SOS Gatuno

R.L.C.
-

Una nueva asociación se vuelca desde hace casi un año en ayudar a encontrar un hogar a cientos de felinos de la provincia que viven en la calle.

SOS Gatuno - Foto: VIDA GATUNA

A pesar de los muchos peligros a los que tienen que sobrevivir, pues están sumamente desprotegidos, aún son numerosas las personas que siguen pensando que los gatos viven mejor en la calle, cuando lo cierto es que no proceden de especies autóctonas adaptadas a las ciudades.

En la localidad de Tarancón un grupo de personas decidió unir fuerzas hace aproximadamente un año para ayudar a los felinos callejeros. Se trata de un municipio donde estiman que puede haber entre 600-700 gatos en la calle, como poco, en unas 45 colonias. «Empezamos a trabajar porque nos dimos cuenta que aquí el problema era serio, pues a pesar de no ser un pueblo excesivamente grande, el censo de colonias, la mayoría sin controlar, y felinos, es extremadamente alto», comenta Javier Fernández, voluntario de la asociación felina Vida Gatuna.

Desde que existe este colectivo han puesto un marcha una lanzadera de adopción que ya ha rescatado de la calle a alrededor de 50 gatos. «Una vez que reciben el tratamiento veterinario que necesitan iniciamos un trabajo de sociabilización del animal para intentar encontrarle un hogar definitivo, es un proceso difícil y costoso», confirma el portavoz de una asociación con la que cada vez contactan más personas para alertarles de gatos ferales que necesitan ayuda. Pero, por el momento, llegan hasta donde pueden, «a día de hoy recibimos más gatos de los que soltamos». 

Desde hace poco se les ha cedido un terreno municipal, junto a los huertos urbanos, donde han creado un refugio provisional para los felinos que prepararán para poder ser adoptados. También cuentan con un local a pie de calle (en la vía Escarchada, 5). Actualmente acaban de finalizar la campaña de esterilización previa al primer celo del año (en total hay cuatro anualmente).  En concreto, ha estado financiada por el Ayuntamiento taranconero con 3.000 euros, a través de un acuerdo con una clínica veterinaria, pero ha podido llegar únicamente a medio centenar de gatos, por lo que esperan que el compromiso de aumentar el presupuesto municipal para este fin sea una realidad pronto, pues esta subvención se ha quedado corta para todo el volumen de gatos que existen en la ciudad.

«Está demostrado que hoy por hoy la única forma de controlar las colonias felinas es con campañas de esterilización potentes», concreta Fernández, que explica que se llevan a cabo a través de programas CES, que consisten en capturar los animales, esterilizarlos y volverlos a soltar. Y entre tanto llegan más ayudas públicas o donativos, Vida Gatuna tiene repartidas huchas en establecimientos colaboradores, mesas informativas y petitorias en el mercadillo municipal, tienen a la venta numerosos productos con su logotipo, que también se pueden encontrar en sus redes sociales (Facebook e Instagram).

El 90 por ciento de los fondos de este colectivo son para gastos veterinarios. «Ayuntamientos como los de Madrid, Gijón o Zaragoza son algunos de los que tienen proyectos de colonias muy avanzados, son los primeros que han tomado conciencia de que es una realidad que si no la afrontas a tiempo genera muchos problemas», destaca este vecino de Tarancón amante de los felinos, que alaba que consistorios como el de Belinchón les hayan pedido ayuda para realizar una campaña de esterilización. Desde Vida Gatuna insisten en que «tenemos que ser conscientes que esta realidad de hoy en cuanto a los gatos la hemos generado nosotros», y remarcan que «hace falta más inversión en general, pero también, y creemos que es el gran problema, más concienciación». 

Esta asociación se encuentra con personas que creen que están haciendo bien cuando ponen a estos animales restos de cualquier comida suya, cuando lo que están generando es un foco insalubre para el municipio y también para el propio animal. Las colonias en espacios públicos son responsabilidad de los ayuntamientos -y en el caso de Tarancón este colectivo se ha aliado para ayudar a que sean controladas (las primeras en El Hospitalillo y en el aparcamiento junto al Parque Ferial y la siguiente en el instituto La Hontanilla)-, y las privadas, con la nueva ley de bienestar animal, pasan a ser responsabilidad de la comunidad de propietarios. 

«Nosotros estamos dispuestos a ayudar a todo el mundo, es necesario un refugio para los gatos, con agua, nosotros alimentamos con pienso seco, nunca comida casera ni húmeda por el daño que puede causar al animal a pesar de la buena fe del vecino», aclara Javier Fernández, que ha pasado de nunca haberse planteado tener un gato en casa a formar parte de un grupo de conquenses que hasta ofrecen «servicio de guardería» para evitar que se abandone a estas mascotas en periodo de vacaciones. 

Adaptación al hogar

Cada gato tiene su carácter, la esterilización del animal y una correcta adaptación al hogar son clave para que se conviertan en el animal de compañía perfecto, entre otras ventajas por la relajación que transmiten.

La nueva ley animal obliga a quien tiene gato a esterilizarlo y microchiparlo, y endurece hasta 60.000 euros las multas por maltratarlos. Vida Gatuna ya ha tenido que alertar en varias ocasiones a la Policía Local por ataques a colonias. Por eso insisten, los felinos no proceden de la calle, no es su hábitat natural, están ahí por ser descendientes de un abandono o por abandono directo,  desprotegidos, expuestos a infinidad de riesgos de seguridad y salud que trascienden al entorno, por lo que necesitan ayuda de todos.