Con sus algo más de 17.000 kilómetros cuadrados, Cuenca es la quinta provincia de España en extensión. 238 municipios jalonan su basta orografía, que se divide entre Sierra, Mancha, Manchuela y Alcarria. Una dispersión geográfica y poblacional de catedralicias proporciones que, en muchas circunstancias, se convierte en un trago difícil de pasar para aquellos que deciden emprender una aventura en forma de negocio. En este sentido, la radiografía del tejido empresarial conquense pone de relieve una realidad que llama poderosamente la atención, y es que solo una decena de municipios concentran el 60 por ciento de las mercantiles repartidas a lo largo y ancho de la provincia. La cifra no es baladí.

Cuenca cerró el año pasado con 13.394 empresas. El reparto de las mismas, como es de esperar, está estrechamente ligado a la cantidad de habitantes de cada localidad. Por esa razón, el escalafón lo encabeza la capital, con 3.657 sociedades, lo que supone un 27 por ciento del total. El segundo municipio, Tarancón, con sus más de 15.000 habitantes, alberga a 985 compañías. A partir de aquí se produce un salto realmente significativo hasta llegar a Quintanar del Rey y San Clemente, con 579 y 572, respectivamente. Un escalón por debajo se encuentran Mota del Cuervo (500), Motilla del Palancar (498) y Las Pedroñeras (441). El ránking de los municipios con más empresas lo completan Iniesta (379), Casasimarro (220) y, finalmente, Villanueva de la Jara (191).

En el otro extremo de la balanza –y no es un dato cualquiera–, el Instituto Nacional de Estadística cuenta hasta 65 municipios que no tienen ni una sola empresa. Se dice pronto, pero analizado con cierta tranquilidad supone que casi tres de cada diez pueblos conquenses presentan encefalograma plano en este capítulo. La gran mayoría de ellos se encuentran principalmente en la Serranía y la Alcarria. Nada de nada, ni el más mínimo servicio. La huella más palmaria y contundente de las nocivas consecuencias que tiene, sobre el terreno, la mal llamada 'España Vaciada'. Una sangría de empresas que irremediablemente cabalga de la mano de la falta de recursos, servicios y oportunidades laborales para estos territorios.

Asimismo, más allá de las luctuosas consecuencias de la pandemia, ésta también se ha dejado notar en el apartado económico. Sin ir más lejos, en 2020, cuando con mayor virulencia golpeó el coronavirus, se destruyeron más de 200 compañías en la provincia. Cuenca ha pasado en un solo año de contar con 13.604 sociedades a 13.394. Hasta la irrupción del virus, se había registrado un crecimiento sostenido, aunque leve.

Pueblo a pueblo. Si hacemos un análisis de la evolución que han vivido los municipios conquenses con mayor tejido empresarial podemos observar que la curva presenta muy diversas oscilaciones, aunque no hay cambios especialmente reseñables durante el último lustro. El mejor ejemplo de ello, sin ir más lejos, es que la pandemia ha tenido unos efectos muy variopintos. Tanto la capital como Tarancón, que aglutinan a más del 35 por ciento de la empresas, ven cómo éstas han caído en torno a un punto y medio desde el año 2016. Un nivel en el que también se encuentra Las Pedroñeras. Un tres por ciento cae San Clemente y hasta un ocho Motilla del Palancar al pasar de 540 a 498. En la orilla contraria, Quintanar del Rey, cuyas empresas crecen un dos por ciento; Iniesta y Mota del Cuervo, un cuatro; y Casasimarro, que se dispara hasta el diez por ciento al sumar 20 de nueva creación durante los últimos cinco años.

La llave para atraer a familias jóvenes. Las empresas, los proyectos de emprendimiento y las ideas innovadoras no solo crean empleo, sino que atraen población y, además, joven. En la Confederación de Empresarios de Cuenca tienen muy claro que, normalmente, cuando una nueva sociedad mercantil se instala en un territorio suele traer bajo el brazo a «personas jóvenes y cualificadas», y más cuando se trata de aquellas de nueva creación. «Esas personas de menor edad son las que se quedan en el territorio y suelen implantar su familia», apunta el presidente de la Comisión de Lucha contra la Despoblación, Ignacio Villar. Por esa razón, valora «satisfactoriamente» que se hayan aprobado ayudas para poner coto a la sangría demográfica, entre otras cosas, «debido al escaso tejido productivo» de la provincia de Cuenca, que impide atraer población.

CEOE Cepyme reitera una vez más que la generación de empresas es el «mejor arma» contra la despoblación

Por activa y por pasiva. La Confederación de Empresarios de Cuenca lo ha dicho de todas las maneras posibles. La generación de empresas es el «mejor arma» contra la despoblación, «tal y como se ha demostrado al relacionar ambos ámbitos». Y así, una vez más, la patronal dirige el foco hacia ese apartado, ahora en boca del presidente de la comisión que lucha en el seno de los empresarios conquenses contra el mal endémico de la pérdida de población, Ignacio Villar. De esta forma, recuerda que es un «hecho probado» que las comarcas y los pueblos que han sido capaces de generar actividad empresarial «han visto cómo sus habitantes también crecían por lo que es una fórmula comprobada».

En este sentido, se pueden citar poblaciones como Tarancón, Horcajo de Santiago, Montalbo, Minglanilla, Motilla del Palancar o Villarrubio y algunos otros que serían largos de citar que tienen importantes empresas en sus términos municipales y han crecido en habitantes en el último padrón. Por este motivo, desde la Confederación de Empresarios señalan que es «importante» que se continúe con las políticas establecidas en esta materia tanto por el Gobierno regional como por la Diputación y, por supuesto, con la implicación de los diferentes ayuntamientos para captar empresas. Así, Villar insta de nuevo al Ministerio de Hacienda a establecer la «fórmula» para que las ayudas de funcionamiento lleguen cuanto antes a territorio conquense, junto con Soria y Teruel, porque «será fundamental en la captación de empresas y, por lo tanto, para atraer población».

una cuestión «vital». Desde CEOE Cepyme Cuenca recuerdan que la Comisión Europea ya aprobó estas ayudas de hasta el 20 por ciento de las cotizaciones sociales, reconociendo la especial necesidad de estas tres provincias como zonas despobladas y de escaso tejido productivo, siendo una cuestión «vital» para Cuenca, Soria y Teruel. En este mismo sentido, el presidente de la Comisión de Lucha contra la Despoblación de CEOE recalca que en las alegaciones de la Red SSPA ante la Comisión Europea se recordaba que las tres provincias solo representan el 0,83 por ciento del PIB nacional y que sus empresas únicamente son un 0,85 por ciento del total de España.