«El Patronato es un proyecto de convencimiento institucional»

Leo Cortijo
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El Patronato Cardenal Gil de Albornoz cumple medio siglo de vida haciendo gala de la razón por la que fue constituido: impulsar los estudios universitarios en la provincia.

«El Patronato es un proyecto de convencimiento institucional» - Foto: Reyes Martínez

El Patronato Cardenal Gil de Albornoz cumple medio siglo de vida haciendo gala de la razón por la que fue constituido: impulsar los estudios universitarios en la provincia. Tras una primera etapa como financiador de la actividad académica ordinaria, pasó después a ser un soporte a nivel extraacadémico. Hoy, con la perspectiva que solo otorga el paso del tiempo, su presidente ejecutivo echa la vista atrás y ensalza cómo administraciones, instituciones, políticos y sector privado unieron sus manos por un «bien claro y común». Así tenía que ser...

El Patronato surgió para desarrollar los estudios universitarios en Cuenca, ¿qué papel ha desempeñado durante este medio siglo?

Hay dos etapas muy diferenciadas. En los primeros 30 años, hasta 2002, lo que hacía era dar soporte económico, administrativo y casi jurídico de esos estudios. Directamente, pagaba las nóminas y los gastos de los profesores, adscritos en primera instancia en la Universidad Autónoma de Madrid y después, poco a poco, a la Univerdad regional. Había dos facultades, la de Derecho y la de Letras, que tenía los estudios de Geografía y los de Filología Hispánica. Es importante recalcar esto porque es digno de mención, y es que no sabemos si en Cuenca ha habido una actividad de este tipo en la que todas las administraciones, e incluso particulares, pusieran dinero encima de la mesa para decir queremos Universidad y la pagamos nosotros.

Cierto es que no suele predominar, la verdad, el hecho de ver acuerdos de ese tipo y, especialmente, con un convencimiento tan férreo...

Es que fue muy importante... un acuerdo tan claro entre instituciones, administraciones y políticos, sin importar colores y poniendo además –como digo– dinero, personalmente no le recuerdo. Es toda la ciudad a una. El primer presupuesto, reflejado en el primer acta del año 1972, fue de 4.800.000 pesetas, y llama la atención cómo se produjo la llegada de ese dinero. Mira, la Diputación aportó un millón; el Ayuntamiento, otro; la caja provincial de ahorros, un millón y medio; luego había tasas y cuotas mensuales por valor de 700.000 pesetas; y el resto eran subvenciones de ayuntamientos de la provincia y de particulares por valor de otras 600.000 pesetas. Es decir, que todo el mundo arrimó el hombro. Y ojo, que 4,8 millones de pesetas en el año 72 era mucho dinero... El otro día hice el cálculo y hoy por hoy equivaldría a cerca de un millón y medio de euros. Insisto una vez más: no encuentro otro ejemplo de proyecto con tanta colaboración e implicación institucional en los últimos 50 años. 

¿De qué forma ha hecho provincia el Patronato? Es decir, ¿además de para sus fines académicos, ha servido para cohesionar el territorio?

Sí, entiendo que sí. Antes te comentaba el desarrollo de la primera etapa y esta pregunta me sirve para plantear la segunda etapa, la de los últimos 20 años. En 2002, el Patronato pasa de ser el financiador de los estudios universitarios casi por completo y de forma única, a ser un soporte, también financiador, pero en este caso de la actividad universitaria desde el punto de vista extraacadémico. Es decir, financiar becas y la actividad cultural y dar soporte a la defensa del patrimonio de la provincia. Ahí se convierte en un elemento esencial que en otros territorios no existe. Con una dotación que en algunos años fue muy importante, que luego cayó y que ahora se está recuperando. 

En la primera etapa, el Patronato sirvió como elemento de cohesión porque eran estudios universitarios en Cuenca con una influencia en el territorio más cercano, lo que permitió a la gente no tener la necesidad de viajar hasta Madrid y poder hacerlo aquí. Eso favoreció la cohesión y el acceso a estos estudios a los conquenses. En la segunda etapa se convierte en un elemento dinamizador de la cultura en toda la provincia y también defensor del patrimonio artístico y cultural de la misma, además de seguir con las becas para estudiantes del campus.

¿Cómo ha evolucionado Cuenca durante estos 50 años en materia académica y universitaria?

La evolución ha sido enorme. Ahora mismo el campus de Cuenca está en torno a los 4.000 estudiantes, y eso supone entre un siete y un ocho por ciento de la población. Eso significa vida y un sector económico y productivo en sí mismo. Entonces, es imposible entender Cuenca sin la Universidad y la Universidad sin Cuenca. Aquel germen, aquella iniciativa casi visionaria, han derivado en esto... Han sido muchos los estudiantes universitarios que han pasado por este campus y los que seguirán pasando, y eso ha generado que esto sea parte del corazón de Cuenca. Además, te doy un dato: dentro de la UCLM, éste es uno de los campus que más gente atrae de otras comunidades autonómas. 

Mientras que observamos una transferencia de estudiantes entre las propias provincias de la UCLM, Cuenca destaca claramente como una ciudad atractora de estudiantes de, principalmente, Madrid, el Levante y Murcia, por los estudios que tenemos. La Universidad dinamiza nuestra ciudad porque somos como un barrio de 4.200 personas.

Hoy celebran con una gran gala y por todo lo alto el 50 aniversario, y la principal novedad es que recuperan sus galardones...

Así es. Cuando después de 2002 se le dio el nuevo planteamiento al Patronato y dejaba de tener sentido como financiador para pasar a ser en un soporte de la actividad extraacadémica, en ese momento se empezaron a otorgar las medallas de oro del Patronato para personas que de alguna forma hubieran contribuido al desarrollo académico del campus. De esta forma, por ejemplo, en el 30 aniversario se reconoció a los presidentes anteriores, al personal y a profesores destacados de esa primera etapa. De unos años atrás y con el Covid especialmente, esos reconocimientos y este acto se paralizaron. Ahora lo recuperamos aprovechando el 50 aniversario.

Queríamos que, tratándose de un momento tan importante, estos reconocimientos fueran destacados. Hemos querido valorar el pasado más cercano, los últimos 20 años, y en ese punto destaca especialmente Santiago Grisolía, que además de su ingente currículum, impulsó unos cursos de verano que fueron referencia durante muchísimos años, trayendo a unos insignes conferenciantes, algunos de ellos al borde del Premio Nobel. Desde ese pasado más reciente, miramos al futuro, y en este capítulo creíamos que la recientemente creada banda sinfónica universitaria de Cuenca, que lleva apenas un año y que ha recibido ayuda del Patronato, está generando mucha ilusión. La profesora que se ha encargado de cohesionar a este grupo de alumnos y de crear esta banda, Miriam Castellanos, entendemos que es un buen reflejo de lo que pensamos que puede ser el Patronato en el futuro. Nos quedaba el presente establecido y quisimos reconocer alguna actividad académica interesante que se ha posicionado fuera del ámbito ordinario y vimos que el proyecto de innovación docente de la Facultad de Comunicación, El Ágora, en colaboración con Castilla-La Mancha Media, está muy asentado y unos y otros lo reconocen como una actividad muy interesante y productiva.  

¿Cómo se tiene que interpretar este 50 aniversario y de qué manera tiene que servir para tomar impulso de cara a lo que viene?

Me remoto a 50 años atrás... como digo, el Patronato es un proyecto de convencimiento, colaboración y coordinación institucional como pocos en Cuenca, y ese creo que debe ser el punto de mira en el que nos debemos fijar. Afortunadamente o desgraciadamente, no sé cómo plantearlo [risas], hemos visto que el Patronato es necesario, porque después de lo que hemos vivido especialmente durante los dos últimos años, tiramos a lo esencial. Y lo esencial en la Universidad es la docencia y la investigación, con lo quetodo ese desarrollo cultural, esa implicación con el territorio y esa defensa de la provincia, cuando tienes que atender a lo esencial, queda un poco debilitada. Pero ahí es cuando emerge una institución como el Patronato, y esa ha sido la principal labor durante los dos últimos años. 

Hay que seguir desarrollando la actividad cultural y líneas fuera de la actividad académica ordinaria y también potenciando las becas para estudiantes que, desgraciadamente, están en unas condiones más difíciles. En definitiva, la línea es buscar ese proyecto de cohesión entre administraciones e instituciones en un bien común y seguir potenciando aquello que sigue siendo imprescindible para el desarrollo de cualquier comunidad.