El pueblo ucraniano sigue sufriendo una invasión injusta, cruel y debastadora que, por desgracia, parece no tener solución a corto plazo. La población resiste como puede a los continuos ataques por parte del ejercito ruso. Los disparos, las bombas y las sirenas no dejan de sonar en el país del este. Mientras tanto, Europa sigue realizando un ejercicio de ayuda humanitaria memorable para que la comunidad ucraniana pueda sobrevivir y aguantar las embestidas. En el caso concreto de Cuenca, la población ha respondido con creces. En apenas unos días, los ciudadanos consiguieron desbordar los puntos de recogida de material con la entrega de alimentos, medicamentos y ropa. 

Y es que en esta causa nadie ha dado la espalda al pueblo ucraniano. Las instituciones se han volcado por completo. El Ayuntamiento habilitó el edificio del Mercado para recoger material y la Diputación hizo lo propio con una de las naves del recinto ferial 'La Hípica' para usarla como almacén. También ambas instituciones celebraron concentraciones silenciosas a las puertas de sus edificios para condenar la invasión y pedir el fin de una guerra que está dejando secuelas irreparables de por vida. De igual forma, tanto la Diputación como el Ayuntamiento iluminaron sus fachadas con los colores de azul y amarillo de la bandera de Ucrania. Un acto simbólico en apoyo a un pueblo que está sufriendo y que vive su peor momento desde que se independizara en 1991. 

Las instituciones están todas a una. «El apoyo que hemos recibido de los conquenses y de las instituciones es extraordinario», relata Andriy Vorozhbyt, uno de los organizadores de la recogida de material que se ha llevado a cabo en la capital durante las últimas semanas. Este joven habla en nombre de la comunidad ucraniana cuando agradece «toda la solidaridad que ha tenido Cuenca desde el primer momento, es algo por lo que siempre estaremos agradecidos».