Una historia de ratas

Sara Borondo
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Amicia y Hugo vuelven a protagonizar una aventura de sigilo y poderes sobrenaturales en la Francia medieval

Asobo es un ejemplo de cómo funciona el desarrollo de videojuegos bien entendido. Sus creadores se tomaron casi dos décadas trabajando como equipo de apoyo a grandes producciones hasta que se consideraron preparados (económicamente sobre todo) para afrontar el primer trabajo con una propiedad intelectual creada por ellos. Innocence era una aventura ambientada en la Francia medieval, que conocen ya que el estudio está en Burdeos pero con un fondo fantástico que se superponía a la realidad histórica de la peste negra que se extendió por Europa en el s. XIV gracias a la proliferación de ratas (infestadas de pulgas portadoras de la bacteria que causa la enfermedad). A partir de esta idea, el estudio concibió una mecánica en la que hordas de estas ratas atacan a quienes se alejan de las fuentes de luz como un ejército bien entrenado.

En el primer capítulo de A Plague Tale la adolescente Amicia de Rune debe cuidar de su hermano pequeño, Hugo, para huir de la Inquisición que les persigue debido a los poderes sobrenaturales de Hugo, quien lleva en su sangre una maldición, la mácula, que le permite controlar a las ratas a costa de su salud. Los protagonistas son demasiado débiles para enfrentarse directamente a los enemigos, por lo que deben recurrir a la infiltración y la astucia para avanzar y resolver las situaciones que se les plantean. A plague Tale resultó ser el tapado del año, un juego innovador que mantenía la tensión, modesto pero desarrollado con calidad y que lograba conectar con el jugador, que controlaba directamente a Amicia pero daba algunas órdenes a Hugo.

En el segundo capítulo, Requiem (PC, PS5 y Xbox X|S), Asobo sigue realizando un trabajo de una calidad sorprendente, con las suficientes novedades para que el jugador lo sienta fresco y renovado pero sin perder la esencia. El escenario es diferente, Amicia y Hugo viajan de la región de Burdeos a la más luminosa zona mediterránea de la Provenza. 

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También hay cambios en la jugabilidad, la necesidad de protegerse a sí misma y a Hugo ha obligado a crecer a Amicia, que ahora tiene más habilidades como el uso de la alquimia aunque a la hora de enfrentarse a los rivales el sigilo, la honda y la ballesta siguen siendo claves. 

No son grandes innovaciones pero Requiem consigue ese delicado equilibrio entre continuismo e innovación que siempre reclaman los jugadores y se revela como un juego que cuenta bien una historia trabajada con unos personajes creados con mucho cariño con los que conecta el jugador y que ofrece una jugabilidad entretenida e interesante, que no es poco.

El éxito del primer juego se nota en que los valores de producción son mayores en esta ocasión, el estudio incluso ha creado un estudio de captura de movimientos que les permite mejorar las animaciones y la expresividad de los personajes (siempre sin olvidar que no es un juego AAA).

En una industria que parece ahora polarizada hacia las grandes producciones o los juegos indies es gratificante ver que las producciones medias de calidad están reclamando un espacio para asentarse y crecer. 

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