Una vida al son del tren

R.L.C.
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Rafael Fernández Jiménez, que durante las fiesas de Tarancón expone su maqueta de trenes en el salón de actos de Casa Parada,rinde homenaje a los años de esplendor del ferrocarril convencional.

Rafael Fernández Jiménez, farmecéutico jubilado de Tarancón, junto a la parte de su maqueta de trenes que se puede visitar hasta el próximo 13 de septiembre. - Foto: RIÁNSARES L.C.

Desde su juventud soñaba con tener una maqueta de trenes en su casa, y es que se crió junto a la estación de su pueblo, jugando entre vagones, vías y edificios, la mayoría por cierto ya desaparecidos. La afición al tren de Rafael Fernández Jiménez, farmacéutico jubilado de Tarancón, creció tanto que ocupó su tiempo libre de adulto, rememorando una niñez feliz y una parte de la historia de su ciudad y de los medios de transporte que ahora contempla con añoranza. 

«Compré vías, máquinas, empecé a montar mi propia maqueta en casa, lo que siempre había querido, eso sí, con mucha paciencia y mucho sacrificio», comenta el popular Rafa el farmacéutico, que ha pasado más de 50 años trabajando en una de las farmacias más emblemáticas de la calle Zapatería de  la localidad de Tarancón. Ya había compartido esta pasión con familiares y amigos desde su casa, pero ahora -a propuesta del Ayuntamiento- ha decidido adaptar su maqueta de trenes a una exposición que puede visitarse durante todas las fiestas patronales. 

Aunque se lo habían propuesto en otras ocasiones, confiesa que ha sido ahora cuando se ha animado «en homenaje al tren, basta que van a quitarlo, con mucha pena, eso sí, me ahoga la nostalgia, pero son ciclos en la vida, igual dentro de unos años se vuelve a readaptar». 

Rafael Fernández Jiménez, farmecéutico jubilado de Tarancón, junto a la parte de su maqueta de trenes que se puede visitar hasta el próximo 13 de septiembre.Rafael Fernández Jiménez, farmecéutico jubilado de Tarancón, junto a la parte de su maqueta de trenes que se puede visitar hasta el próximo 13 de septiembre. - Foto: RIÁNSARES L.C.Rafa, con 72 años de edad, jubilado desde el año 2015, dedicó muchas de sus guardias a realizar parte de los elementos de su maqueta de trenes, principalmente desde finales de los años 90 hasta principios de los 2000. Cartón, plastilina, alambre, escayola, madera, son algunos de los muchos materiales que utilizaba para dar vida a sus recuerdos de niño. «En las guardias había que trabajar, pero a partir de las tres a la mañana a lo mejor que no acudía nadie me dedicaba a hacer esto, todo está al detalle», afirma. Y es que merece realmente la pena pararse a observar cada poste de la luz, ventanas o puertas, la réplica de edificios que son historia de Tarancón, como el antiguo cuartel de la Guardia Civil, el Hotel de la Quinita (donde hoy está la Casa de Cultura), los silos, El Hospitalillo, la desaparecida Fábrica de Harinas La Rosa. Justo tiene representada la escena en la que los pintores están adecentando la fachada de la estación de tren, que sigue existiendo, pero ya sin el almacén continuo y el muelle de carga, el edificio de los aseos o el de paquetería, expone Rafa mientras los señala en su maqueta, que sin duda es todo un regalo para las personas que no han vivido esta época dorada del tren convencional en la localidad. 

«Los andenes estaban llenos de gente, la de Tarancón era una estación de mucho movimiento, venían trenes de Madrid y Valencia, y se juntaban los de viajeros con el resto de maniobras de descarga de mercancías, yo he llegado a ver hasta siete ramales», menciona Rafa, a la par que sigue mostrando el antiguo depósito de agua junto a la Glorieta de Estación, representada cuando estaba de tierra, los puentes de piedra, como el del carril de Huete, o la casilla que había junto al paso a nivel de la calle San Isidro, donde sus inquilinos se encargaban de cerrar y abrir las puertas de madera de forma manual. 

Todo un espacio lleno de vida, que vio con sus propios ojos en los años 50-60, donde no falta gente, y trabajadores, como los agentes de la Guardia Civil que entonces patrullaban a caballo cerca de su barrio, el de la estación, pues Rafael Fernández se crió en la antigua calle Ronda San Isidro (hoy calle San Vicente). «He pasado horas y horas con los trenes en marcha, jugando, en casa he tenido hasta cinco o seis carriles con cambios, analógico, aquí he tenido que adaptarlo todo es una pequeña muestra, pero también hay movimiento», cuenta este farmacéutico de Tarancón, que aunque sigue con esta afición lleva tiempo sin incrementar una maqueta que al compartirla en Casa Parada con todos sus paisanos se ha convertido en una auténtico regalo, sobre todo para las nuevas generaciones, y en el regreso de las fiestas de siempre. La inauguración oficial está prevista precisamente el Día Grande, el 8 de septiembre, festividad de la Virgen de Riánsares, tras la misa mayor, con la presencia de autoridades y la Corte de Honor. «Es algo pequeño, para disfrutar al detalle, me agrada compartirlo», resalta Rafael Fernández.

Rafael Fernández Jiménez, farmecéutico jubilado de Tarancón, junto a la parte de su maqueta de trenes que se puede visitar hasta el próximo 13 de septiembre.
Rafael Fernández Jiménez, farmecéutico jubilado de Tarancón, junto a la parte de su maqueta de trenes que se puede visitar hasta el próximo 13 de septiembre. - Foto: RIÁNSARES L.C.
El horario para visitar esta curiosa exposición en Tarancón es de 19 a 21 horas hoy, y del 8 hasta el próximo 13 de septiembre, de 12 a 14 horas y de 19 a 21 horas.