La Hermandad de la Virgen alerta del estado del Palacio de Riánsares

R.L.C.
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El deterioro del edificio histórico está más avanzado en la techumbre, donde desde principios del invierno existe una gotera que podría empezar a afectar a la ermita que alberga a la patrona

La Hermandad de la Virgen de Riánsares alerta del mal estado en que se encuentra el Palacio de Riánsares, ubicado junto a la ermita de la patrona, a casi cinco kilómetros del casco urbano. Francisco Arcas, presidente del colectivo, denuncia que el edificio histórico, reconstruido tras la Guerra Civil, está «totalmente abandonado desde que hace al menos diez años se hizo la cesión para 30 años al Ayuntamiento por parte del Obispado».

Dentro del deterioro del inmueble, la techumbre está «prácticamente derrumbada», pero también hay paredes con «unas grietas que coge un brazo entero», concreta Arcas. Desde principios de este invierno existe una gotera que podría empezar a afectar a la ermita, donde del 28 de enero al 15 de agosto está la Virgen de Riánsares. «Hay que arreglarla, nuestro temor pasa porque el deterioro del palacio siga avanzando hasta perjudicar al santuario», insisten desde la citada hermandad.

La ermita en sí, tanto por dentro como por fuera, se encuentra en perfecto estado porque desde la Hermandad de la Virgen se pidió un préstamo a 25 años para velar por su acondicionamiento. El presidente confirma que pagan al ermitaño que está allí todo el año y atienden todas las necesidades del edificio, «se ha pintado o retejado cuando ha hecho falta, ahora hay una avería en la calefacción que hay que afrontar y recientemente se ha adecentado la tienda, que sufría problemas de humedad».

Sin embargo, desde la Hermandad de la Virgen piden al Ayuntamiento que se interese por el palacio anexo, que mandó construir el duque de Riánsares, Fernando Muñoz, en la segunda mitad del siglo XIX y que desde 1925 es de propiedad eclesiástica.

«El Obispado cedió a la Parroquia y la Hermandad la ermita, el resto al Consistorio, que debe velar no solamente por la pradera, también por este edificio, porque sino ocurrirá como con la Casa de la Condesa, que nos lamentaremos después», manifiesta Arcas.

En la última visita del obispo de Cuenca, José María Yanguas, a la localidad, a finales de noviembre de 2014, tras ver el santuario de Riánsares afirmó que «por falta de recursos no está previsto afrontar ninguna obra, pero el Palacio de Riánsares no está olvidado, hay que fijar una finalidad».

En legislaturas anteriores se habló de crear un aula de la naturaleza e incluso una residencia de mayores.

Desde el equipo de Gobierno aseguraban ayer que no tienen «petición formal sobre el edificio, desconocemos que su situación esté empezando a afectar a la ermita, cuando  se solicite se estudiará».

Francisco Arcas subraya que existe un Patronato de Riánsares, integrado por la alcaldesa, María Jesús Bonilla, el párroco, Alberto Paños, el empresario Emilio Loriente, el presidente de la Hermandad de la Virgen y el historiador Félix Montoya como secretario. «Se renovó hace cuatro años y ya no se ha vuelto a convocar», apuntan desde la Hermandad de la Virgen, que anima a los devotos a inscribirse como socios, la cifra se ha reducido con la crisis hasta los 2.200.

Las eucaristías dominicales en la ermita de Riánsares, a los pies de la patrona, este año a las diez y media de la mañana, se han retomado este mes de febrero coincidiendo con la llegada de la Virgen a su santuario. Todo el dinero que se recauda de los donativos de los fieles que allí acuden va destinado al santuario, además el colectivo está abierto a todo tipo de ayuda económica, pública o privada.