Mariano Collado revive al óleo el pasado de Tarancón

R.L.C.
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Recreaciones de los lugares más emblemáticos de la noble ciudad actualizan recuerdos de numerosos taranconeros y retazos históricos a partir de una colección de pintura muy particular. El autor, jubilado de 68 años, se basa en fotografías antiguas.

Mariano Collado revive al óleo el pasado de Tarancón

Siempre en su casa hubo fotos antiguas y durante el grueso de su vida laboral, de 30 años, en la desaparecida imprenta Antona, estuvo en contacto con los documentos y los personajes más importantes que han marcado la historia y la cultura de Tarancón en las últimas décadas. Aficionado al coleccionismo, amante de las tradiciones e involucrado con el movimiento asociativo en ámbitos como la música, la cultura o la política, se autodefine como testigo de la historia de su pueblo en segunda fila.

Pero, lo cierto es que, en los últimos meses su visión de los lugares más emblemáticos de la noble ciudad se ha convertido en todo un referente. «Mi antiguo jefe, Pedro López Ocaña, vio uno de mis cuadros, lo metió en redes sociales a raíz del confinamiento y ahí empezó todo», expone Mariano Collado Párraga, que empezó a pintar a partir de jubilarse, hace unos siete años, y ahora comparte semanalmente uno de sus cuadros con el mundo a través de su perfil de Facebook. 

Sus recreaciones están basadas en fotografías del siglo pasado, las que él mismo realizó en los años 60 y 70, pero también en documentos gráficos de otros autores reconocidos del panorama local, libros de la historia de Tarancón, programas de fiestas (de los que conserva todos desde el año 60) o revistas como Castillejo, de la que fue colaborador. Óleos que están consiguiendo traer al presente recuerdos de antaño, principalmente de coetáneos de su autor, que tiene 68 años.

«La verdad es que esto de internet es una ventana al mundo, me han escrito de Colombia, de Bélgica, muchos paisanos que viven fuera, otros de aquí», apunta Mariano Collado, cuyas pinturas generan un auténtico debate al estar acompañadas de anécdotas populares, apuntes históricos, en definitiva, un comentario con el que despierta la curiosidad de sus seguidores. Muchas de las plazas, calles o paisajes emblemáticos que refleja han desaparecido, como el Hotel de la Quinita, por lo que la nostalgia está presente en la reacción ante sus coloristas pinturas de un Tarancón inolvidable para los de su generación y todo un descubrimiento para jóvenes en los que también cala.

Ya ha compartido sus cuadros del Arco de la Malena, calles como El Agua, San Antón, Zapatería, que hasta ahora es la imagen que ha logrado más me gustas, del antiguo camino real o la Cuesta de la Bolita, plazas como la Solana y la Constitución, la antigua Casa de Piedra, El Hospitalillo, las escuelas de palacio, lugares como el lavadero o la parada los coches. «Es donde mis ojos se han posado, aporto mis recuerdos y a veces mi imaginación, por ejemplo el quiosco que había en la que hoy es plaza Culebros lo pinté a partir de una foto a unos novios en la que salía por detrás», comenta este taranconero defensor del patrimonio histórico y cultural, cuya modestia le impide pensar en exponer esta valiosa colección de pintura, algo que muchos de sus seguidores ya le están pidiendo a través de internet.

Sus recreaciones presentan un casco histórico a todo color, que choca con el paisaje actual y que invita a retroceder en el tiempo y a imaginar mejoras futuras «No son calcos, a veces las fotos de las que parto están muy deterioradas, pero sí son la base para plasmar como fueron esos lugares», apunta este polifacético jubilado, que se sirve de materiales reciclados para elaborar los marcos que sujetan sus lienzos, haciendo que toda su labor sea artesanal y autodidacta.

«No me considero artista, no alardeo de historiador», confiesa Collado, cuyo conocimiento compartido de Tarancón es un auténtico tesoro digno de reconocer.