Habrá quien no haya parado el ritmo de trabajo o lo haya hecho lo justo y necesario. La vida política es lo que tiene, y es que hasta en plena canícula los hay que no descansan, sobre todo si tiene responsabilidades de gobierno o pintan algo entre los mandamases. Ahora bien, también hay excepciones –a veces más de las deseables– que niegan la mayor. Sea como fuere, el verano ya ha terminado y el curso político ha echado a andar. Aquellos que actúan como representantes de la ciudadanía en las instituciones vuelven a sentarse en sus pupitres con la mochila cargada de deberes. Es su particular 'vuelta al cole'. Pero éste no es un curso cualquiera. Al final del túnel, cual exámenes finales, asoman dos elecciones de máximo interés que tienen que dibujar el horizonte en el Ayuntamiento, la Diputación y la Junta.
Los partidos toman posiciones y preparan sus huestes para la batalla final. Apenas restan ocho meses para jugar esas últimas bazas o sacar ases de debajo de la manga que hagan inclinar la balanza hacia un lado o hacia otro. Hasta entonces, y centrados en clave municipal, el timón de mando lo controla Darío Dolz. El ingeniero técnico forestal encara la recta final de un convulso mandato implorando a la ciudadanía una bala extra con la que disparar a la ristra de asuntos que se han quedado en el tintero y que en los próximos meses deberían empezar a vislumbrarse. No son pocos, es consciente, pero defiende que ésta no ha sido una legislatura al uso. De hecho, el relato del PSOE parte de una idea: «Si hemos hecho lo que hemos hecho en una legislatura anormal, ¿qué no haríamos en una normal?».
Él será quien encabece la papeleta roja en esos comicios, haciendo valer la máxima de que quien tiene alcalde, tiene candidato… Y eso que hubo voces del ámbito político que durante algunas semanas, vaya a usted a saber con qué intención, animaban a pensar en lo contrario. En el partido del puño y de la rosa confían en que una parte de los proyectos que el Gobierno municipal tiene encima de la mesa comiencen a fructificar contante y sonante. Eso sí, arropado por el resto de administraciones porque si no sería imposible... En el equipo de Gobierno tienen más que asumido, y ya no lo esconden, que el Ayuntamiento es un elefante sesteante al que le cuesta Dios y ayuda sacar adelante cualquier trámite. Por insignificante que parezca.
La intención es pisar el acelerador, ahora más que nunca porque el tiempo se acaba, en algunos de los que deberían ser los proyectos 'estrella' de la legislatura. Por ahí pulula el centro de convenciones, la futura ciudad deportiva, el centro de atención a la discapacidad, el Parque Científico y Tecnológico… Ahora bien, entienden que para calar en el imaginario colectivo tienen que ser obras/actuaciones/proyectos que se vean a pie de calle. En este sentido, el tiro lo centran en los remontes al Casco Antiguo, el nuevo hospital, la integración de los terrenos ferroviarios que dividen la ciudad y el desembarco de la empresa Toro Verde con el mayor parque de aventuras de Europa. Sobre esos cuatro pilares quieren asentar la hoja de ruta de los próximos meses con el objetivo de retener el bastón de mando.
Partido Popular. Enfrente, el candidato in péctore del Partido Popular. Desde que a principios de año La Tribuna destapara la caja de Pandora, el nombre de Francisco Pulido no ha dejado de resonar en todos los escenarios. No se han tapado, ni el protagonista ni los que le arropan. A falta de la designación oficial que se eterniza en el tiempo, el médico se ha dejado ver en infinidad de actos para calentar motores. Ahora en el partido creen que ese nombramiento puede llegar a finales de este mes o, como tarde, antes de la festividad del Pilar. El popular ha tanteado el terreno y se pondrá «a tope» en el diseño de su lista una vez que todo esté cerrado.
Fuentes sólidas del PP apuntan a este diario la naturaleza «renovadora» de la lista de Pulido. Las circunstancias personales y profesionales de los que otrora fueron su guardia pretoriana hacen casi inviable que alguno de esos nombres sea rescatado para la causa. Es más, apuntan que, en cierta medida, «tiene las manos libres» para diseñar su equipo prácticamente al cien por cien. La cúpula regional podrá «sugerirle» algún nombre, pero el peso fundamental lo llevará él. La que parece quedar «un poco» al margen es la dirección provincial, ya que las conversaciones se producen entre Pulido y la regional. Además, estas fuentes creen que la apuesta por Eva Arteaga como vicesecretaria de la capital «no ha dado el resultado esperado».
De esta forma, en la lista del PP habrá nombres propios sin demasiada relación con la política, figuras emergentes que generen sorpresa pero con mucho peso en la sociedad conquense. Eso sí, desde Toledo se guardan alguna bala en la recámara, con algún peso pesado del partido por si la jugada no sale como desean. El día a día del Ayuntamiento se puede hacer cuesta arriba, y más desde la dura batalla de la oposición si se diera el caso, donde tienen que salir al rescate perfiles «más técnicos y políticos». En ese caso figura con fuerza el nombre del que es la mano derecha de Paco Núñez en territorio conquense, Álvaro Barambio, que está por ver si cumplirá ese papel o, en caso de ganar la Junta, el líder regional quiera tenerlo en su redil.
Lo que también parece claro –según señalan estas mismas fuentes–, es la 'operación salida' del PP municipal. «En principio y si no lo exigen las circunstancias», recalcan, entre los planes del candidato no pasa el repetir a ninguno de los seis concejales que ahora mismo defienden la bandera popular en el Consistorio. Ahora bien, hay tres nombres que el PP autonómico tiene en consideración para cotas mayores en caso de desembarcar en el Palacio de Fuensalida: Cristina López, Jaime Romero y, especialmente, José Ángel Gómez Buendía. Para la cúpula regional los tres ediles han desempeñado una labor «muy interesante» en la oposición municipal y están llamados a otra batalla en una hipotética Junta de color azul.
Resto de fuerzas. Lo que supone un misterio todavía sin resolver es lo que pasará con la formación que ha tenido un peso hegemónico durante esta legislatura. El líder de Cuenca nos Une todavía no ha dejado claro si se presentará o no a las elecciones con una nueva lista. Su descontento con la política municipal es claro y manifiesto, y siempre que puede le falta tiempo para recordarlo. De hecho, solo hay una frase, sacada de un Pleno, que deja entrever sus intenciones: «Me volvería a presentar si es para ganar, porque de lo contrario aquí no se hace nada». Pintan bastos... Y de esta forma, seguirá deshojando la margarita hasta última hora. Los que sí se han puesto manos a la obra son los outsiders que brotaron tras la fractura interna de CnU. Con Dámaso Matarranz a la cabeza, un grupo de vecinos de Cuenca trabaja para sacar adelante esa lista independiente.
Un papel testimonial, pero combativo a su manera, han desempeñado Ciudadanos y Cuenca, en Marcha! La formación naranja, en horas sobresalientemente bajas, se las verá y se las deseará para conformar una lista de 25. De hecho, y viendo los vaivenes del partido liberal en clave nacional, en una indefinición constante hacia esa añorada refundación, cabría preguntarse cómo van a llegar a la cita electoral. A la izquierda de la izquierda, deberán ordenarse los papeles y entender que lo más fructífero es presentarse con una única lista. El diálogo debería imponerse para sumar crédito. Vox, por su parte, puede ser el invitado inesperado a la fiesta, aunque para ello tiene que fijar posturas e intentar no desfondarse. En ese proceso se encuentra a marchas forzadas sin terminar de encontrar esa figura con fuerza que encabece una lista.