Hombres y mujeres ilustres. Nombres propios que han hecho todavía más grande a Cuenca. Hijos de una ciudad única y encantada que quiso tributarles el mejor de los reconocimientos en el día de su patrón, San Julián. De esta forma, la biblioteca del Seminario acogió la entrega de honores y distinciones que se han concedido durante esta legislatura y que no se había podido celebrar por la situación sanitaria. Una puesta de largo que contó con una nutrida representación de la sociedad política, civil, cultural y militar de Cuenca.

Una de las medallas la recogió el músico y cantautor José Luis Perales, el mayor icono mundial made in Cuenca. En un discurso sencillo pero hondo y repleto de simbolismo, apuntó que «lo único» que podía decir es que él era «un simple cantante enamorado de la música y de la gente a la que escribo». «No quería ser un artista, quería ser alguien que hablara de las cosas normales del día a día y le puse música».

Por su parte, el doctor en Bellas Artes y catedrático de Pintura en la Universidad de Valencia, José María Yturralde, se mostró directo al afirmar que «es mucho más que un honor y un privilegio» recibir esta medalla; «es pura emoción lo que ahora recibo», y es que «siempre he llevado a Cuenca en mi corazón». 

Los ‘hijos’ de San Julián

El artista polifacético y coleccionista de arte Antonio Pérez no pudo asistir para recoger su distinción como Hijo Adoptivo, y su medalla la recibió su sobrino Jesús Zabala. A título póstumo, también se reconoció a la docente y defensora de la igualdad Teresa Marín Eced, cuyo título recogió su sobrino Mariano Aragón; así como al doctor José Ramón Izquierdo, que perdió la vida a consecuencia del coronavirus ayudando a los demás. Su mujer, Fina, honró su memoria visiblemente emocionada, lo que a su vez hizo aflorar alguna lágrima también entre el público.

Además del concejal de Cultura, Patrimonio Histórico y Turismo, Miguel Ángel Valero, que detalló con maestría la valía de todos los homenajeados, este acto en el día del patrón contó con las palabras del alcalde, Darío Dolz, que agradeció el papel de los cinco Hijos Predilectos y Adoptivos en pro de una ciudad que «os quiere». Esta entrega de reconocimientos fue presentada por el cronista oficial de la ciudad, Miguel Romero, y fue amenizada por Lucía y Carla, dos jóvenes alumnas de la escuela municipal de música, que ofrecieron brillantes melodías con sus flautas traveseras.

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Honores a San Julián. Antes del acto en la Plaza de La Merced, la ermita de San Julián el Tranquilo fue punto emblemático y neurálgico en el día del patrón, a la que acudieron un buen número de conquenses. Allí se celebraron funciones religiosas, una procesión y el tradicional reparto de panecillos. De la misma forma, la Catedral acogió una solemne misa en honor a San Julián, presidida por el obispo de la Diócesis, José María Yanguas, y con desfile de la Corporación entre el Ayuntamiento y la Seo conquense, acompañados de la Banda Municipal de Música.