La programación de la Feria del Libro contará hoy con la presencia del escritor madrileño Gonzalo Giner, que mantendrá sendos encuentros con los lectores en Quintanar del Rey y en el Centro Cultural Aguirre de la capital, antes de firmar ejemplares en la Plaza de España. 

Poco después del éxito de El sanador de caballos ya visitó la Feria de Cuenca. ¿Cómo lo recuerda?

Sí, presenté la obra ante varios clubes de lectura y luego firmé ejemplares, la verdad es que me encantó la experiencia, recuerdo que se dio cita muchísima gente y que el público se mostró apasionado con la novela, me hicieron numerosas preguntas y disfrute mucho.

En esta ocasión se centrará en su última novela, La bruma verde, de características muy diferentes...

En efecto, fue mi última novela, con la que gané el Premio Fernando Labra en 2020, un año complicado en plena pandemia. Tengo ganas de presentarla y de hablar de ella ante los lectores, repitiendo el mismo esquema de hace unos años. Intentaré que disfruten de mis vivencias y de todo el recorrido que hice para construir esta emocionante historia alrededor del río Congo.

Una narración que nos sumerge en el género de aventuras, pero combina otros elementos como el thriller e incluso una historia de amor.

Creo que todos tenemos unas improntas que nos dejan determinadas experiencias, películas o libros. Yo he estado en África varias veces, conozco los países en donde transcurre la novela y tengo presentes películas como Memorias de África o relatos como El corazón de las tinieblas de J. Conrad. Son elementos que influyen para construir algo bastante alejado de ello, pero que de alguna manera se ve un tanto reflejado. Es una novela que tiene mucha aventura, animales que nos sorprenderán a lo largo de la narración, caso de dos chimpancés que conviven con uno de los personajes protagonistas, y también tramas referidas a las empresas que están esquilmando la selva para enriquecerse de forma rápida. En ese sentido, todas las mafias y submundos que existen en África aparecen en esta novela.

Se aleja bastante de la novela histórica que tanto ha frecuentado...

Bien, el embrión de la obra surgió al conocer a una compañera veterinaria que trabaja en el Congo, Rebeca Atencia, mano derecha de la etóloga Jane Goodall en África. Ella me contó cosas relativas al desastre medioambiental que se está produciendo allí. Creo que La bruma verde conciencia al lector de la amenaza que sufre el considerado segundo pulmón del Planeta.

¿De nuevo con esa destacada presencia del mundo animal en la trama, característica de su producción?

Soy veterinario de rumiantes y trabajo diariamente Madrid, Segovia, Ávila, Salamanca… En definitiva, los protagonistas de mi vida son los animales. En mis novelas no aparecen de forma casual, son protagonistas destacados en la trama. Quizás es una aportación algo diferente a la de otros autores. En la fase de gestación de mis obras, la labor de documentación me lleva un tiempo lógico de investigación, pero la parte animal no me cuesta nada. Por ejemplo, mi deseo al escribir El sanador de caballos era reflejar quiénes eran, qué importancia tenían y cómo actuaban los veterinarios en el Medievo, teniendo en cuenta que en torno al caballo giraba el transporte, la comunicación o la guerra y los veterinarios eran piezas esenciales. Los nobles daban más importancia a los albéitares  que a los médicos. 

Después del relato humorístico Entre amigos, ¿en qué proyecto trabaja actualmente?

Puedo adelantarte que la novela que estoy comenzando a escribir ahora está ambientada en la época de las Cruzadas, pero dará saltos en el tiempo hasta la actualidad.