Para los más pesimistas, la situación económica no es buena. Una inflación galopante como desde hace décadas no se conocía pinta bastos en un presente incierto. Lo más optimistas, por el contrario, atisban ya algunas señales de que la tendencia alcista del coste de la vida que ha reinado durante los últimos meses empieza a aminorar la marcha. Sea como fuere, la coyuntura no es sencilla y muchos bolsillos lo están notando. Y no pocos. Algunos expertos tildaban éste como 'el último verano' previendo una disminución notable del consumo a partir de otoño. Sin embargo, otras radiografías económicas destacan que cuatro de cada diez españoles ya habían alterado la planificación de sus vacaciones por la dichosa inflación.

Con este panorama encima de la mesa, pulsamos uno de los sectores clave de la economía local, la hostelería, que afronta uno de sus particulares 'agostos' anuales, con el broche final de la Feria y Fiestas de San Julián. El secretario de la Agrupación Provincial de Hostelería, Diego López, destaca que aunque la situación económica «no es el mejor», ésta no va a tener repercusión negativa durante los días de fiesta. Es más, apunta que la tendencia continuista en la demanda se va a prolongar hasta San Mateo y que, en todo caso, será después cuando se note un posible «frenazo» en el consumo. «Vamos a tener una demanda similar a la de un año normal y la posible contracción podría llegar a partir de otoño y, sobre todo, invierno», remata. 

Ahora bien, los precios son los que son, y es que a los hosteleros no les ha quedado otro camino, subraya López: «Una subida como la que estamos teniendo en materias primas y proveedores la puedes aguantar un tiempo, pero no demasiado si quieres sobrevivir». Al final, «se ha tenido que repercutir en las tarifas como ha ocurrido en todos los sectores», aunque «no es algo que nos agrade porque eso siempre influye en la demanda». A pesar de los pesares, agosto «está siendo un mes bueno», a la altura de lo habitual, porque aunque no es como en Semana Santa o durante los puentes festivos de Madrid y Valencia, «la hostelería vive uno de sus mejores momentos del año».

Se nota especialmente en bares, restaurantes y ocio nocturno. El recinto ferial y la plaza de toros actúan –a juicio del portavoz del sector en Cuenca–, como tractor de la demanda. Y eso es «positivo», porque a diferencia de lo que ocurre en otros periodos, el consumo tiende a concentrarse en el Casco Antiguo. Ahora no. Ahora el gran flujo de clientes se «deslocaliza» por mucho puntos de la ciudad y predominan los encuentros de amigos y familiares en torno a una mesa o a unas cañas. De hecho, resalta López, San Julián supone un «espaldarazo» para el retorno de «oriundos de Cuenca que viven en otros lugares o de gente de los pueblos que vienen a pasar un día en la feria o a ver una corrida de toros». Lo que no es la feria, en línea general, es un polo de atracción para las pernoctaciones. «Puede haber buenos números», apunta López, «pero no por la feria, sino porque agosto no deja de ser un buen mes».

Carpa Joven. La Agrupación de Hostelería y Turismo recupera una iniciativa que fue «todo un éxito» antes del estallido de la pandemia: la Carpa Joven. Un aliciente para un sector que durante mucho tiempo no tuvo una oferta interesante dentro de la programación de las fiestas, según destaca López. De esta forma, una veintena de grupos de Cuenca de diferentes estilos musicales, además de varios djs, actuarán en la Carpa Joven, para lo que se llevó a cabo una convocatoria pública. La carpa abrirá todos los días de ferias, desde el viernes hasta el día 29, desde las ocho de la tarde hasta el cierre del ferial. El acceso a todas las actuaciones será libre hasta completar aforo.