Valentía y ejemplo

Manu Reina
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Marta Jiménez Alberca es una joven trans conquense de trece años de edad y que comunicó que se sentía una chica cuando tenía ocho

Valentía y ejemplo - Foto: Reyes Martínez

Marta Jiménez Alberca es sinónimo de valentía y ejemplo. Es una joven niña de tan sólo trece años que tiene muchos sueños por delante y no hay duda de que alcanzará todo aquello que se proponga en la vida. Hace cinco años comunicó a su madre que se sentía una niña atrapada en el cuerpo de un niño, aunque Paloma Alberca ya era consciente de ello varios meses antes. La conversión fue fluida y desde el primer momento recibió el apoyo de su madre. A partir de ahí, empezó un camino de alegrías, pero también de llantos, debido a una cruel sociedad que, por desgracia, todavía no ha avanzado lo suficiente.

Jiménez Alberca es además la primera niña trans que celebró la primera comunión en la Iglesia Católica. Lo hizo en Las Pedroñeras, donde pasó sus primeros cinco años de vida, antes de asentarse en la capital conquense. Es aquí donde ha crecido y vivido también en estos años situaciones desagradables, especialmente en el centro educativo donde estudia. Este año, por ejemplo, ha tenido que hacer frente a las burlas y comentarios vejatorios de dos niñas y dos niños que van a su misma clase. «He pasado un año complicado en el instituto», asegura la joven. Sin embargo, eso no ha hecho que esta ejemplar niña se venga abajo ni lo más mínimo. Es más, Marta relata sus vivencias con energía y coraje hasta tal punto que dio ayer un discurso memorable en los jardines de la Diputación ante decenas de personas. El aplauso que recibió fue unánime. 

Pero que nadie dude de que esta situación que vive esta joven conquense no es una fase de su vida. Ni lo más mínimo. Marta lo tiene bien claro. Ya desde muy pequeña cuando jugaba con sus primas se hacía llamar Marta. Ahora han pasado trece años y dentro de unos días cumplirá 14. Actualmente toma bloqueadores de rasgos masculinos y empezará pronto con la hormonación. Un proceso que puede iniciar gracias a que sus padres así lo autorizan. La aprobación de los progenitores y, especialmente, el apoyo desde el primer momento, es uno de los aspectos más importantes en estos casos. El futuro de Marta Jiménez Alberca no tiene metas. Es una luchadora innata que lidiará con todo y todos por conseguir sus sueños. A su lado siempre tendrá a su madre porque la unión hace la fuerza. Paloma Alberca cuida, mima y vela por su niña para que por encima de todo «sea muy feliz que es lo que me importa». No le pesará tampoco a Marta el hecho de sufrir trastorno por déficit de atención con hiperactividad y dislexia porque esta joven conquense derribará todas las puertas con una sonrisa de oreja a oreja en cada momento.