Arqueología del pasado para luchar por el futuro

Jonatan López
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El estudio exhaustivo de Ares Arqueología en el yacimiento del Cerro de los Moros arroja luz sobre la Edad de Bronce y supone una oportunidad para Castillejo de Iniesta

Gracias a la iniciativa de los vecinos de Castillejo de Iniesta y a la labor de Ares, Arqueología y Patrimonio Cultural, los ciudadanos podremos conocer la riqueza de un nuevo yacimiento arqueológico en la provincia. Las investigaciones desarrolladas entre enero y febrero arrojan luz sobre un antiguo asentamiento, datado entre la época media de la Edad de Bronce y la primera Edad de Hierro (hasta 3.500 años de antigüedad), que por su extraordinaria calidad «será muy útil para estudiar la vida de sus habitantes».
Aunque las cartas arqueológicas de Castillejo de Iniesta ya daban fe de la existencia de yacimientos en la zona (incluso de época romana), no fue hasta hace apenas dos meses cuando se realizó un estudio exhaustivo del denominado yacimiento del Cerro de los Moros. Afectado por una profunda expoliación, el yacimiento ya había sido esquilmado en la cima del cerro testigo, en lo que los arqueólogos llaman tell.
«El yacimiento, a simple vista, seguía contando con las estructuras de los muros perimetrales, aterrazamiento, y conservaba aún mucho material de la Edad del Bronce», explica el arqueólogo Santiago Domínguez, que añade que «también existía material de principios de la Edad del Hierro».
 
Materiales abundantes. El sitio pudo ser abandonado en esa época, siendo utilizado para labores y usos agrícolas desde entonces. «Vimos que el material estaba muy bien conservado», dice el arqueólogo, que explica que entre los materiales se encontraron huesos de animales, un horno doméstico, tapiales, adobes y estructuras de piedra caliza. 
«Cuando excavamos nos encontramos que el yacimiento está muy bien preservado, a una cota a la que los historiadores no han podido llegar. El yacimiento no ha sido erosionado por la lluvia, no ha habido derrumbes», indica Domínguez, que reitera que los estratos permitirán «estudiar la vida en la Edad de Bronce y en la Edad de Hierro en distintas fases, cómo ha ido cambiando, cómo se relacionaba con el espacio inmediato. Incluso, qué se comía, cultivaba o qué animales se criaban». 
Hasta el momento se han realizado únicamente dos catas arqueológicas, un sondeo pequeño que permite conocer la Edad de Bronce en el territorio conquense, pero en las siguientes fases se ampliará el área de estudio. 
Según Domínguez, el asentamiento puede llegar a tener una hectárea de extensión, dispuesto concéntricamente y en calles alrededor del tell. «En la Edad de Bronce la gente se asienta definitivamente, empiezan a construir ciudades amuralladas. Antes eran nómadas o seminómadas», dice.
 
Una oportunidad de negocio. Santiago Domínguez avanza que todo surgió cuando César Cortijo –su familia es la dueña de los terrenos donde se asienta el yacimiento- llamó la atención de los arqueólogos. A esta iniciativa se sumó la Asociación Cultural Santabariya, creada para tal fin y para difundir el patrimonio de esta localidad de cerca de 200 habitantes.
El yacimiento del Cerro de los Moros se haya a escasos metros de la localidad y junto a la autovía A-3, por lo que en el futuro sería un sitio ideal de parada para descansar y conocer más acerca de las costumbres y el modo de vida de los pobladores de hace más de 3.000 años. Ello también supondría una oportunidad de negocio y la manera para tratar de frenar la despoblación que sufre Castillejo, tal y como lo padecen muchas poblaciones conquenses.
La intención del  Ayuntamiento de Castillejo de Iniesta es poder gestionar el yacimiento en un futuro y exponerlo al público como un recurso cultural y turístico. Eso sí, Domínguez aboga por hacerlo de manera «sostenible y lógica. Hay que tener un plan para recuperar el yacimiento», dice, y recuerda que una de las opciones pasa por desarrollar un plan de empleo. «Ahora que ya está hecha la excavación, el informe esta entregado a la Junta y los materiales están depositados en el Museo Arqueológico, tenemos que intentar que el pueblo sea parte activa dentro del proyecto y empezar a gestionarlo», indica. Esta gestión incluiría la futura exposición de los objetos hallados en dependencias municipales y, además, la visita de escolares para que lleguen a entender la forma de vida de los antiguos pobladores.