos que manejan las riendas de la economía creen que para mitigar los efectos de la inflación, que cabalga a lomos de un caballo que galopa desbocado desde hace meses, hay que reducir el consumo. Y así, la idea general ha sido subir los tipos de interés. En realidad, es andar por el filo de la navaja cual funambulista por el alambre, y es que la espada de Damocles pende en todo lo alto bajo la amenaza de recesión. De hecho, la primera consecuencia es la subida del euríbor, el índice de referencia al que se sujetan infinidad de hipotecas variables. Tras el último movimiento de fichas del Banco Central Europeo (BCE), éste se ha disparado y ya alcanza el tres por ciento. Son niveles desconocidos desde 2008, año tenebroso en lo económico. Y lo peor no es eso, es que todo apunta a que irá a más. Christine Lagarde, presidenta de esta institución, augura un largo periodo de subida de tipos.

Con este panorama sobre la mesa, 209 hipotecas firmadas en Cuenca sobre viviendas fueron sometidas a cambios registrales durante los nueve primeros meses del año, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto significa que algo más de 200 conquenses o bien modificaron las condiciones iniciales del préstamo dentro de la misma entidad financiera que lo concedió, o bien hubo una subrogación por cambio de acreedor (banco) o por cambio de deudor (titular del préstamo). Lo que no se puede determinar con exactitud es cuántas de esas hipotecas con cambios registrales son variables o fijas.

Lo que sí se puede saber es que, a nivel nacional, la situación ha cambiado drásticamente en los últimos años. Las hipotecas a tipo variable eran mucho más numerosas que las de tipo de fijo entre 2009 y 2015. La proporción era de nueve a una en favor de las primeras. A partir de entonces hubo un cambio en la dinámica bastante acusado, y entre finales de 2016 y principios de 2020, el margen se estrechó hasta un 60 por ciento de las primeras y un 40 por ciento de las segundas. La irrupción de la pandemia dinamitó todo e hizo que quedaran igualadas, firmándose tantas variables como fijas, mientras que 2021 trajo consigo el viraje absoluto en la tendencia de la última década. Entonces pasaron a firmarse más créditos hipotecarios a tipo fijo que variable. Según los datos del INE, en agosto de este mismo año, el porcentaje de hipotecas fijas en España es del 72 por ciento, mientras que el de variables es del 28.

Afectará a la construcción. Desde la Asociación de Empresarios de Construcción y Afines de la provincia de Cuenca (Apymec) reseñan que estas variaciones tendrán una incidencia «directa» en el sector de la construcción, que «tendrá por un lado que hacer frente a créditos más caros y por otro lado los usuarios, potenciales compradores de viviendas, también tendrán unas condiciones muy distintas a las de hace un año para negociar estos préstamos». Por este motivo, «es importante», recalcan, frenar la inflación, «pero no solo limitando la presencia del dinero y encareciendo los préstamos, porque se corre el riesgo de paralizar algunos sectores».
En este sentido, desde Apymec señalan a La Tribuna que se ha producido una subida muy acelerada del coste de las hipotecas debido entre otras causas a los tipos de interés y vaticinan que el euríbor estará por encima del 3% cuando finalice el año.

Una «transformación» en el mercado hipotecario. Apymec vaticina que el euríbor «seguirá encareciendo» las hipotecas y, al mismo tiempo, comenta que esta es una de las consecuencias del encarecimiento de los créditos y que tiene una incidencia directa sobre el sector de la construcción.

Como datos de interés, desde el departamento económico de CEOE Cepyme Cuenca señalan a La Tribuna que el año pasado el indicador del euríbor todavía se situaba en negativo, concretamente en un 0,487 por ciento, casi medio punto, y en noviembre ya establecía en un 2,82 por ciento, lo que supone un crecimiento de más de tres puntos en 11 meses. Además, la previsión es que se cierre el año por encima del 3 por ciento, «lo que puede suponer una transformación en el mercado hipotecario que ya está notando como no se resiente la firma de hipotecas, pero sí se están cerrando estos créditos por un importe menor».

Por otro lado, y de cara al futuro, la Confederación de Empresarios destaca como aspecto importante a tener en cuenta, que se incrementen los cambios en las hipotecas variando el pagador o la entidad hipotecaria. Este es un extremo que desde la patronal conquense no descartan al analizar la situación actual.