Una apuesta por la cantera

Leo Cortijo
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La hermandad de la Amargura y San Juan Apóstol, de la mano del notable artesano Félix Soriano, prepara un «increíble» paso infantil

Una apuesta por la cantera - Foto: Reyes MartÁ­nez

Faltan más de cuatro meses para que llegue el momento, pero la Venerable Hermandad de Nuestra Señora de La Amargura y San Juan Apóstol ya descuenta los días en el calendario hasta esa fecha que tiene marcada en rojo: la procesión infantil del año que viene. Ese día, si el primaveral tiempo no lo impide, recorrerá las calles de la ciudad el «espectacular» pasete en el que desde hace un año trabaja con absoluto esmero y mejor resultado el sobresaliente artesano Félix Soriano. El depositario de la cofradía del Miércoles Santo conquense, Pedro Paños, que sigue con «entusiasmo» todo el proceso, contempla la obra con «total admiración» y con la «ilusión» del que sabe que será algo «único».

El pasete es una «réplica exacta y precisa» del paso procesional, y es que se ha cuidado hasta el más pequeño de los detalles. Tal y como recalca Paños, «es una maravillosa obra de arte a escala». Las andas miden 70 centímetros de ancho por 90 de largo. Las imágenes de la Virgen y San Juan se han obtenido a través del escaneado digital que se realizó de las tallas originales y miden en torno a 50 centímetros. Asimismo, cada uno de los dos banzos miden tres metros y el paso será portado por 16 niños. Para la ocasión se han preparado 20 horquillas con su escudo y otras tantas almohadillas con el característico terciopelo. 

Con la máxima de que «en esta hermandad si hacemos algo, lo hacemos bien porque si no, no lo hacemos», este pasete infantil promete ser una «auténtica joya». Si todo marcha como es debido, Félix destaca que el mes que viene ya estarán terminadas las andas, en las que ha utilizado, fundamentalmente, madera para el conjunto general, barro para los grupos de luz y los adornos que ha rematado con pan de plata, así como estaño para recrear las muchas piezas de plata que presenta el paso de la Amargura. En este sentido, uno de los trabajos «más laboriosos» es el que atañe a la parte eléctrica, pues ahí el avezado artesano destaca que ha tenido que hacer auténticas «virguerías».

Con todo, hay que tener en cuenta que el pasete no procesionará terminado al cien por cien en la Semana Santa del año que viene. Sí lo harán por completo las andas, con todos los detalles habidos y por haber, pero no los complementos que dan esplendor al paso ni las vestimentas de las dos imágenes. Y es que la hermandad prepara, además de las correspondientes gualdrapas, un guión y dos estandartes. Asimismo, la túnica y la capa de San Juan y la saya y el manto de la Virgen se tienen que culminar con sus respectivos bordados. Algo de lo que también se encarga Félix y cuya fecha de finalización, apunta, es «sine díe».

Pedro, que espera la consecución del proceso con expectación, destaca la importancia de haber dado este «paso al frente» porque «nos faltaba contribuir de forma decidida a la procesión infantil, que cada año gana en participación; teníamos que estar ahí porque es la cantera de nuestra Semana Santa». Más allá de la procesión infantil, el pasete quedará expuesto en la sede de la hermandad para todo aquel que quiera verlo.

Maestro en todas las disciplinas. El papel del artesano Félix Soriano resulta fundamental en la elaboración del paso infantil de Nuestra Señora de La Amargura y San Juan Apóstol. Tanto que él es el encargado único de todo el proceso. Desde el principio hasta el final. Félix –también maestro belenista– ha trabajado la madera, el barro, el estaño y el pan de plata que conforman las andas; pasando por la instalación eléctrica de los grupos de luz; y rematando su completa obra con la confección y el bordado de las vestimentas de las dos imágenes. En definitiva, este maestro con las manos ha tocado con avezada solvencia todos los palos posibles. ¡Enhorabuena!