Después de volver a quedarse a las puertas del Elíseo por segunda vez consecutiva en las elecciones presidenciales del pasado abril y de protagonizar un extraordinario ascenso en las legislativas de junio -pasó de ocho a 89 diputados en la Asamblea Nacional-, la ultraderechista Marine Le Pen pasará a una segunda línea política el próximo mes de noviembre. Al menos, en la teoría, ya que cederá el bastón de mando de Agrupación Nacional (RN) para, según ella misma asegura, centrarse en su labor como parlamentaria. En la práctica, sin embargo, todo apunta a que seguirá como líder de facto de una formación que reconfiguró para alejarse del radicalismo -casi rozando lo fascista- que había imprimido su padre, Jean Marie Le Pen, durante su etapa al frente del Frente Nacional, predecesor del RN.
En una política tan personalista como la de Francia, a Agrupación Nacional se le avecina un período convulso con la salida de Le Pen, de 54 años, que se producirá tras el congreso nacional del partido. Y sucederla será, sin duda, una ardua tarea a la que, sin embargo, no han dudado en postularse dos figuras muy cercanas a la mandataria pero de generaciones totalmente diferentes: el joven eurodiputado Jordan Bardella, de 26 años, y el veterano político y alcalde de Perpiñán, Louis Aliot, de 52.
Con el objetivo de evitar una fragmentación del partido en la elección del nuevo líder -como ha sucedido en el Reino Unido en las primarias de los conservadores-, la dirigente garantizó que «no habrá guerra fratricida» en esta «competición democrática fundamental», en la que, agregó, «no tomará partido» por ninguno de los postulantes.
Eso, a pesar de que es evidente su sintonía con Bardella, su mano derecha y quien ejerce la Presidencia provisional desde que Le Pen se embarcase en la campaña de las presidenciales de este año.
Considerado una figura emergente de RN, ha tenido una fulgurante ascensión: militante desde los 16 años, en 2019 -sin haber cumplido aún los 23- fue cabeza de lista de la formación para las elecciones europeas, en las que el partido fue el más votado en Francia.
Hombre de confianza de Le Pen, con su mentora le une algo más que una relación política, puesto que Bardella es, además, novio de Nolwenn Olivier, sobrina de la parlamentaria.
Pero también lazos personales unen a la ultraderechista con Aliot, ya que ambos fueron pareja sentimental durante 10 años -hasta 2019-. Y, pese a la ruptura, parecen mantener una buena conexión. El experimentado político cuenta a su favor con la experiencia cosechada durante sus tres décadas de militancia y con el hecho de ser, desde 2020, alcalde de Perpiñán, la ciudad más poblada en la que gobierna Agrupación Nacional. Pero en su contra está que su rival, protegido de Le Pen, es sin duda el gran favorito a sucederla desde su puesto de presidente en funciones, que le ha hecho ganarse el apoyo de buena parte de la cúpula de la formación.
Nuevamente el personalismo jugará un importante papel, puesto que las líneas políticas de los dos adversarios son muy parecidas, aunque, eso sí, con algunos matices.
Bardella mantiene una tendencia antiinmigración más dura que su rival, cercana a lo planteado por el aún más extremista Reconquista de Éric Zemmour. Sin embargo, Aliot se ha esforzado en distanciarse de ese radicalismo -que recuerda a los tiempos del Frente Nacional de Jean Marie Le Pen- y es favorable a circunscribir el combate a lo que denominan como «sectarismo musulmán» dentro de Francia.
Gane quien gane, para Le Pen se mantendrá el proyecto ultranacionalista que relanzó al reconfigurar el partido heredado por su padre. «Los dos están alineados en la línea política que defiendo desde hace 20 años», asegura. Un legado que ambos apuestan por mantener.