En la sombra... y en la oscuridad

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El presidente del PP, Pablo Casado, se ha rodeado de colaboradores de prestigio de los equipos de Aznar y Rajoy en previsión de que se pueda producir un cambio de Gobierno

En la sombra... y en la oscuridad

Semanas antes de que llegara este escenario surgido de una película de catástrofes, concretamente el 29 de enero -una eternidad-, el líder del PP, Pablo Casado, habló de su Gobierno en la sombra. Listo para sustituir al que acababa de surgir del Parlamento, el primero de coalición de la Historia reciente. A muchos les pareció exagerado el movimiento del palentino, sobre todo cuando utilizó el término inglés Shadow Cabinet para referirse a él. «No sabemos lo que va a durar la legislatura», señaló.  

Muy pocos le tomaron en serio, sobre todo porque sus ministros de Justicia cometieron varios errores de bulto desde el punto de vista del Derecho Administrativo. 

Lo cierto es que, tras los datos del paro de esta semana y las negras perspectivas existentes, ya está llegando un tsunami financiero y laboral que arrasa el país. Por eso presume el palentino de haber «actualizado» su plan de choque económico -lo presentó el 9 de marzo-, con rebajas fiscales y medidas de aumentar la competitividad y la flexibilidad. 

En las últimas semanas ha estado en contacto permanente con sus portavoces económicos, pero también con expertos y exaltos cargos de los Gobiernos de Rajoy y Aznar. En la lista de ilustres se encuentran los exministros Fátima Báñez, Luis de Guindos, Elvira Rodríguez y Miguel Arias Cañete, así como el expresidente de Endesa y exdiputado, Manuel Pizarro, o el exsecretario de Estado de Comercio y expresidente de Aena, Jaime García Legaz.

«Trabajamos diariamente actualizando el primer plan financiero que lanzamos», señalan en Génova, que lleva pidiendo al Gobierno desde hace semanas que desbloquee los 2.500 millones de euros que piden los presidentes autonómicos, y que transfiera también los 700 millones que debe a los ayuntamientos.

Conviene recordar que el PP ha apoyado en el Congreso la aprobación de los reales-decretos con medidas económicas impulsadas por Sánchez para paliar la crisis del coronavirus y que incluyen la inyección de 100.000 millones de euros o la flexibilización de los ERTE. Sin embargo, proponen ir más allá. De hecho, hicieron 300 propuestas desde que empezó todo. 

Así, el PP plantea, entre otras medidas: la exención de la cuota de autónomos de marzo y que se analice si se tiene que prolongar; la reducción al menos del 50 por ciento del Impuesto de Sociedades de las empresas afectadas; la ampliación del plazo de liquidación de grandes firmas y pymes en el caso del IVA; la ampliación del plazo de presentación y liquidación de la renta o la posibilidad de rescatar los fondos de pensiones.

Bajar impuestos, costes laborales y burocracia parecen peticiones demasiado altas para un Gobierno que, un día sí y otro también, parece mostrarse lento y torpe a causa de su patente bicefalia o, dicho de un modo más poético, de sus dos almas.