Castilla-La Mancha fue una de las diez comunidades autónomas que cerraron el ejercicio de 2021 con superávit, que en el caso de la región castellano-manchega fue del 0,33 por ciento del PIB, según las cifras facilitadas este jeves por el Ministerio de Hacienda. Es el segundo año consecutivo que Castilla-La Mancha tiene superávit, pues en 2020 cerró el ejercicio con un 0,41 por ciento.
De acuerdo con estas cifras, las comunidades que cerraron el pasado ejercicio con más superávit fueron Navarra (1,30 por ciento del PIB) y Baleares (1,17 por ciento), en tanto que siete lo hicieron déficit, en este caso con Murcia (-1,40 por ciento) y la Comunidad Valenciana (-1,15 por ciento) al frente.
Al igual que Castilla-La Mancha también terminaron con superávit finalizaron también Asturias y Cantabria (0,93 por ciento del PIB), País Vasco (0,84 por ciento), Canarias (0,50 por ciento), Madrid (0,32 por ciento), Extremadura (0,20 por ciento) y La Rioja (0,03 por ciento).
Baja la deuda. Asimismo la región cerró el ejercicio 2021 como la segunda comunidad autónoma que más ha reducido su deuda pública sobre el Producto Interior Bruto, al pasar del 38,7 por ciento en el cuarto trimestre de 2020 al 36,5 por ciento en el mismo periodo del año pasado.
En concreto, la región ha reducido 2,2 puntos el peso de su deuda pública en términos de PIB, según los últimos datos publicados por el Banco de España, correspondientes al cuarto trimestre de 2021. De esta forma, Castilla-La Mancha reduce su deuda un punto más que la media nacional en el último año.
Con respecto al trimestre anterior, la Comunidad Autónoma ha reducido el peso de su deuda 1,1 puntos porcentuales, prácticamente el doble que la media nacional, cuya reducción ha sido del 0,6 por ciento.
Además, Castilla-La Mancha se situó en diciembre de 2021 como la cuarta comunidad autónoma de régimen común que mejor paga a sus proveedores, a 14,05 días, siete días antes que la media nacional.
El Gobierno regional manifestó a través de un comunicado que están haciendo compatible mantener unas finanzas públicas saneadas, con el compromiso del presidente Emiliano García-Page de no escatimar recursos públicos para hacer frente a la crisis derivada de la pandemia, sin dejar a nadie atrás.