A pocas horas de que se produzca la mayor operación salida de la ciudad, obra y gracia de la conjunción de la festividad regional y la patronal celebración de la Virgen de la Luz y, a pesar de que serán días más propicios para el descanso y el disfrute, convendría realizar alguna pequeña reflexión (incluso en voz alta) sobre estas noticias que salpican el devenir capitalino a la espera de que se abra el periodo veraniego y se instale en la ciudad esa idea tan nuestra de resolver las cosas después del verano o tras las fiestas mateas.
No ha concluido aún este curso y aparecen ya los primeros borradores del calendario escolar para el próximo. Más de uno andará ya buscando fechas para diseñar el famoso "de puente a puente" escolar y así organizar las escapadas familiares, que todo es justo y necesario. Pero cabe reflexionar sobre qué tipo de valores y educación estamos transmitiendo a nuestros hijos. Las agresiones recibidas, en forma de pedradas, por los coches estacionados bajo el puente de la vía sito a la espalda del enorme edificio de Cáritas nos hablan de una falta de transmisión, en más de un caso, de los valores que los padres (y digo los padres, no el colegio) deben regalar a sus hijos. En las últimas semanas un grupito de, al menos, cuatro adolescentes han encontrado en esta práctica la mejor forma de usar el tiempo que le roban a su formación. En fin, ojalá quede como un hobby desafortunado y la continua presencia policial les disuada de continuar con esta actividad. O no, ya veremos. Convendría que en el ámbito familiar se reflexionara sobre este tipo de situaciones, sobre todo para que no vuelvan a ocurrir.
Claro que no todo van a ser reflexiones sesudas. El hecho de que la Diputación Provincial lidere el ranking de las instituciones que menos tiempo tarda en pagar a los proveedores (algo menos de tres días) es, sin duda, una magnífica noticia que apuntala la credibilidad de nuestros órganos de gobierno. Y también reafirma la idea de que hay cosas que se pueden hacer mejor para beneficio de todos. De esta manera gana el administrado que cobra en tiempo y forma, y el administrador que, haciendo un buen uso de los recursos públicos, contribuye a desterrar aquello de que las cosas de palacio van despacio...aunque en la mayoría de las administraciones así sea.
Lo que ha ido despacio pero ha llegado a buen puerto finalmente es la incorporación de Las Turbas de Cuenca a la Junta de Cofradías. Creo que no hay que abundar más en razones y justificaciones de esta entrada. Nos guste o no nos guste, la realidad es que cada Viernes Santo al amanecer se encontrarán en la puerta del Salvador. Mejor con nosotros entonces que fuera de nosotros...Claro que esto también les obliga. Ante ellos tienen el reto de tomar las decisiones oportunas para que aquellos que no saben cómo deben comportarse abandonen de una vez la procesión de la madrugada. Esto es tan sencillo como que cada uno haga su papel. Disfruten del puente.