La escasez de aceite de girasol asfixia la elaboración de los borrachos típicos de Tarancón, igual que está ocurriendo con otros productos de bollería artesanal. Así lo confirman desde Bollería Máxima, donde a diario se venden una media de 500 de estos dulces característicos de la ciudad, aunque hay jornadas en las que llegan a los más de mil, como ocurrió el pasado fin de semana, tras salir en el programa de televisión Aquí es la Tierra, o coincidiendo con la reciente fiesta de Los Años 60. 

«En algún momento hemos pensado que no podíamos seguir, porque nuestro principal proveedor, Mercadona, limitó la venta de este aceite y hemos tenido que tirar de amigos y familiares, para no quedarnos desabastecidos», cuenta Luis Miguel Herrero, de Bollería Máxima, que añade que con la subida de los precios de este aceite de girasol, también de la harina, la luz o el gasoil cada vez trabajan con menos margen. «Al hacer las magdalenas estamos ya casi perdiendo dinero, la subida es descomunal, en el aceite de girasol, en la harina, el horno funciona con gasoil, hacemos también repartos a domicilio», concreta  mientras no deja de despachar desde este negocio familiar de la calle Duque de Riánsares, emblemático, pues en él se llevan realizando desde 1905 los típicos borrachos de Tarancón con la receta legendaria de su bisabuela, sin variación. «Confiamos en que abran otras vías para conseguir semillas de girasol o así, y sobre todo en que termine el conflicto entre Ucrania y Rusia», apunta Herrero, que confirma como a pesar de las dificultades añadidas por la invasión rusa al pueblo ucraniano, por ahora, no han dejado de ofrecer el servicio habitual, tanto directamente desde el mostrador como de manera virtual, a través de su tienda on line.    

Alarma

Tanto Facua-Consumidores en Acción como la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han denunciado a cinco cadenas de supermercados por acotar la venta de aceite de girasol, la pauta general era avisar a los consumidores de que solo pueden adquirir tres unidades de un litro o una garrafa de cinco litros por cliente y día.

Ante la alarma generada, la OCU recuerda que «el que se está vendiendo ahora procede de la cosecha del verano pasado, y hasta la próxima habrá tiempo para impulsar la producción nacional o la comercialización de otras variantes».