Promesas blanquinegras

J. López
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El equipo renovado de Liga Nacional Juvenil, que dirige el futbolista de la primera plantilla Iván Rubio, quiere seguir creciendo y hacer un buen papel en la categoría

Promesas blanquinegras - Foto: Reyes MartÁ­nez

Formarse como futbolistas, adquirir hábitos y conocimientos y,  en el futuro, formar parte del filial San José Obrero y de la plantilla del primer equipo de la Balompédica. Ese es el principal objetivo de la cantera del Conquense, que inculca estos valores en equipos como el Juvenil de Liga Nacional. Los blanquinegros compiten en el grupo I y por el momento han disputado cuatro encuentros con el resultado de dos victorias y dos derrotas. 

Cuenta el jugador de la primera plantilla Iván Rubio –se encarga por segundo año consecutivo de dirigir a las jóvenes promesas– que es un año «difícil para el deporte y mucho más para esta categoría juvenil. Hemos empezado dos meses más tarde de lo que se suele iniciar esta competición». Además, del año pasado a este se ha producido un cambio significativo en la plantilla –se mantienen siete futbolistas–, pues «cinco o seis han pasado por edad  al Obrero y otros se han marchado a algún equipo de División de Honor, caso de Álex Mena. También, por estudios, hay quien se ha tenido que marchar a Madrid o a Valencia».

No obstante, dice el entrenador, se mantiene la ilusión de un equipo muy joven que tiene mimbres para hacer un buen campeonato. «Hay mucho debutante en la categoría y cuesta adaptarse bastante. Somos un equipo joven que combina muy bien, pero nos falta competir mejor y  mejorar la toma de decisiones», manifiesta Rubio, que subraya la buena sintonía que hay en la cantera conquense, desde el Juvenil de Liga Provincial hasta el primer equipo, para que el proyecto de unificar el fútbol de la capital siga creciendo.

De hecho, hay jugadores de la cantera con proyección  que el día de mañana serán la base del Conquense y, por esta razón, «hay que tratar de que no se nos vayan. Hay que retenerles aquí y, a partir de ahí, que sigan aprendiendo porque hay chavales que tienen mucho nivel». 

Rubio reconoce que hay equipos «muy duros en el subgrupo de la categoría, que mantienen el bloque del año pasado y parten con ventaja porque tienen a gente del tercer año. Es una campaña con mucho miedo al descenso y todos saben que bajaran más equipos porque el año pasado no hubo descensos». 

Sin embargo, cree que el juvenil blanquinegro «va a ir a más. Hay que marcarse el objetivo de estar entre los cinco primeros» y luchar por los puestos altos de la clasificación.

Confiesa Rubio estar encantado con dirigir a la cantera y ver la progresión de los jóvenes. «Estudio Pedagogía y Magisterio y la verdad es que estoy aprendiendo mucho de los chicos. Ojalá que lo más tarde posible me dedique a entrenar o a la dirección deportiva. Me gustaría seguir ligado al fútbol».

La espera de Iván Rubio. Si hay algo que desea cuanto antes Iván Rubio es regresar a los terrenos de juego, volver a entrenar con sus compañeros y calzarse de nuevo las zapatillas para defender el uniforme blanquinegro. Los últimos test indican que aquella anomalía cardiológica que apareció en las pruebas de pretemporada es compatible con la práctica deportiva, pero debe esperar a unas últimas pruebas genéticas para determinarlo. «Hasta ahora todo ha salido bien. Debo esperar de uno a tres meses, pero soy optimista y confío en que todo salga bien», dice ilusionado.