El CEPA Altomira arranca el curso con menos oferta educativa

R.L.C.
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Numerosas formaciones se han cancelado en los últimos años, lo que conlleva una reducción del número de profesores y quejas de estudiantes por la agrupación de algunas enseñanzas.

Clase en Tarancón del CEPA Altomira, que también cuenta con aulas en Horcajo de Santiago, Villamayor y Huete. - Foto: R.L.C.

El Centro de Educación de Personas Adultas (CEPA) Altomira de Tarancón, con aulas también en Horcajo de Santiago, Villamayor de Santiago y Huete, ha comenzado el curso escolar con menos oferta formativa y más alumnos que el año pasado. 

En junio la Junta decidió cancelar numerosas enseñanzas y otras fueron reagrupadas, con posibilidad de volver a analizar la situación este mes. «Dado que Tarancón tiene la particularidad que no despierta del letargo veraniego hasta que no terminan las fiestas, y es a partir de entonces cuando empezamos a tener aluvión de matrículas, pedimos una primera solicitud de ampliación de enseñanzas, que se nos concedió, y luego otra que no», cuenta el jefe de estudios, Manuel Benítez, que califica el inicio de curso como «caótico» a nivel organizativo, ante la imposibilidad de definir los grupos o los horarios hasta conocer la oferta definitiva. A esto hay que sumar las quejas de estudiantes y la dificultad de los docentes, al tener que explicar «dos cosas distintas en una misma clase» debido a las agrupaciones. La cifra de profesores ha quedado reducida prácticamente a la mitad con respecto al curso pasado, actualmente la plantilla es de 14, contando al orientador, y muchos de ellos tienen jornadas parciales. 

En los últimos años ha ido bajando el número de adultos del CEPA Altomira, pero este curso el número se ha incrementado con respecto al anterior llegando a los 350-400 alumnos. «En 2020/2021 llegamos a 425 estudiantes, pero claro ahora tenemos como ocho enseñanzas menos, unas 100 matrículas de cursos que ya no estamos ofertando», lamenta Benítez, que reivindica la importancia de la formación de los adultos a lo largo de toda la vida y especialmente, en zonas rurales, «donde nosotros somos la única opción para hacer un curso». Asimismo, hace hincapié en que para el perfil de alumnos del CEPA Altomira, la mayoría jóvenes de entre 18 y 25 años que no han logrado acabar el instituto u otras personas de mayor edad que no tienen capacidad de ser autodidactas, la enseñanza presencial «es un requisito poco menos que indispensable». 

quién y qué. En el Centro de Adultos pueden matricularse personas con más de 18 años como norma general, aunque también de entre 16 y 18 años si tienen un contrato laboral que les impida acudir al instituto o si han tenido algún problema en su centro educativo.

Ahora mismo obtener el graduado escolar, la ESO, es la única enseñanza oficial que se imparte y es lo que más se demanda. «Antes teníamos también el inglés de la Escuela Oficial de Idiomas, que nos lo han quitado, al igual que han reducido los talleres y las horas de informática, se ha eliminado el curso para obtener la nacionalidad española u otro de prevención, que en este caso no tenía aceptación», aclara el jefe de estudios. Este curso se ha reducido a uno, en este centro con sede central en Tarancón, el grupo de adquisición de competencias básicas y el de educación a distancia. 

Hace unos años se llegaron a impartir ciclos formativos con un alto grado de empleabilidad en la zona, como el de cocina, que dejó de realizarse porque las instalaciones no cumplían la normativa, o el de atención a personas en situación de dependencia, que siendo otro de los más demandados se emplazó a los interesados a realizarlo vía on line en instituto Santiago Grisolía de la capital. Los ciclos de infantil y turismo, apunta Benítez, dejaron de impartirse por otros motivos, pero sí se mantienen en otros CEPAS de otras provincias de la región.

Como novedad, se imparte el curso de competencias clave de nivel 2 y hay dos grados medios de comercialización y programa de actividades auxiliares de agricultura que aún está pendiente si van a salir adelante. «El acceso a la universidad teniendo la ESO les da la equivalencia de Bachiller, estamos teniendo gente que quiere preparase una oposición, para Policía por ejemplo y no tiene Bachiller, y esta es la forma más rápida», detallan desde el CEPA Altomira, que cuenta con un conserje municipal y el apoyo del Ayuntamiento en mantenimiento y limpieza. También se puede cursar inglés iniciación B1, castellano para extranjeros, que es de los más demandados, informática, alfabetización, FP Básico de Jardinería para discapacitados menores de 30 años de edad o un taller de arte.

CONTRA LA DESPOBLACIÓN

«Para mantener las zonas rurales hacen falta este tipo de recursos»

Ante la postura «oficial», comenta Manuel Benítez, de «dejar de apostar por las enseñanzas que no son prioritarias o que no tienen un alto número de alumnos», este profesor de Tarancón hace hincapié en que «siempre en un entorno rural va a haber menos gente que utilice los servicios básicos, como ocurre con la sanidad o el transporte, pero no por eso pueden dejar de prestarse». En este sentido y en base a la Ley contra la Despoblación de Castilla-La Mancha, defiende que desde el mundo rural se apueste por recursos como el CEPA Altomira. «Una de las claves es darle más visibilidad, nosotros lo intentamos, pero sigue siendo un recurso desconocido incluso por los propios vecinos. No tenemos clases de 30 alumnos, pero sí todos los años se titulan 15 ó 20, otros tantos se sacan el acceso a la universidad, son personas que van a seguir avanzando académicamente o en el mercado laboral», concreta este docente.