Contador de historias

Leo Cortijo
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Paco Auñón, referente en las ondas después de casi 20 años al frente del programa 'Hoy por Hoy Cuenca' de la Cadena Ser, fue reconocido por la Asociación de la Prensa gracias a un reportaje mayúsculo de principio a fin.

Contador de historias - Foto: Lola Pineda

Paco es de esas personas que siempre mira el vaso medio lleno. De los que prefiere ver, siempre que se pueda, el lado bueno de las cosas. Y la verdad es que como actitud vital no está nada mal. Seguramente sea la más acertada. Esa forma de ser y estar la aplica de lunes a viernes en su programa de la Cadena Ser, Hoy por Hoy Cuenca. Más que como un «periodista de inmediatez o informativos», se define con un «contador de historias». Eso de descubrir personajes y desnudar su interior para deleite de los oyentes es algo que borda como muy pocos. Quizás, entre otras cosas, ese es el mayor legado de un maestro artesano de las ondas con casi un cuarto de siglo de trayectoria.

Aunque la actualidad le obligue a estar pendiente de todo lo que pase a cada instante y en cada punto de la provincia, la escaleta de Paco se llena a diario de las más curiosas, llamativas y simpáticas historias. Es lo que da sentido, peso y magia a su sobresaliente trabajo. Tiene debilidad por aquellas que hablan de superación, solidaridad e implicación. «Admiro a la gente que quiere hacer cosas nuevas y que siempre miran para adelante», apunta.

El cultivar con maestría el lado más humano del Periodismo, precisamente, es lo que le ha valido para alzarse con el premio al mejor trabajo periodístico de 2020. Un galardón que entrega anualmente la Asociación de la Prensa de Cuenca y que en esta ocasión, por primera vez en sus cinco ediciones, ha recaído en un reportaje radiofónico, algo que es si cabe «más satisfactorio». Este reconocimiento le colma de «ilusión y alegría» porque llega por parte de los compañeros y porque valora el «esfuerzo» de su quehacer. A su juicio, cree que dos aspectos pueden haber pesado en la valoración del jurado para determinar que la suya fue la mejor publicación del año de la pandemia, y son «el valor de la historia y la técnica a la hora de ponerla en antena». 

Desplazados de la guerra: de las bombas de Madrid al remanso de un pueblo de Cuenca narra la historia de una familia evacuada al inicio de la Guerra Civil y refugiada en la localidad conquense de Albalate de las Nogueras. Un relato mayúsculo de principio a fin que Paco conoció en 2018 y al que se encargó de dar forma para compartirlo a través del micrófono amarillo. El resultado, macizo en todos los sentidos, no pudo ser mejor.

Ésta, que es de premio, es solo una de la inmensidad de historias que ha contado desde que allá por 2002 tomara las riendas de Hoy por Hoy, ese cajón de sastre «tan amplio y variado» en el que se ha hablado «hasta del tema que menos te imagines». Un programa que durante todos estos años, además, se ha apoyado en una conspicua nómina de colaboradores: Miguel Romero, Vicente Malabia, Enrique Moreno, Almudena Serrano, José Vicente Ávila...

Aunque el tango se empeñe en demostrar lo contrario, 20 años sí es mucho tiempo, y más para acumular anécdotas, «algunas de esas en las que los oyentes lo pasan muy bien, pero los locutores fatal». Un día, mientras entrevistaba en directo a una persona de El Cañavate que había hecho una exposición en Sevilla, se le ocurrió preguntar si la había llevado a cabo en colaboración con su mujer. El hombre, serio, contestó que era salesiano. «Fue un momento de ¡Tierra, trágame!», comenta. Más emotivo fue cuando contó la historia de un señor que había ayudado en los trabajos de exhumación de su hermano, víctima de la represión. Al terminar el programa, recibió una llamada del hijo de ese hombre para decirles que al rato de acabar la entrevista se había muerto, pero que lo había hecho «en paz» después de contar por lo que había pasado.

Paco, que ensalza el papel de la profesión periodística durante el difícil 2020, «capaces de sobreponernos en los peores momentos para hacer nuestro trabajo, que era contar lo que estaba pasando», seguirá narrando estas historias. Esas que tanto le gustan. A él... y a nosotros. Esas con las que, hoy por hoy (y siempre), nos toca el corazón.