«En la Cuenca del siglo XVII había una academia literaria»

V.M.
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José Antonio Silva presenta su obra 'Poesía laudatoria en impresos conquenses del Siglo de Oro', editada por la RACAL, donde recupera parte del pasado literario de la ciudad

El catedrático de Lengua y Literatura José Antonio Silva, miembro de la RACAL, con un ejemplar de la obra. - Foto: Reyes Martínez

José Antonio Silva presentaba recientemente en la Real Academia Conquense de Artes y Letras su obra Poesía laudatoria en impresos conquenses del Siglo de Oro, editada por la RACAL en la que resume el fruto de una importante labor de investigación donde recupera parte del pasado literario de la ciudad, hasta ahora bastante desconocido.

Estamos ante un género muy desconocido por la mayoría de los ciudadanos, ¿en qué consiste? 

Fue un género literario que estuvo muy de actualidad en los siglos XVI y XVII, pero que, efectivamente, es muy poco conocido hoy, porque también ha sido poco estudiado. La poesía laudatoria se publicaba en las páginas iniciales de los impresos publicados en esa época, tanto libros como volúmenes de otros tipo, se colocaban antes de comenzar el texto y se hacían en alabanza del propio autor, del personaje o del mecenas que lo patrocinaba. Fue muy cultivado en esos años, hasta el punto que algunos estudiosos llegan a a hablar de «tráfico de alabanzas», porque todos los autores querían que sus obras incluyeran algún poema encomiástico.

¿Qué publicaciones destacaría de las que ha recogido en su libro?

Hay un amplio catálogo de obras, muchas se publicaron en Cuenca por primera vez, pero hay otras que se publicaron cuando ya se habían impreso en otros lugares: segundas ediciones, reimpresiones... hay un poco de todo. Por referirme a algunas de las que más me han interesado, sobre todo las que tienen más que ver con autores conquenses, citaré La vida y milagros de San Julián, de Francisco Escudero, de finales del XVI; otro libro sobre el mismo personaje y de la misma época, firmado por Bartolomé de Segura y titulado Vida y muerte del glorioso confesor San Julián; hay otra publicación que tiene cita importante en el panorama literario español, se trata de La mosquea, un poema burlesco de José  de Villaviciosa, que llegó a vivir aquí en Cuenca; y otros dos libros de Baltasar Porreño, Vida y hechos hazañosos del gran Cardenal Don Gil de Albornoz, publicada en 1626, y Dichos y hechos del señor Rey Don Felipe II. 

También habría que referirse a la calidad de la impresión de buena parte de esas publicaciones, ¿no?

La impresión en Cuenca tuvo buenos momentos durante el siglo XVI y XVII hubo impresores muy cuidadosos que hicieron algunas publicaciones de una gran calidad, bastante mejor que en otras épocas, pero la verdad es que hubo un poquito de todo.

¿Cuándo comenzó a imprimirse de forma habitual en Cuenca?

El primer libro publicado data de 1528 y es una obra litúrgica que encargó el obispo Diego Ramírez de Villaescusa, mientras que el primero que contiene poseía laudatoria fue publicado cinco años más tarde y es la Vida del Cardenal Albornoz, de Jerónimo Andrés Muñoz, donde se incluye una copla de arte mayor en alabanza al personaje biografiado.

Imagino que es una obra que le habrá llevado años de investigación…

Sí, porque precisaba de una importante labor de recopilación. Ahora a través de Internet se pueden conseguir muchos de los impresos,  pero otros deben buscarse exclusivamente en la Biblioteca Nacional o en diversos archivos; además de ello hay que incluir toda la tarea de estudio y anotaciones rigurosas, porque los textos llevan sus notas para que el lector pueda comprenderlos, la verdad es que no podría decir con exactitud todo el tiempo que le he dedicado.

Desde punto de vista métrico y estilístico, ¿qué es lo más predominante en estas composiciones?

Con mucha diferencia sobre el resto está el soneto y luego a cierta distancia las décimas, pero hay también poemas  en latín, en cuya traducción me ayudaron el profesor Miguel Jiménez Monteserín y Juan Enrique de la Rica, e incluso también alguna composición poética en italiano.

¿Y en cuánto a su valor literario?

Hay también un poco de todo, pero se incluyen poemas muy interesantes de autores que eran exponente de la minoría intelectual activa del momento. Lo que sí es curioso reseñar es que sobre todo en el siglo XVII -en el anterior no está tan claro- ya había un cierto ambiente literario y gente muy preocupada por las letras, un grupo de escritores que tenían buena información de las publicaciones del momento; en ese sentido hay un libro publicado con motivo de la canonización de San Pedro Nolasco (1628) donde se habla de una academia literaria en la ciudad, una especie de reunión de literatos; además por esa época se escribió La mosquea de José de Villaviciosa, obra importante  dentro de la literatura española, y en esos años recaló por aquí Juan Pablo Mártir Rizo, que escribió la Historia de la muy noble y leal ciudad de Cuenca y era un escritor conocido en los ambientes de la capital del Reino.