Aulas seguras

Manu Reina
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Los centros educativos de la provincia reabren sus puertas tras el parón vacacional con hasta 67 profesores de baja por infección de coronavirus, aunque no se registran clases confinadas

Los alumnos de sexto de primaria del CEIP Casablanca prestan atención a la profesora - Foto: Reyes Martínez

Es el momento de volver a las aulas. El punto y final de las fechas navideñas supone el regreso a la rutina para todos los alumnos y más aún cuando el periodo académico no concede más días para disfrutar de los regalos de los Reyes Magos. Así, los centros educativos de Educación Primaria y Secundaria abrieron ayer de nuevo sus puertas después del parón vacacional para recibir a todos los estudiantes y lo hicieron por segundo año consecutivo en un ambiente de incertidumbre y bajo un contexto complicado en la lucha contra el coronavirus. La variante ómicron y la conocida como sexta ola ha puesto en alarma a todo el sistema educativo teniendo en cuenta el incremento descontrolado de positivos, aunque eso no hace dudar de que las aulas «son espacios seguros y es por eso por lo que se ha optado por la presencialidad absoluta», explica la delegada de Educación, Cultura y Deportes en Cuenca, Sonia Isidro.

El hecho de que la vuelta al 'cole' se produzca en un momento de transmisión comunitaria hace que «nos mantengamos en alerta y estemos expectantes de la evolución de la situación», amplió Isidro, que no descarta que se endurezcan las medidas si siguen aumentando los contagios. La situación está controlada en la provincia, pese a que actualmente hay hasta 67 docentes de baja por infección de esta enfermedad, de los cuales 23 son de Educación Secundaria y 44 de Primaria. Un contratiempo para el ejercicio de la docencia en los centros educativos del territorio conquense. Sin embargo, la Consejería de Educación, previsora de la posibilidad de un aumento de contagios durante la celebración de la Navidad, se puso manos a la obra para «reemplazar a todos los profesores que dieran positivo», asegurando el regreso a las aulas con docentes de sustitución. «Hemos realizado llamadas telefónicas de manera extraordinaria para asegurar la docencia en nuestros colegios», sentencia la delegada provincial de Educación, Cultura y Deportes. 

La noticia positiva es que hasta la fecha no se cuenta con ninguna clase confinada en la provincia de Cuenca. Si bien es cierto que existe actualmente una cuarentena de alumnos infectados por coronavirus. Una situación que hasta el momento no ha provocado el cierre de clases. Sin embargo, este hecho si podría producirse en caso de que aumenten los números, concretamente cuando existan positivos en más del 20% de estudiantes de una misma aula, que llevará inmediatamente al confinamiento de la misma. Cabe destacar que una de las novedades implantadas recientemente es que todos aquellos alumnos mayores de doce años que cuenten ya con la pauta completa no tendrán que quedarse en casa si han tenido contacto estrecho con un positivo. Esta medida se extenderá en el resto de alumnos, aquellos con menos de doce años, cuando tengan también la pauta completa.

medidas. Las aulas son seguras. No es un dicho y mucho menos es una frase hecha. Que sean espacios fiables se debe a que todos los centros educativos cuentan con una extensa guía de medidas para combatir el coronavirus y, especialmente, para preservar la salud de los estudiantes. Los alumnos entran al centro en fila y con horarios específicos que les distancia de otros grupos, portando en todo momento la mascarilla, salvo para aquellos de entre tres a cinco años, que no es obligatorio que la lleven puesta. También se lleva a cabo una desinfección completa del centro con especial atención a las zonas de uso común y a las superficies de contacto más frecuentes como pomos de puertas, mesas, pasamanos y aseos, entre muchos otros. Además se realiza una correcta ventilación de las aulas y existe una distancia correcta entre el pupitre de un estudiante y otro. 

Todas estas medidas de prevención podrían irse al traste cuando suena la sirena que indica el inicio del recreo. Esos minutos donde los alumnos tienen tiempo para descansar, pero no para comer como se hacía tradicionalmente «ya que la ingesta de alimentos se produce antes de salir al patio y cada uno come en su propia aula después de lavarse las manos», explica la directora del CEIP Casablanca, Elisa Martins de Passos, que asegura que de esta forma se previene todavía más un posible contagio. 

Unido también a un infalible y exhaustivo sistema de señalética por todo el centro educativo, que mantiene en alerta a todo el alumnado y ayuda a cumplir con las normas y recordar constantemente las medidas que se deben tener en cuenta, una acción que se lleva a cabo de igual forma en el resto de colegios de la provincia. Sin olvidar además de que existe un control diario de la situación del coronavirus en cada centro educativo a cargo del equipo covid compuesto por la directora o director del centro, un docente, un trabajador de la limpieza y un tutor legal de un alumno en representación del resto. 

Elisa Martins de Passos destaca que otra de las actuaciones destacables es que si se detecta algún síntoma de coronavirus en un alumno se lleva a éste a «una sala preparada para ello donde estará acompañado por un docente» hasta que sus padres y el personal sanitario acudan al centro. Una medida más de prevención y que, sumadas al resto, permite «contar con aulas totalmente seguras» y tener una «educación presencial que es la que deseamos todos porque es la más efectiva para enseñar a los niños y niñas», detalla la directora del CEIP Casablanca. Hasta la fecha no corre peligro este sistema de presencialidad absoluta y «esperemos que pueda respetarse hasta final de curso», sentencia Martins de Passos. Sin embargo, esta decisión dependerá siempre de la evolución de la pandemia y de la incidencia que exista en las aulas. 

Está claro que los centro educativos mantienen un gran orden en cuanto a la situación sanitaria se refiere frente al coronavirus. No obstante, queda esperar a los siguientes días para ver qué dirección toma la curva de los contagios con un sistema educativo que confía en que el modelo de enseñanza tradicional no se vea perjudicado.