Con sus 17.000 kilómetros cuadrados, la provincia de Cuenca es la quinta más extensa del territorio nacional. Si a eso se le suma su ubicación estratégica en el centro de la Península y entre dos polos como Madrid y Valencia, es lógico pensar que su orografía se dibuja través de una notable red de carreteras. Con estos mimbres, Cuenca es la provincia de Castilla-La Mancha con mayor porcentaje de accidentes automovilísticos causados por animales y una de las diez a nivel nacional. Según los datos del estudio Animales en la carretera: Un peligro mortal elaborado por la aseguradora Línea Directa, este tipo de siniestros con origen en Cuenca suponen el 2,7 por ciento del total del país. 

Hasta hace pocos años, la presencia de jabalíes, corzos, ciervos o zorros en las inmediaciones de las carreteras solo ocurría en zonas muy agrestes y rurales. Sin embargo, desde la aseguradora entienden que «el progresivo abandono del medio rural, la falta de control poblacional de algunas especies cinegéticas y el efecto de la pandemia, que ha provocado que los animales pierdan el miedo y se adentren en zonas urbanas», ha causado un importante aumento de este tipo de accidentes.

De hecho, el número de siniestros con animales se ha duplicado en los últimos cinco años y su proporción frente al total de siniestros se ha incrementado un 71 por ciento. De esta forma, Línea Directa ha contabilizado entre sus clientes casi 11.400 incidentes de este tipo entre 2017 y 2021. Asimismo, hay que destacar que estos siniestros son cada vez más graves y complejos, ya que el coste medio de las indemnizaciones por daños corporales se ha incrementado más de un cien por cien en ese periodo de cuatro años, frente al 13,6 por ciento de los accidentes comunes. Esta complejidad también alcanza a las reparaciones de los vehículos, 2,4 veces más caras que las de un golpe normal, y a las gestiones, un 38 por ciento más lentas.

Imagen de archivo de un accidente automovilístico en el que se vio involucrado un corzo. - Foto: Alberto Rodrigo

En palabras de la directora de Personas, Comunicación y Sostenibilidad de Línea Directa, Mar Garre, «los accidentes contra animales son especialmente peligrosos y complicados de reclamar, por lo que es importante contar con coberturas que cubran este tipo de siniestros, sobre todo si vivimos en determinadas zonas del país o viajamos en otoño al interior». Por otra parte, si sufrimos un accidente de este tipo, es «fundamental» contar con un atestado de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que permita a la aseguradora reclamar a los responsables del animal.

¿Cómo son los accidentes contra animales? La velocidad a la que se circula por carreteras interurbanas y el peso y envergadura de los animales atropellados, provoca que estos golpes sean violentos y peligrosos. Suelen suceder en entornos rurales, de noche (61%), en fin de semana, en otoño (34%) y con jabalíes o perros como protagonistas. En cuanto al tipo de vía, dos de cada tres siniestros de este tipo ocurren en carreteras convencionales (64%), aunque en los últimos 5 años se han multiplicado por tres en las zonas urbanas y ya suponen el 22% del total.

Las partes del coche más afectadas son el parachoques delantero, la rejilla y el capó (39%), seguidos de los faros e intermitentes delanteros (22%), las aletas delanteras (14%), los bajos y el faldón delantero (10%), el radiador (4%) y la matrícula (3%). En cuanto a su localización geográfica, Cuenca (2,7%) y Guadalajara (2,2%) son las provincias con mayor número de siniestros de este tipo en Castilla-La Mancha, ocupando los puestos 9 y 12 de España, respectivamente. Les siguen Albacete (1,2%), Ciudad Real (0,8%) y Toledo (0,5%), todas por encima de la media nacional.