Las obras de remodelación y consolidación de los túneles turísticos de la calle Alfonso VIII se encuentran en estos momentos en su recta final y, según el concejal de Turismo y Patrimonio Histórico, Miguel Ángel Valero, concluirán esta misma semana, puesto que tan solo resta por acometer la limpieza final y rematar los últimos detalles de la obra. Algo que, según dice, «es cuestión de días».

Con la ejecución de esta rehabilitación integral, este recurso turístico del Casco Antiguo de la capital podrá reabrir sus puertas después de cuatro años cerrado al púbico por unos desprendimientos en una de sus entradas como consecuencia de la raíz de un árbol de la calle Mosén Diego de Valera.

Una esperada reapertura al público que, en palabras de Valero, se va a producir este mismo mes de marzo, antes de Semana Santa, con el fin de que estos túneles puedan ser disfrutados en unas fechas tan señaladas para la ciudad, como es la Semana de Pasión, sin duda, uno de los momentos del año con mayor afluencia de visitantes.

Estado actual de los túneles de Alfonso VIII, tras las obras de remodelación. - Foto: Miguel A. Ramón

Rehabilitación. La rehabilitación y consolidación de estos túneles turísticos ha supuesto una inversión del Consorcio de la Ciudad de Cuenca de casi 12.000 euros; concretamente, 11.858, IVA incluido. Unas obras que comenzaban a ejecutarse a mediados del pasado mes de febrero y que no solo se han limitado a la retirada de la mencionada raíz, el repintado de las puertas y la consolidación de la bóveda de entrada para evitar el riesgo de desprendimientos, sino que han ido mucho más allá y se ha optado por una mejora del interior del túnel y una adecuación museística.

De hecho, se han acometido los trabajos pertinentes para eliminar las filtraciones de agua en el corredor principal, que afectaba al entablado de madera existente y que podía originar accidentes entre los visitantes. De ahí que también se haya llevado a cabo una mejora y reforzado del dicho entablado, así como una renovación de la iluminación de emergencia y una mejora de la iluminación de los paneles informativos dispuestos a lo largo del recorrido.

En definitiva, un lavado de cara que va a permitir que este llamativo recurso turístico de la «Cuenca Subterránea» regrese a la actividad y, en consecuencia, a los circuitos turísticos de la ciudad.